Un cine sin fronteras

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Entre el 18 de enero y el 9 de febrero estarán en cartelera de Cinépolis y Cineteca Nacional siete películas centradas en la migración como parte del Festival de Cine Judío

Hace 15 años, la oferta de festivales de cine comenzaba a crecer en la ciudad. Entre los que surgieron en aquella época está Ambulante —nacido en 2005— y el Festival Internacional de Cine Judío (FICJ), el cual se ha consolidado como uno de los más importantes. El camino no ha sido fácil, pero el trabajo que hay detrás del festival lo ha llevado a ser un básico cada año, así lo demuestran las más de 60 mil personas que fueron parte de él en 2018.

La razón de ello, para Isidoro Hamui, director del festival, es que “muestra una cara que no todo el mundo enseña con películas atrevidas y contenidos de muy buena calidad”.

El Festival de Cine Judío es una asociación apolítica, no religiosa y sin fines de lucro que busca crear espacios donde mostrar la multiculturalidad de México, entre ellas las múltiples facetas de la comunidad judía, a través de películas nacionales y extranjeras.

Aunque el festival realiza una muestra en distintos cines chilangos y en otros estados, no se limita a programar películas durante cierta fecha, sino que lleva a cabo actividades a lo largo de todo el año en cine clubes, foros culturales y escuelas, donde hay debates sobre los temas de las cintas.

Quince años después…

Aunque el FICJ se ha forjado un camino durante estos años, siempre ha habido dificultades que ha logrado superar. Uno de esos retos es el financiero, pues hay que lograr los recursos necesarios y gastarlos de manera adecuada. “Tenemos muchísimo apoyo y estamos muy agradecidos con todas las personas, las instituciones y las empresas que nos apoyan”, cuenta Hamui.

Por ejemplo, en la edición del año pasado una de sus actividades fue mandar a un estudiante de cine al Festival de Cine de Jerusalén; sin embargo, en esta ocasión el convenio se puso en duda debido a que el presupuesto no era suficiente. “Queremos que se haga, pero hay que buscar la forma de lograrlo”, explica Isidoro.

Otro de los grandes retos cada año es hacer la selección de películas, debido a que, de acuerdo con el director del festival, tienen un compromiso muy fuerte con su público de tener un programa cada vez mejor.

Cómo eligen las películas

Para saber qué películas van a ser programadas en el FICJ, hay un comité de selección que trabaja durante bastante tiempo. Este año, el grupo está formado por 24 personas más otras cinco que forman parte del festival. Todas ellas buscaron en los festivales de cine más importantes del mundo y siguieron a productores a quienes ya tienen en la mira; también tienen abierta una convocatoria durante todo el año, para que también haya cine independiente. De ahí, hacen una filtración hasta que logran escoger las que, para ellas, son mejores.

Hace dos años, en la programación estuvo la primera película dirigida por Natalie Portman, llamada A tale of love and darkness, y que ha sido la más cara en la historia del festival. En esta edición tienen otra que es casi igual de cara; sin embargo, Hamui prefiere no decir cuál es para que la gente no vaya a verla con prejuicios.

Qué habrá este año

Para su edición 16, el festival tiene programadas siete películas: dos israelíes, una estadounidense, una de Sudáfrica y los Países Bajos, y otra de Canadá, México e Israel, las cuales serán exhibidas en distintas sedes la ciudad como Cineteca Nacional, varios Cinépolis y el Museo Memoria y Tolerancia del 18 de enero al 7 de febrero.

Las películas seleccionadas este año son para personas de todas las edades y gustos. Hay desde comedia hasta drama y un documental, todas tienen distintas temáticas, como diversidad sexual, política o religión; sin embargo, todas giran en torno a un tema: la migración.

“Decidimos la temática hace año y medio, y por supuesto que no sabíamos que justo ahora tendríamos una caravana migrante”, confiesa Hamui. “Elegimos este tema porque está muy presente en nuestras vidas”. Y es que para él todos somos migrantes: nos mudamos de un estado a la ciudad o viceversa.

Como símbolo de la migración, la imagen del FICJ de este año es una mariposa, debido a que no se guían por fronteras. La encargada de hacer el cartel es la artista Frida Harari, quien también trabajó el del año pasado.

La selección oficial

Los disidentes. La premisa de esta cinta, dirigida por Eliran Malka y que se proyectó en la función inaugural del Festival de Cine de Jerusalén, es la no exclusión. Está ambientada en 1983, cuando el partido ultraortodoxo buscaba la igualdad entre judíos árabes y sefardíes con los judíos europeos.

Ser niño de nuevo. Es un documental, que además tiene producción mexicana y fue dirigido por Gabriel y Moy Volcovich, padre e hijo. Se basa en las visiones de niños de diferentes regiones de Israel.

Pinsky. Se trata de una de las comedias del FICJ. Cuenta la historia de una mujer que parece tener una buena vida hasta que su abuelo muere y, al mismo tiempo, su pareja la abandona. Su familia aprovecha para presentarle a un hombre judío; sin embargo, ella es lesbiana.

Los otros títulos que forman el programa del FICJ de este año son Tel Aviv en llamas, Vaca roja, El árbol de higo y El desafío. Todas están programadas en distintas sedes y en horarios matutinos y vespertinos, para que la gente tenga oportunidad de verla en el horario que más le convenga.

Consulta los horarios y demás detalles en ficj.org y facebook.com/FICJM.