Anaiz Zamora, coautora del informe “Violencia en línea contra las mujeres en México”, explica de qué forma se ejerce la violencia digital y cómo puede responderse ante ella a través de esta guía contra el ciberacoso.
“Cuando una mujer es violada también recibe caricias”, “La mejor prueba de amor es que te agarre a golpes y en vez de huir te quedes porque te gusta”, “Eso pasa cuando te sales de la cocina, los hombres también necesitamos mascotas”. Estas frases circularon entre 2016 y 2017 en Twitter, seguidas de hashtags como #SiNoTeGolpeaNoTeAma, #DíaDelObjetoSexual, #MataATuMujer, #SerMachistaEsHermoso. Estos son algunos ejemplos de violencia digital contra las mujeres, una definición más completa del concepto es: “Actos de violencia de género cometidos, instigados o agravados, en parte o totalmente por el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, plataformas de redes sociales y correo electrónico; causan daño psicológico, emocional, refuerzan los prejuicios, dañan la reputación, causan pérdidas económicas y plantean barreras a la participación en la vida pública y pueden conducir a formas de violencia sexual y otras formas de violencia física”.
Anaiz Zamora, una de las creadoras de Luchadoras MX y coautora del informe “Violencia en línea contra las mujeres en México”, dice que las agresiones a veces escalan aún más. Recuerda que, al realizar el documento, una víctima le contó que tenía a más de 200 seguidores insultándola a diario: se sentía agredida, tenía miedo. Gracias a esos testimonios es que pudieron documentar el impacto de la violencia en línea.
Según los resultados, al menos nueve millones de mexicanas han vivido ciberacoso. Esta cifra, para cada una de las víctimas, ha tenido efectos reales, como náuseas, tensión, llanto, angustia, estrés, ira, depresión, miedo a salir, abandono de tecnologías, autocensura o sensación de vigilancia constante.
“La violencia en línea es real, aunque sea virtual. Todavía se piensa que lo que pasa en el mundo digital es distinto a lo que pasa en el mundo real. No es así”, explica Anaiz. “Nosotras creemos que tanto internet como la tecnología son parte de nuestra vida, por eso nos parecía importante entender qué estaba sucediendo, de qué forma se ejerce la violencia y cómo podemos responder ante ella”.
La creación del informe —dado a conocer en enero pasado— fue un trabajo colaborativo en el que participaron Luchadoras MX, Artículo 19, Derechos Digitales, Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D), entre otras organizaciones. Antes de este documento, las agresiones en línea contra las mujeres, al menos en México, se habían estudiado poco.
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Un problema nuevo
En México y el resto del mundo faltan muchos esfuerzos para resolver el problema de la violencia digital contra las mujeres. El fenómeno es reciente. Las medidas para crear un internet feminista —un espacio en línea en el que se respeten plenamente los derechos de las mujeres y de cualquier otra minoría— involucran diversos factores: desde modificar el funcionamiento de denuncias en redes hasta mejorar el marco legal nacional.
El tema es complejo y existe desde hace varios años. A principios de 2016, por ejemplo, ya se discutía en EUA. Katherine Clark, diputada de Massachusetts, dijo en una entrevista para The Atlantic que la violencia ejercida en línea tenía un impacto social serio.
“Cualquier mujer que utilice internet ha llegado al momento en el que, sin motivo, recibe un comentario sexista”, explicó. “Esto lo internalizas y aunque no se trate de una persona enfrente de ti, hay algo en la naturaleza del anonimato —cuando no sabes ni siquiera de dónde proviene la amenaza— que tiene efectos psicológicos fuertes”.
Anaiz concuerda con Clark, pero falta mucho por hacer. Para empezar, las medidas de protección de redes como Twitter y Facebook no son del todo eficientes. Opina que sería ideal que, en México, los legisladores se acercaran a expertos para que las medidas legales estuvieran basadas en investigaciones, y no en lo que ellos consideran útil; además, la policía cibernética necesita especializarse, porque con frecuencia no entienden ni siquiera las denuncias de las víctimas.
Guía de autocuidado
La violencia digital contra las mujeres es real y debe prevenirse. Por ello, mientras las redes y los legisladores toman medidas concretas, es importante cuidarse. Anaiz explica que hay prácticas y recursos útiles para tener una experiencia en línea libre de violencia.
– Usar las redes con información. Hay que entender las implicaciones de una publicación en línea. Es importante preguntarse: ¿qué consecuencias podría tener compartir esto?, ¿quiénes tendrán acceso a mi información? La idea no es autocensurar, sino prevenir problemas futuros.
– Crear contraseñas más seguras. El robo de contraseñas es grave: permite el robo de información, de identidad y/o de dinero. Por ello deben ser seguras y distintas para cada plataforma. La organización Seguridad Digital recomienda crear códigos que incluyan mayúsculas, minúsculas, símbolos y números.
– Hacer sexting sin riesgos. Al enviar una foto íntima se puede proporcionar información que sirve para identificar a una persona. Para evitarlo, Cyber Women recomienda cubrir rasgos físicos (cara o tatuajes) y rastros digitales (como etiquetas de ubicación).
– Acciones penales. Si una mujer fue agredida en línea, tiene derecho a ejercer una acción penal. La recomendación es utilizar un delito existente; por ejemplo, denunciar por robo de identidad, en lugar de hackeo de cuenta.