Este sábado, ONG marcharán para defender un modelo “natural” de familia, pero los datos muestran que los hogares son mucho más diversos.
ARTE: ANDREE ÁVALOS
Las organizaciones agrupadas en el Frente Nacional por la Familia se alistan para marchar el sábado en la capital, como lo hicieron el 10 de septiembre en varios estados para defender lo que describen como “conformación natural” de las familias.
Pero mientras estas asociaciones pugnan para que en México prevalezca un solo modelo familiar —el que integran madre, padre e hijos—, los datos oficiales más recientes muestran la diversidad que existe en este rubro.
Si se consideran las variantes y posibles combinaciones, se observa que en México hay alrededor de 15 tipos de familia.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), no sólo están las llamadas familias tradicionales, aquellas formadas por parejas heterosexuales casadas y con hijos comunes a ambos cónyuges. También están las conformadas por madres o padres solteros, las parejas con hijos adoptados, las parejas casadas sin hijos, las parejas en unión libre, los menores que viven con familiares, las uniones homoparentales y las uniones lesbomaternales, entre otras categorías.
Para ponerlo en números, en todo el país hay 28.7 millones de hogares. De ellos, menos de la mitad (40.7%) corresponde a familias tradicionales. El resto lo conforman parejas en unión libre (16.6%), personas que viven solas (9.4%), hogares encabezados por madres solteras (16.3%) y hogares encabezados por padres solteros (4.4%).
Esta realidad también está presente en la Ciudad de México, donde hay cerca de 2.6 millones de hogares.
De ese conjunto, una categoría con un peso particularmente significativo en la ciudad es la de aquellos encabezados por una mujer —que representan 36% del total—, mientras que, desde 2010, se han casado alrededor de 7,000 parejas del mismo sexo, según datos de las autoridades capitalinas.
En marzo de aquel año entraron en vigor las reformas que permitieron el matrimonio igualitario en la capital, con lo que se convirtió en la primera entidad del país en abrir la puerta a este tipo de uniones.
La iniciativa que causó enojo
En los último años, la Corte avaló las reformas de la capital y, en diferentes fallos, estableció que las instituciones mexicanas están obligadas a reconocer los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Con base en ese criterio, el presidente Enrique Peña Nieto presentó en mayo una iniciativa de reforma a la Constitución, con la finalidad de que ésta incluya el reconocimiento a este tipo de uniones. Sin embargo, desde entonces la propuesta ha causado polémica y ha generado el rechazo de sectores como la Iglesia católica y las ONG del Frente Nacional por la Familia.
Con lemas como “Defendemos la familia” y “No te metas con mis hijos”, estos grupos se oponen al matrimonio entre personas del mismo sexo porque, afirman, va en contra de la naturaleza y pone en riesgo a la sociedad, cuya “célula básica” es la familia tradicional.
En respuesta, quienes defienden la posibilidad de que mujeres y hombres se casen entre sí argumentan que el Estado mexicano está obligado a reconocer la diversidad social y a garantizar los derechos humanos.
“El Estado laico constituye una condición necesaria de las sociedades modernas, en la medida en que garantiza la pluralidad de las ideas y hace posible el respeto a la diversidad étnica, religiosa, moral, ideológica y filosófica, a partir de una ética que se sustenta en los derechos humanos. Por ello, un Estado laico y democrático debe asegurar los derechos de todos”, señalan los rectores de cuatro universidades públicas —la UNAM, la UdeG, la UAM y la UANL— en un comunicado conjunto emitido esta semana.
La familia, un concepto “abierto”
El Frente Nacional por la Familia promete reunir a miles de personas, con el fin de marchar del Auditorio Nacional al Ángel de la Independencia y exigir que la Constitución reconozca como única familia “natural” a la conformada por mujer y hombre.
Ante tales demandas, instituciones como el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) señalan que esos reclamos son contrarios a la realidad del país, porque el concepto de familia no es estático, sino dinámico y sujeto a cambios.
“Han surgido diversas voces que, con base en creencias e ideologías —algunas de índole religioso—, demandan el reconocimiento de un modelo único de familia. Si bien es cierto que quienes han expresado esta convicción tienen derecho a expresar libremente sus ideas […] también es cierto que en un Estado laico y democrático no es aceptable la imposición de ideología o creencia alguna por encima del reconocimiento de los derechos humanos”, dice el Conapred en un pronunciamiento emitido a principios de mes.
Patricia Rubio, integrante de la agrupación Familias Diversas, coincide con esto y llama a que la concepción de familia sea “universal y abierta”, con el propósito de que abarque todas sus variedades.
“Tu familia no puede ser o no ser reconocida dependiendo de cómo está conformada, siempre debe estar protegida por el Estado y la Constitución”, subraya.
En cifras
- 45% de la gente apoya los matrimonios entre personas del mismo sexo, según una encuesta.
- 45% está en contra y 10% dice no tener una opinión sobre el tema, según el ejercicio de Reforma.
- 67% está en desacuerdo con que las parejas gais puedan adoptar y 28% está a favor.