Autoridades capitalinas dicen que inversión, tecnología y cooperación vecinal son claves para combatir el robo a casa habitación.
Apenas el jueves pasado, un hombre corría detrás de una pareja sobre la calle Adolfo Prieto, en la colonia Tlacoquemécatl Del Valle, en la delegación Benito Juárez. Era el conserje de un edificio ubicado en la zona, quien trataba de alcanzar a dos ladrones y, para conseguirlo, había pedido auxilio a la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF).
El reporte de la institución indica que uno de los delincuentes logró escapar, pero policías a bordo de una patrulla pudieron dar con el otro, una mujer de nacionalidad colombiana quien en una mochila llevaba joyas, tabletas electrónicas, computadoras portátiles y algunas herramientas que momentos antes había robado de un departamento. De acuerdo con la policía, ella y su cómplice tuvieron que huir del lugar porque una vecina los sorprendió.
Cada día, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), en la Ciudad de México se registra un promedio de 15 denuncias por robo a casa habitación, tanto con violencia como sin violencia.
Los mismos datos detallan que el robo sin violencia —que ocurre cuando una vivienda es saqueada mientras sus habitantes no están— aumentó 3.5% entre enero y noviembre de 2015 en comparación con el mismo periodo de 2014. Durante ese lapso se denunciaron cuatro mil 565 casos, es decir, 13.5 diarios.
En tanto, el robo con violencia —cuando los ladrones entran por la fuerza a la casa y amenazan o incluso hieren a la gente— disminuyó 8% en un año. En 2014 hubo 531 denuncias entre enero y noviembre; en 2015 fueron 490, alrededor de 1.4 al día.
Para enfrentar este delito, dice Víctor Hugo Ramos, jefe del Estado Mayor Policial de la SSPDF, la institución tiene un plan que implica promover la colaboración vecinal. Si los vecinos se conocen entre sí, explica, pueden alertarse y ayudarse, a lo que se suman otros factores como una mayor inversión en tecnología y sistemas de seguridad.
“No es sólo una estrategia, no es que haya más policías, sino que es un conjunto de estrategias donde se combinan tecnología, personal operativo y la evaluación constante de resultados”, señala el funcionario.
Ramos detalla que se trata de un delito que tiene sus picos más altos en ciertas temporadas, pues aumenta durante los fines de semana y en periodos vacacionales. Por ello, en esas fechas es cuando la policía redobla la vigilancia en zonas donde los robos son recurrentes.
Y en cuanto a las colonias con mayor incidencia, señala que aquellas de donde pueden obtenerse “botines millonarios” están en el poniente de la capital. Por ejemplo, Polanco, Las Lomas y San Ángel.
Un hogar más seguro
Una de las principales recomendaciones de las autoridades para evitar ser víctima de este delito es aumentar las medidas de seguridad en los hogares. Sin embargo, la inversión de los mexicanos en sistemas de seguridad difícilmente rebasa los 10 mil o 15 mil pesos, en promedio, estima Fernando Polanco Sánchez, presidente de la Asociación Mexicana de Especialistas en Seguridad Integral (Amexsi).
“Se ha diversificado mucho [la oferta] precisamente en el proceso de videovigilancia y de alarmas con contacto a centros de control y monitoreo, que permiten atender incidentes por parte de empresas especializadas o de la policía”, dice.
La implementación de sistemas de seguridad, explica el especialista, depende mucho de la zona de la ciudad, de lo que se quiera resguardar y de la sofisticación que se busque. De acuerdo con tales variantes, el costo puede ir desde los 15 mil hasta los 100 mil pesos.
“Si queremos proteger grandes sumas [de dinero] y joyas en nuestro domicilio, tendríamos que pensar en instalar alguna caja de seguridad más allá de un cajón y una chapa. Podemos instalar también un kit básico que podemos comprar en una tienda departamental instalando dos o tres cámaras”, dice.
El uso de estos instrumentos, agrega, tiene la ventaja de que no sólo es un disuasivo, sino que también puede ayudar a la policía a tener imágenes de ladrones y poder atraparlos.
Ramos explica que, cuando la víctima de un robo proporciona un video del incidente, la SSPDF utiliza un esquema similar al que usa para atrapar a otro tipo de delincuentes, en el que analiza cómo operan, qué tipo de vehículos emplean y qué ruta de escape siguen.
“Un dato nos lleva otro dato y a otro hasta que decimos: ‘Mira, en esta área está el pillo’. Ya que lo encontramos esperamos a que cometa otro delito o a que lo reconozca la parte afectada. Con los videos es relativamente sencillo ubicar a alguien”, sostiene.
Sobre cómo ha variado la incidencia de este delito, el funcionario aplaude la baja en los robos violentos, pero reconoce el desafío que todavía tienen las autoridades en la segunda entidad más poblada del país.
“[El avance en la materia] es positivo, pero no es suficiente. En la Ciudad de México tenemos poco más de 2.5 millones de viviendas. Entonces, el reto es mayúsculo”, dice.
Bandas en la mira
La policía de la capital mexicana reconoce tener especial preocupación por los robos cometidos por grupos de extranjeros:
- El funcionario Víctor Hugo Ramos dice que bandas de delincuentes integradas por colombianos y venezolanos tienen la ventaja de que, por su nacionalidad, estos pasan inadvertidos pues son fácilmente confundidos con mexicanos.
- Estos grupos, explica, cuentan con experiencia y actúan con base en objetivos bien definidos. “Ellos están [en la Ciudad de México], juntan un capital y entonces regresan a su país”, dice.
- Además, siguen una logística particular, que incluye aspectos como la transportación del botín. Por ejemplo, suelen fundir las joyas que roban para poder trasladar lingotes que son difíciles de rastrear.
La clave: identificar los riesgos
Antes de comprar o contratar un sistema de seguridad, recomienda el presidente de la Asociación Mexicana de Especialistas en Seguridad Integral (Amexsi), Fernando Polanco, los ciudadanos deben revisar y analizar los puntos débiles de sus casas. Esto abarca calcular cuántas personas tienen acceso a la vivienda, saber cuánto dinero, joyas u otros valores se almacenan en ella, y verificar la fortaleza de sus chapas y ventanas. Sólo entonces, subraya Polanco, podrá definirse cuál es el mecanismo más adecuado para el inmueble.