7 de septiembre 2016
Por: José Quezada Roque

Conoce a Jonathan Shaw, el autor elogiado por Marilyn Manson y Johnny Depp

Narcisa, la primera novela de Jonathan Shaw, publicada por una editorial independiente de Estados Unidos en 2008 y elogiada por artistas como Robert Crumb, Hubert Selby Jr., Lydia Lunch, Jim Jarmusch, Iggy Pop, Marilyn Manson y Johnny Depp, se publicó hace unas semanas por primera vez en español, bajo el sello de Sexto Piso.

 

Narcisa es una historia de drogadicción que va más allá de los cuentos de adictos. El personaje de Narcisa es un arquetipo y su nombre es una referencia evidente a la conducta narcisista. Creo que el egocentrismo es la raíz de todos los males y enfermedades del ser humano. En Narcisa no todo es bueno o malo. En realidad, es una persona inocente conducida por sus instintos hacia un camino de perdición”, dice el escritor.

“Es un libro muy divertido y fácil de leer. Sin embargo, tiene una razón de ser y un revés muy pesado: es una representación de la condición humana con la que quiero llevar al lector a otros estados de consciencia”, comenta sobre la novela cuyo título (Narcisa: Our Lady of Ashes) alude a Notre-Dame-des-Fleurs, la famosa novela del escritor francés Jean Genet.

AÑOS DE FORMACIÓN

Hijo del músico de jazz Artie Shaw y de la actriz de Hollywood Doris Dowling, Jonathan nació en Los Angeles durante la década de los 50. De adolescente se volvió adicto a la heroína y se involucró en el mundo de los barrios bajos y la delincuencia juvenil.

Sobre su formación como escritor, Shaw cuenta que empezó a escribir a los 14 o 15 años. “Descubrí a la Beat Generation cuando tenía 15 o 16 años. Leí mucho a Kerouac, Burroughs, Henry Miller, Céline, Fante y Bukowski, y me identifiqué mucho con la voz de estos autores. Yo, como un chico medio loco, empecé a escribir para expresarme. Siempre escribí, pero lo hice con disciplina hasta cumplir los 40 años”.

“Cuando tenía 17 años escribí un texto para un periódico en Los Angeles. Bukowski tenía una columna en ese periódico, yo aproveché para conocerlo y él me dijo: Tú escribes bien, pero no tienes nada de experiencia de vida. Nunca vas a escribir nada hasta que vivas lo suficiente como para conocerte. Después de vivir muchas aventuras y muchas vidas, me sentí autorizado a escribir algo auténtico”.

VIAJE A MÉXICO

Al preguntarle sobre los años que vivió en nuestro país, el novelista responde que “mucha gente nace en una tierra que no le pertenece. Muchos nacen en un lugar y sienten la voluntad de irse a otra tierra. Por algún motivo, no me sentí en mi país de origen. Siempre me sentí como un extraño en el nido. Tuve una adolescencia y una niñez muy turbulenta, mis padres eran muy locos y hubo historias de alcoholismo en mi familia. Desde chico me pregunté: ¿Qué carajos hago con esta gente?. Yo no pertenezco a este lugar. Después empecé a pensar en cómo salir de Estados Unidos, no me sentía cómodo con su sociedad y su cultura. Un día, a los 17 años, puse mi dedo en la carretera y terminé en México, junto a gente con la que me identificaba y podía estar cómodo”.

“La humanidad de los mexicanos era algo que faltaba en mi país”.

El sentido de la vida

“El verdadero sentido de la vida no es acumular tesoros en el mundo material. En el mundo material nada dura: dinero, fama y prestigio son bienes perecederos. Cuando vuelves a la tierra, todo eso también va hacia la tierra. Lo que dura son los valores que desarrollamos aquí: el amor, la compasión y el entendimiento”, concluye.