Un mal en boca de todos

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El 90% de los chilangos padece caries, un problema bucal que, si lo ignoras, puede cobrar un alto costo económico y de salud.

ARTE: ANDREE ÁVALOS

Al parecer es más difícil encontrar alguien con una dentadura sana en la CDMX que áreas libres de smog, pues de acuerdo con cifras de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México (Sedesa), las caries y las enfermedades periodontales, como gingivitis —inflamación en las encías—, son las más comunes en la capital, y de no atenderse podrían derivar en una infección, o hasta en cáncer bucal.

Como es de esperarse, la población de mayor riesgo son los niños y los adultos mayores. El Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Patologías Bucales (Sivepab) indica que nueve de cada 10 menores en etapa escolar tienen problemas tanto con dientes temporales como con los permanentes.

Entre los 30 y 40 años de edad se mantiene esta prevalencia, sin embargo, el Sivepab también detalla que dicho grupo presenta caries en entre tres y nueve piezas y ha perdido de uno a tres dientes de los 32 que cada persona tiene.

En la tercera edad, la mayoría carece de una boca funcional porque en la vejez se pierden hasta 20 piezas, lo que provoca malestares por mala masticación.

Me duele la muela… y el codo
A nivel nacional, cada año se realizan dos Semanas Nacionales de Salud Bucal y ya comenzó la primera en la Ciudad de México, la cual busca terminar con las caries en 20 escuelas y cubrir 10 mil consultas con chilangos de cualquier edad en los centros de salud. De acuerdo con la Sedesa, hay delegaciones que requieren mayor atención, por ejemplo Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Cuajimalpa y Álvaro Obregón, donde las enfermedades bucales son mayores comparadas con quienes viven en Benito Juárez o Miguel Hidalgo.
“Las principales razones son económicas y educativas, pues las personas no invierten en prevención y acuden al odontólogo solo hasta que el dolor afecta su vida, no antes”, explica Raúl Ríos Garza, coordinador de Salud Bucal de la Sedesa.

Esta tendencia es evidente también en una encuesta realizada por el Gabinete de Comunicación Estratégica, que revela que 49.3% de la población en el país va al dentista de dos a cuatro veces al año, mientras que el 30% dijo acudir una sola vez. En ambos casos, la razón es porque sintió dolor.

Conexiones insospechadas
Aunque sea difícil de imaginar, los problemas bucodentales aumentan el riesgo de complicaciones en padecimientos como enfermedades cardiovasculares, cáncer, males respiratorios crónicos, diabetes y obesidad. El efecto negativo es real y puede ser peor.

Y la explicación es más o menos sencilla: una caries es provocada por una bacteria que, al no ser tratada, puede perforar los dientes, avanzar hasta colarse por el torrente sanguíneo y afectar cualquier zona del cuerpo. Un ejemplo de este proceso es cuando los pacientes diabéticos descuidan su higiene dental y favorecen así el alza en los niveles de glucosa y la aparición de heridas difíciles de cicatrizar.

“Existen otras consecuencias que son poco comunes y de las que no existen datos de su prevalencia en la Ciudad de México, pero resultan de muy alto riesgo en quienes las padecen”, explica Ríos Garza.

“Cuando las muelas rozan con las paredes de la boca surgen lesiones, pero si el diente está enfermo se corre el riesgo de infectar e incluso desencadenar cáncer si las bacterias matan los tejidos lastimados, haciendo necesarios tratamientos que involucran mutilaciones de la mandíbula o de la lengua”. Este no es el peor panorama.

Otra consecuencia puede aparecer si la infección se extiende al piso de la boca y provoca una lesión llamada angina de Ludwig que puede manifestarse con una bola en el cuello. En casos extremos, la inflamación excesiva de la angina bloquea las vías respiratorias y causa la muerte.

ENDEUDARSE POR CARIES
“Los dientes son equivalentes a un órgano del cuerpo y asistir al odontólogo es tan necesario para la salud general como vacunarse, sin embargo, para la gente sigue siendo un tema secundario”, indica Raúl Ríos.

Una persona que acude periódicamente al odontólogo de los centros de salud capitalinos o con su sistema de seguridad social podría recibir tratamientos o consultas de seguimiento sin costo. En el caso de acudir con un dentista particular, los gastos podrían ser desde dos mil pesos aproximadamente por una sesión que incluye limpieza y revisión, dos veces al año.

Pero cuando llega el momento de una emergencia, todo cambia. Los costos se elevan y van desde tres mil hasta 15 mil pesos, más el costo de los chequeos mientras duren los procedimientos. Es en esta etapa, empujada por el dolor y las complicaciones bucales, que la mayoría de los chilangos se movilizan y se atienden.

En la Ciudad de México el hábito de cepillarse los dientes tres veces al día resulta complicado para las personas que salen a trabajar, estudiar o comen fuera de casa, pero cumplir esta cuota de limpieza y pasar el hilo dental una vez al día es la rutina recomendable para prevenir el mal dental más común que aqueja a los capitalinos y que puede ahorrar complicaciones: las caries.
En cifras:

    • 90% de los casos de mal aliento se deben a una escasa limpieza dental o mal realizada.
    • 8 de cada 10 personas en la CDMX también padecen inflamación en las encías.
    • 30 años es la edad en la que se empiezan a perder piezas dentales por falta de cuidados.