La celebración del Barrio Chino mexicano es, entre las de su tipo, una de las más grandes del mundo. Este año, el cerdo le augura paz a la mayoría de sus compañeros astrológicos
Para rastrear la celebración masiva del Año Nuevo Chino en la Ciudad de México hay que remontarse a la década del 60, a una época muy distinta en la que, por cierto, el Barrio Chino tenía un par de locales y dicha ceremonia (el cambio de etapa, la renovación de energía) se limitaba a ser un evento privado, hecho por y para los miembros de la comunidad. Los primeros restaurantes, Hong King y Shanghai, abrieron hace más de cinco décadas.
En ese tiempo la fiesta no se extendía a lo largo de una semana, sino que duraba uno o dos días, siempre bajo un marco familiar e íntimo. Quizá la primera celebración pública data de 1967 o 1968, y ya para los 70, la calle de Dolores se había consolidado como la sede del Barrio Chino.
Sin embargo, no pasó mucho para que el amor por la fiesta, tan característico del temperamento chilango, impregnara estas jornadas hasta convertirse en la celebración hoy conocida.
El de México es, entre todos los Barrios Chinos del mundo, el que probablemente hace la fiesta más grande. Aquí hay fuegos artificiales, comida y danzas que han permanecido con algo del fervor nacional y son el paso previo a la Celebración de los Faroles, la despedida del Año Nuevo realizada 15 días después.
En China —cuenta Alexander Rangel, coordinador de promoción y marketing del Barrio Chino, y creador del grupo-club de danza del león Xinkuan Shi— la celebración es muy distinta: “Sí hay danzas de los leones, pero solo durante ciertos días. Lo común es que las familias se encierren varias semanas y luego retomen sus actividades”.
Aunque hay locatarios que llevan mucho tiempo instalados, él es la persona indicada para hablar al respecto: hace dos años, las redes del Barrio se empezaron a expandir y posteriormente, en 2017, Alexander fue invitado como coordinador de promoción. Él ya conocía a algunas personas del lugar; su familia era de ascendencia china y practicaba artes marciales: ese fue el germen de Oriente que marcó su vida. Su carrera profesional, en una agencia publicitaria, fue la otra pieza que faltaba para conectar su pasado y su vocación.
A esta oportunidad laboral le siguió un mayor compromiso con el grupo Xinkuan Shi, proyecto que hace año y medio tomó forma (los trajes de león fueron traídos desde China y su participación en la agenda del Barrio fue muy activa en meses recientes: un festejo de Año Nuevo, varios eventos típicos, el primer aniversario del grupo…).
El Año del Cerdo
Este 2019 será, como ya se sabe, el Año del Cerdo. En la ciudad la celebración se hará al inicio de febrero (el signo del cerdo entra oficialmente el día 5 en el calendario occidental). La fiesta, llevada a cabo durante ese fin de semana, estará coronada por las tradicionales danzas del león y el dragón, así como por demostraciones de artes marciales y tai chi. En los restaurantes habrá platillos populares de China o recetas de la casa. Los amuletos y decoraciones del cerdo llenarán las tiendas. Lo ideal es llegar un par de horas antes (a las 16:00 o 17:00) y permanecer en un restaurante para poder apreciar todo el festejo.
Animales de la buena fortuna
Los animales a los que se dedican las danzas son guardianes que regeneran la energía y representan la abundancia y la prosperidad.
“Alrededor del dragón hay muchas historias y leyendas. En cuanto a tradición, los animales más importantes son el dragón y el león. En cualquier festividad está, por lo menos, la presencia de un león. Su significado depende del color: el blanco, por ejemplo, se utiliza cuando muere una figura importante (un maestro, sobre todo) y se cree que protege el alma de quien se fue. El negro simboliza el combate y por lo común se le puede ver en escuelas de artes marciales. Esta es la razón por las que las danzas más conocidas y fundamentales son las del dragón y el león. Un momento relevante se da cuando, al final de la danza, el león toma una ofrenda de lechuga que se le dejó en agradecimiento”, precisa Alexander.
Al recibir dicha ofrenda, el león debe comer la lechuga y escupirla hacia el público. Detrás de este acto se esconde un augurio de buena fortuna: las bendiciones llegarán a la vida de aquellos a los que les cayó un trozo de lechuga (a la planta también se le amarra un sobre rojo que guarda dinero como pago simbólico).
El objetivo de la ceremonia es contrarrestar la presencia de espíritus maléficos y cualquier energía negativa. Aunque en Occidente esta danza se asocia comúnmente a los festejos de Año Nuevo, también puede realizarse en eventos sociales: un matrimonio, un aniversario, el principio de un proyecto nuevo… También existen variantes del acto en las que el león realiza acrobacias y su ofrenda no es de lechuga, sino de naranja.
Los espectadores, por su parte, deben conducirse bajo ciertas normas: nunca tocar el cuerno, el listón rojo y el espejo que porta el león, puesto que son sus herramientas para combatir al mal; tampoco se le deben ofrendar alimentos blancos (como ya se mencionó: dicho color está asociado con la muerte). Mientras que la prohibición de las coles se debe a una razón específica: partirlas con la mano es poco práctico.
Por último, el cerdo es otro animal que representa la abundancia, “así que se pueden esperar acercamientos familiares y buena salud. También se le asocia con la fertilidad y la virilidad”, concluye.