Sobre los vehículos que usan los 16 delegados del DF para trasladarse a eventos públicos se sabe poco aunque varios tienen asignadas unidades oficiales, la mayoría usa autos que son un misterio: no se sabe si pertenecen al erario público, si son propiedad personal o si son de empresas privadas.
Las delegaciones Benito Juárez, Iztacalco, Azcapotzalco, Venustiano Carranza, Coyoacán, Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo, Milpa Alta, Tláhuac y Xochimilco reportaron que sus jefes se trasladan en automóviles, propiedad de las dependencias, pero en los hechos, no todos se mueven como dicen.
El delegado de Miguel Hidalgo, Víctor Romo, “tiene a su disposición el total del parque vehicular con el que cuenta la delegación”, según la respuesta de esta dependencia a la solicitud de información 0411000258714, sin embargo, la Dodge Nitro 2011 que utiliza —y que nueva tiene un valor de 384 mil 485 pesos— no está dentro de los 160 vehículos que reportó como propiedad la demarcación. En su declaración patrimonial de 2013, que Romo hizo pública en julio de 2014, no se reporta ningún auto; es decir, el origen del vehículo en donde lo vemos siempre es un misterio.
Como él, Sergio Palacios, representante de Azcapotzalco que se transporta a los eventos oficiales en una camioneta GMC Terrain, que ronda los 580 mil pesos considerando que sea 2014 —y que, por cierto, utiliza matrícula del Estado de México—. Según la dependencia que encabeza, Palacios se transporta en una camioneta marca Ford 2010 (no especificaron qué modelo).
Ni Palacios ni ningún otro de los delegados ha hecho pública su declaración de bienes, a excepción de Romo.
Cuauhtémoc no se queda atrás. Alejandro Fernández, quien ayer pidió licencia al cargo, no tiene ningún vehículo oficial asignado, pero si quisiera, podría usar el Sedan Dodge 2005 que está destinado al uso de la Jefatura Delegacional —según respuesta a nuestra solicitud de información—. En los hechos, más bien usa una camioneta Chrysler Town & Country 2014, con valor aproximado de 503 mil 900 pesos.
Otro #misteriosinresolver es el origen del auto de la delegada de Iztacalco, Elizabeth Mateos, pues no se traslada en ninguno de los automóviles (Tiida Nissan y Express Chevrolet, ambos modelo 2011) que la delegación puso a su disposición, sino en un Honda Civic 2013 (que cuesta unos 291 mil pesos). Tampoco la motocicleta que utiliza con frecuencia está registrada en la delegación.
En los casos de Tlalpan —con Maricela Contreras—, e Iztapalapa —con Jesús Valencia—, los automóviles tienen un origen distinto. En sus respuestas a solicitudes de información, las demarcaciones a su cargo indicaron en noviembre y octubre, respectivamente, que estos funcionarios utilizan vehículos otorgados por aseguradoras bajo el concepto de “resarcimiento del daño sufrido a otro vehículo”.
Contreras obtuvo una Jeep Patriot 2014, mientras que Valencia un Nissan, no especifican el modelo, pero sí que es del mismo año. En el caso del exdelegado iztapalapense —pidió licencia el viernes—, a fines de 2014 tuvo un accidente con un Jeep Gran Cherokee modelo 2015, con un valor de 877 mil 400 pesos, a nombre de la empresa Amexire S de R.L. de C.V, según reconoció el mismo funcionario.
En Magdalena Contreras nadie sabe cómo la delegada Leticia Quezada llega a los eventos oficiales. Según respondió la dependencia a la solicitud de información: “En los expedientes no existe registro de asignación de vehículo oficial. Se desconoce si cuenta con vehículo particular”. Sin embargo, con base en las placas del vehículo, Quezada viaja en un automóvil Lincoln MKT que tiene un valor de factura de 694 mil 600 pesos y que fue adquirido a principios de 2014.
Adrián Rubalcava, titular de Cuajimalpa, usa una camioneta Mitsubichi Outlander, que en su matrícula indica que es un vehículo usado por una persona con discapacidad, pero según información proporcionada por la demarcación, el delegado no tiene ningún auto asignado.
TAMBIÉN INFRINGEN LA LEY
Los más multados por exceso de velocidad, desde que se adquirieron, resultaron ser la camioneta Tahoe 2009 que usa el delegado de Coyoacán, Mauricio Toledo: nueve infracciones desde el año de su compra a 2014, y le sigue la Honda Pilot 2011 de Jorge Romero, delegado de Benito Juárez, con dos infracciones.
Sin embargo, el jueves 15 de enero twitteros denunciaron que la camioneta de Romero, custodiada por sus dos elementos de seguridad a bordo de motocicleta, iba circulando en el carril de contrasentido en Eje 8 Sur. Aunque los twitteros compartieron el número de placas del funcionario con autoridades de la Secretaría de Seguridad Pública DF acompañadas de una foto que evidenció la falta, hasta el día de esta publicación Romero no ha sido acreedor a ninguna infracción por lo sucedido.
El único que declaró que la camioneta Escape 2013, con valor aproximado de 300 mil pesos en la que se transporta, es de su propiedad fue el delegado de Álvaro Obregón, Leonel Luna. Sin embargo, no está claro si la gasolina corre por su cuenta o forma parte de los 46 millones 61 mil pesos que Álvaro Obregón gasta mensualmente en combustible.
ASÍ HABLAN LOS COCHES DE LOS FUNCIONARIOS
“Los automóviles son una extensión de la persona que los usa y, por lo mismo, mandan mensajes que contextualizan la personalidad de cada dueño”, aseguró Héctor Gutiérrez, consultor en imagen pública estratégica y reputación online.
Según Gutiérrez los coches son accesorios que sirven para hacer click o alejar al electorado de los funcionarios, quienes deberían ser cuidadosos de lo que quieren proyectar.
“El problema de la ostentosidad en los automóviles de los delegados está en que proyectan autoridad y los hacen ver inalcanzables, lejos de la ciudadanía”, recalcó.
El consultor agregó que, si a esto le sumas falta de transparencia, genera desconfianza en la ciudadanía. “La gente se dice a sí misma ‘él se mueve así y eso salió de mis impuestos’, están mandando un mensaje erróneo y lejano con su electorado”.
“La clave está en tener automóviles terrenales, que demuestren cercanía sin caer en lo burdo de salir en autos que la gente tampoco se compre”, señaló.
Actualmente, dijo, se ha logrado empatar el lujo con lo discreto. “Hay muchos coches en el mercado que parecen de bajo perfil pero no lo son. Son caros y tienen mil aplicaciones internas, pero por fuera dan una imagen tranquila, no ostentosos y parecen accesibles, terrenales. Aquí la clave es la transparencia”, detalló el analista.
(Alejandra Crail)