En 2015 sólo se hizo 65% de las detecciones previstas y se encontraron problemas como equipos viejos y falta de insumos.
Realizarse una mastografía en una institución a cargo del Gobierno de la Ciudad de México puede implicar una muy larga espera, ya sea para obtener una cita o para poder recibir los resultados de estos estudios diseñados para prevenir y detectar el cáncer de mama.
Blanca es una de las capitalinas que han vivido esta incertidumbre. El pasado 18 de enero, acudió al Centro de Salud Dr. Gabriel Garzón Cossa —en la delegación Gustavo A. Madero—, donde le hicieron la prueba, le dieron un folio y le dijeron que le llamarían en cuanto los análisis estuvieran listos.
Sin embargo, pasaron semanas y fue hasta el 11 de mayo que se comunicaron con ella. Esto significa que transcurrieron cuatro meses desde que la mastografía se llevó a cabo, cuando en un laboratorio privado la entrega de resultados es incluso el mismo día, con el propósito de que cualquier tumor sea detectado con rapidez.
Además, el personal de la institución dijo a Blanca que tendría que ir por sus análisis al centro de la capital, a pesar de que ella vive en el norte y no puede desplazarse grandes distancias con facilidad.
“Me dicen que pase mañana [12 de mayo] a las 10 de la mañana, como si me quedara aquí a la vuelta. No lo digo de manera quejumbrosa, pero se me hace extraño”, comenta la mujer de 54 años.
Malú también tuvo problemas con la atención de las autoridades de salud. En su caso, acudió al centro ubicado en la zona de hospitales de la delegación Tlalpan, al sur de la ciudad, pero ahí le dijeron que tendría que esperar dos meses para una cita.
“Les pregunté que por qué tardaba tanto tiempo y me dijeron que lo que pasa es que se les descompusieron otros mastógrafos y que no tenían tanta capacidad para la demanda que tienen de pacientes”, dice Malú, quien prefirió no esperar y decidió pagar 800 pesos en un laboratorio privado.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud local (Sedesa), el cáncer de mama ocupa el segundo lugar entre las causas de muerte de las habitantes de la capital del país.
Un programa bajo la lupa
Cifras oficiales indican que, en 2015, el gobierno capitalino solamente realizó 65% del total de las mastografías que planeaba llevar a cabo.
También el año pasado, la Contraloría General de la ciudad auditó el Programa de Atención Integral de Cáncer de Mama de la Sedesa y encontró en él varias fallas.
Una de ellas fue que en cuatro de los siete hospitales que visitaron funcionarios del organismo se halló que no se estaba brindando el servicio de detección, cuando sí deberían darlo. Estos lugares fueron los hospitales de Especialidades Dr. Belisario Domínguez, el General de Tláhuac, el Materno Infantil Inguarán y el General Regional de Iztapalapa.
De acuerdo con la Contraloría General, en estos sitios se observaron problemas como obsolescencia de mastógrafos, falta de insumos médicos y escasez de personal acreditado para practicar las pruebas, entre otras cosas. Y en el hospital de Iztapalapa, incluso, se detectaron filtraciones de agua de lluvia en el área de radiología.
Con carencia de equipo y también de personal
Para Emilio Mille Loera, especialista del Instituto Nacional de Cancerología (Incan), los principales problemas de la capital del país en este rubro son la falta de unidades para realizar un diagnóstico oportuno y la escasez del equipo necesario para efectuar estas pruebas de detección.
“Muchas unidades de primer contacto, centros de salud particularmente, no cuentan ni con estudios ni con médicos capacitados para interpretarlos, ni con médicos que tomen las mastografías con calidad”, dice el médico.
Mayra Galindo Leal, directora de la Asociación Mexicana de Lucha contra el Cáncer, advierte también que, cuando las autoridades adquieren instrumentos nuevos, tienden a no contemplar el alto costo que implica darles mantenimiento. A su vez, esto deriva en que el equipo termine dañado o en desuso.
“Es un conjunto de problemas. No nada más son los mastógrafos. Es lo caro del mantenimiento, las pólizas de servicio y también dónde se ubican [los equipos], así como la parte de recurso humano. Todos sabemos que hay pocos radiólogos”, comenta Galindo.
En respuesta a una solicitud de información, la Sedesa asegura que prácticamente todas las omisiones señaladas por la Contraloría General en 2015 han sido resueltas, a excepción del mantenimiento de dos mastógrafos, para los cuales ya no existen refacciones disponibles porque se trata de modelos viejos.
No obstante, capitalinas como Blanca y Malú sostienen que la atención médica en esta materia es deficiente e implica un riesgo para su salud, a pesar de que las autoridades de la ciudad afirman ser sensibles en este tema, así como promover la prevención y la detección oportuna del cáncer de mama mediante análisis eficientes.
Para hablar del asunto, Máspormás solicitó entrevista con la Sedesa, pero no obtuvo respuesta antes del cierre de edición.
En cifras
- 35% de las mastografías que planeaba realizar el gobierno local en 2015 no se llevó a cabo.
- 2 mujeres capitalinas, en promedio, murieron al día por cáncer de mama en 2010.
- 75% de las personas que atiende el Instituto de Cancerología son pacientes de esta enfermedad.