Basureros improvisados… por los vecinos

Cada mañana, la CDMX despierta con más de mil tiraderos improvisados.

En la Ciudad de México, la esquina de cualquier calle puede lucir limpia de noche y amanecer llena de basura. Al amparo de la oscuridad, los vecinos dejan hasta siete toneladas de desperdicios en la calle.

En Polanco, el centro de Iztapalapa, la Roma, Xochimilco o la Colonia Del Valle es posible encontrar lugares que amancen convertidos en tiraderos que, durante las primeras horas de la mañana, desaparecen gracias al trabajo de los servicios de limpia de la ciudad.

Ninguna delegación se salva, pero sí hay algunas que ocupan los primeros lugares en la lista. Cuauhtémoc, por ejemplo, todos los días amanece con, por lo menos, 508 tiraderos improvisados; Benito Juárez registra 147; Álvaro Obregón, 83  y Miguel Hidalgo, 47, de acuerdo con datos proporcionados por cada una de las delegaciones, a través de una serie de solicitudes de información.

Reportes de 14 de las 16 delegaciones, obtenidos vía transparencia, contabilizan la existencia de mil 196 tiraderos clandestinos en esquinas de la ciudad.

El Gobierno del Distrito Federal tiene, desde 2010, el Programa para la Gestión Integral de los Residuos Sólidos (PGIRS), en donde se contemplaba que para el 2014 ya no existirían estos tiraderos. Pero el plan para lograrlo nunca se aplicó, de acuerdo con las respuestas a las solicitudes de información.

máspormás solicitó a las secretarías de Medio Ambiente y a la de Obras y Servicios, responsables del PGIRS, información sobre las razones para no instrumentar dicho plan; al cierre de esta edición, ninguna de las dos dependencias había respondido.

En 2014 lo único que sucedió fue que se elevaron las multas para quienes tiren desperdicios en la vía pública: de 10 mil 200 pesos a 13 mil 600, como máximo. Pero la basura sigue en las calles.

SÓLO BUENOS DESEOS

El plan incluido en el PGIRS consideraba una campaña en medios y la convocatoria para el concurso Experiencias exitosas de eliminación de tiraderos clandestinos. Además, se preveía realizar operativos para terminar con estos tiraderos.

También se establecían obligaciones para cuatro secretarías: la de Medio Ambiente, de Obras y Servicios, de Seguridad Pública y de Cultura; así como para la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT), la Comisión para la Gestión Integral de los Residuos Sólidos del DF, la oficina de Comunicación Social del GDF y las 16 delegaciones.

Al preguntarle a cada una de las secretarías —a través de solicitudes de información—, sobre los avances en el cumplimiento del programa, ninguna respondió. No se realizó ninguna campaña ni concurso.

A las delegaciones se les encomendó elaborar el programa de operativos para combatir los tiraderos. De acuerdo con sus respuestas, casi ninguna cumplió. Sólo Azcapotzalco tiene un programa, que elaboró por su cuenta y no como parte del PGIRS, explicó el jefe delegacional, Sergio Palacios. Esa demarcación reportó 44 tiraderos erradicados en un año. La solución: poner contenedores.

En la delegación Cuauhtémoc se iniciaron operativos con la Secretaría de Seguridad Pública del DF, en 2010, “ para atrapar a los que tiraran basura en la calle, pero duró tres meses el apoyo. Después, argumentaron que tenían otras prioridades y dejaron de vigilar. Si ellos nos ayudaran, los vecinos se cuidarían más de no tirar basura”, dice Sebastián Montes de Oca, director general de Servicios Urbanos de la demarcación.

El funcionario explica que la estrategia que siguen ahora: 39 de los 208 camiones de basura realizan recorridos nocturnos para que los vecinos que llegan tarde a casa entreguen sus residuos al vehículo y no los dejen en la calle. Pero reconoce que es necesario realizar un trabajo a largo plazo, para ver resultados.

Constantino Gutiérrez, experto en manejo de residuos sólidos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explica que la falta de acción para erradicar la basura en las esquinas muestra algo más que desinterés: es, dice, el reflejo de un deterioro social, así como una muestra de las limitaciones de comunicación entre gobierno y ciudadanos.

“La presencia de tiraderos desanima a los peatones a pasar, sobre todo a los turistas. Contribuye a que la sociedad se acostumbre a estas malas condiciones y vea como algo ‘normal’ la presencia de basura en las calles. Esto es una degradación social”, explica.

Recordó que los tiraderos no sólo contribuyen a la proliferación de fauna nociva, sino a elevar el riesgo de inundaciones —porque los desechos tapan las coladeras—, de incendios y enfermedades.

Gerardo Saucedo, experto en biotecnología de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), dice que “el tema de la basura cuesta y no es muy visible, entonces, probablemente, no sea muy rentable políticamente”.

SOLUCIÓN COMUNITARIA

Pilar Herrera, investigadora de la Unidad Politécnica para la Sustentabilidad del IPN, plantea atender el problema sitio por sitio, platicando con la gente para conocer y dar solución a las causas que los llevan a convertir una esquina en tiradero de basura.

Carmen Monterrubio, investigadora del Centro Mexicano para la Producción Más Limpia del Instituto Politécnico Nacional (IPN), propone que la autoridad coloque contenedores en donde ya se identificaron los tiraderos, como en Azcapotzalco.

Constantino Gutiérrez, experto de la UNAM, afirma que si se elige la colocación de contenedores como solución, debe considerarse que deben ser de la capacidad suficiente para captar toda la basura que se genera, pues tan sólo una persona caminando genera alrededor de 60 gramos mínimo de residuos sólidos si tira una lata, una botella, una envoltura o un papel sucio.  Estima que para 60 kilos, por ejemplo, se requieren 14 contenedores de un metro cúbico de capacidad en promedio.

El académico asegura que como el problema es complejo, las políticas públicas para solucionarlo deben ser integrales: “Un sistema de manejo integral de los residuos, con el presupuesto suficiente para contar con infraestructura y equipamiento; personal debidamente capacitado; programas de minimización y aprovechamiento de los residuos; además, educar a la población estudiantil, hacer campañas de sensibilización entre la población en general y los pequeños y grandes empresarios sobre el beneficio de hacer un manejo adecuado de residuos domésticos, comerciales e industriales”.

CONTENER UN PROBLEMA

En Londres, Berlín o Madrid, inclusive en el centro histórico de Querétaro, existen suficientes contenedores de basura en la vía pública para que los ciudadanos depositen sus residuos de manera diferenciada, resalta Constantino Gutiérrez, especialista en manejo de residuos sólidos de la Facultad de Ingeniería de la UNAM.

También, dice, se cuenta con programas de comunicación e información a los ciudadanos de sus deberes y derechos, para el manejo eficiente de los residuos sólidos.

Además —dice el académico— los ciudadanos deben adoptar la cultura de la denuncia y solicitar, a las autoridades encargadas del  servicio de recolección, que atiendan esa zona con mayor vigilancia.

DATOS

11 a 20 veces la Unidad de Cuenta de la Ciudad de México vigente, de 759 a mil 380 pesos, con arresto de 13 a 24 horas, es la sanción que establece la Ley de Cultura Cívica del DF, por tirar basura en la calle.

20 a 200 veces la Unidad de Cuenta de la Ciudad de México vigente, de mil 380 a 13 mil 800 pesos, contra quien, por segunda ocasión, cometa la infracción. La primera vez sólo será una amonestación, de acuerdo con la Ley de Residuos Sólidos del DF.

BASURA QUE NO ES MENOR