Para evidenciar que los caricaturistas son periodistas responsables que ejercen su derecho de opinión llega el Primer Encuentro Internacional CartónClub
Hace poco más de un año (8 de agosto de 2017), murió uno de los caricaturistas más importantes del siglo XX. Eduardo del Río, mejor conocido como Rius, quien trazó con ingenio y fino sarcasmo el acontecer político y social del país. Sin embargo, su legado satírico enfrentó desde sus inicios la censura, particularmente del gobierno, que incluso ordenó su asesinato en 1969 —como él mismo lo relató— tras dibujar al entonces presidente Díaz Ordaz enmarcado por una silueta de soldado con apariencia de neandertal.
Su caso no es el único. Tan solo en 2017 fueron asesinados 12 periodistas en México, según la organización no gubernamental Reporteros Sin Fronteras. Esta es la misma cantidad reportada en Siria, país que se encuentra en guerra desde hace siete años. Article 19, otra organización dedicada a la defensa de esta labor, documentó que del 2000 al 2017, han sido asesinados 112 periodistas en el territorio mexicano con un incremento del 29.09% respecto a 2013 (el primer año de gobierno de Enrique Peña Nieto), y de 163% en comparación con el cuarto año de gobierno del expresidente Felipe Calderón.
Ante este panorama, se ha declarado al país como uno de los más peligrosos para ejercer el periodismo y la denuncia social, comparándolo, incluso, con una línea de fuego. Ante esta afrenta a la profesión, la caricatura mantiene la ironía, el ingenio y la irreverencia que la caracteriza para ser un contrapeso al poder. “Cualquier país que aspira a la democracia necesita de la crítica para detener los abusos y la impunidad”, explica Darío Castillejos, presidente de CartónClub.
Y precisamente para difundir y destacar la importancia de este oficio, surge el Primer Encuentro Internacional CartónClub, bajo el título “La línea de fuego”. En el, a través de talleres, juegos, conferencias, exposiciones y ciclos de cine, se debatirá sobre la importancia de libre expresión. Participarán más de 30 caricaturistas y líderes de opinión provenientes de 13 países. Entre ellos destacan el premio Pulitzer Mike Keefe, de EUA; Nadia Khiari, de Túnez; Arcadio Esquivel, de Costa Rica; el mexicano-cubano Boligán y otros mexicanos como Paco Calderón o Rafael Barajas.
Entender a México mediante la caricatura
La historia de este género periodístico en México se inserta en la herencia de una rica e importante tradición gráfica. Los estudios de esta práctica periodística en nuestro país coinciden en que la primera caricatura política fue publicada el 15 de abril de 1826 en el periódico El Iris, pero sería hasta finales de 1840 cuando esta se consolidó. Sin embargo, rastrear sus orígenes equivale a regresar hasta el inicio mismo de la nación.
Desde sus inicios, la Nueva España sustentó su comunicación, principalmente, a través de las imágenes. La barrera lingüística que existía entre las comunidades prehispánicas y los europeos estimuló el uso de diversos recursos pictóricos tras la conquista. La caricatura, por su parte, utilizó el lenguaje gráfico con la finalidad de otorgar “poder” a las imágenes; los primeros las ocuparon para someter, mientras que los segundos las aprovechaban para liberar.
El caricaturista y director de la revista El Chamuco, Rafael Pineda, también conocido como Rapé, explica la importancia de su labor de esta manera: “Nosotros nos dedicamos a ilustrar lo que está sucediendo, y muchas veces somos la punta de lanza de los límites de la libertad de expresión en un país en donde no les gusta a los gobernantes, o incluso a los medios de comunicación, que esto se diga”.
Encuentro con la democracia
La caricatura política tomó protagonismo como un recurso fundamental en la actividad periodística, creó una sinergia entre dibujantes y periodistas, que ahora podían narrar distintas historias, en un principio como recurso de apoyo y, posteriormente, como instrumento de crítica al sistema.
Es en este segundo ámbito donde se inserta “La línea de fuego”, iniciativa que surge como un esfuerzo para visibilizar las problemáticas derivadas de este ejercicio comunicativo, recuperando la capacidad expresiva de la caricatura en un contexto de persecución. “Nosotros no somos ilustradores de un periódico; ese es el sentido de este evento, evidenciar que somos periodistas responsables ejerciendo nuestro derecho de opinión y denunciando situaciones de injusticia, delito e impunidad”, detalla Rapé. “El periodismo cumple con una función muy importante para que la sociedad pueda tomar decisiones, y no solo de política”.
Ejemplo de ello será el taller “Desdibujando a la mujer”, en el cual se examinarán las representaciones de la mujer en la caricatura desde el psicoanálisis. “El tema de la democracia es muy amplio, y en este se insertan cuestiones como la equidad de género”, comenta Edith Leija, directora editorial de CartónClub. “En el caso de la caricatura, las mujeres parecemos estar en desventaja; mientras se conoce a hombres creadores, nosotras nos destacamos como gestoras. El cambio no va a ocurrir de un día para otro, pero eventos como este nos acercan a ello”.
El Primer Encuentro Internacional Cartónclub sucede esta semana y tendrá actividades hasta el sábado 8 de septiembre en el Museo Memoria y Tolerancia, el Goethe Institut y Cinéma IFAL. Para más información, visita cartonclub.com/lalineadefuego.