El techo del edificio comenzó a caerse en la madrugada. La noche anterior había llovido fuerte y el agua se acumuló en la azotea de esa construcción vieja de 14 departamentos en República de Perú 43; por el peso, una parte del techo se vino abajo. Nadie salió lesionado esa noche del 22 de junio pasado, pero las ruinas del edificio quedaron a la vista de todos.
En el Centro Histórico, 29 edificios están en riesgo de colapso, aunque hay quienes afirman que son más de 100. El esplendor que tuvieron en la época de la Colonia, cuando fueron construidos, ya se extinguió.
Cifras del Fideicomiso del Centro Histórico (FCH) y el Instituto para la Seguridad de las Construcciones del DF (ISCDF) suman 29 inmuebles en esas condiciones.
El arquitecto Javier Villalobos, exdirector territorial de la delegación Cuauhtémoc en el Centro Histórico, estima que son alrededor de 100 los edificios que están a punto de derrumbarse.
“Esas casas abandonadas están en todo el Centro. Muchos de esos edificios fueron abandonados por los propietarios originales y los herederos ven tan conflictivo arreglarlos, porque se deben 30 años de agua o de predial o porque es complejo que les den permiso para arreglarlos (por ser patrimoniales), que dicen ‘mejor que ahí se quede’”, explica.
Un reporte del ISCDF detalla que el conteo de inmuebles a punto de caerse se hace a petición de las autoridades, pero que la elaboración del reporte depende también de que los propietarios o poseedores de los inmuebles den autorización a los peritos para ingresar. No todos aceptan, por eso el conteo es parcial.
Alejandra Moreno, quien hasta hace una semana era titular de la Autoridad del Centro Histórico, explica que por encontrarse en el perímetro declarado en 1987 como Patrimonio de la Humanidad, el gobierno podría intervenir esos edificios aunque sean propiedad privada, pero faltan recursos.
“Se tiene que hacer un estudio de tipo jurídico y, después, tendrían que intervenirse. Hay dos posibilidades: que el Instituto Nacional de Antropología e Historia o el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes puedan tener un fondo para la conservación del patrimonio, algo que se tiene que gestionar con tiempo, o solicitar a la Cámara de Diputados un apoyo para conservación de esos inmuebles”, dice.
En la mayoría de esos edificios —explica Villalobos— el deterioro empieza por los techos construidos con vigas de madera, donde a causa del agua de lluvia y movimientos del subsuelo las vigas se pudren y los techos se derrumban.
“Esa falta de atención hace que se muera la gente, porque a veces está dormida y se le cae eso”, dice.
Pero a pesar de las malas condiciones de las estructuras, de la insalubridad que se crea por la falta de funcionamiento del drenaje o de la carencia de agua o electricidad corrientes, hay quienes habitan esos inmuebles históricos y endebles. Y muchos de ellos lo hacen desde años, como parte de invasiones de grupos de poder que operan en el Centro Histórico.
¿QUIÉN SE ANIMA A VIVIR AHÍ?
Un montón de muebles, trastes y ropa quedaron tirados en la banqueta. Acaban de desalojar el número 56 de la calle República de Chile. Ese edificio está identificado con un riesgo inminente de colapsarse. Tiene entre 150 y 200 años, y es motivo de pleito entre líderes ambulantes, dicen los habitantes de ese edificio.
Algo que ocurre comúnmente con estos edificios a punto de derrumbarse —dice Javier Villalobos— es que están invadidos por comerciantes ambulantes.
“Si la reacción del propietario era no atender el edificio, porque amenazaba con colapsarse, pues ahora menos, porque hay gente que será agresiva cuando este señor quiera tratar de cobrar alguna renta”, dice.
VIVIR BAJO RIESGO
Este tipo de construcciones a punto de caerse no son inspeccionadas por las autoridades debido a que sus residentes no permiten la entrada de los peritos. Su temor, explica Javier Villalobos, es que puedan ser desalojados.
Existe un programa del gobierno de la ciudad para recuperar estos edificios, pero los inquilinos tendrían dificultades para explicar su presencia ahí y, por lo mismo, que les regresaran el edificio una vez recuperado.
FALTOS DE APOYO
Existe un Plan Integral de Manejo del Centro Histórico para los años 2011 a 2016, que prevé apoyos para estos edificios.
Entre las acciones de ese plan se incluyen proyectos de remodelación de edificios en riesgo para hacerlos viviendas nuevas, pero ninguno de los edificios fue restaurado.“(Cuando el Instituto de la Vivienda del DF) decide intervenir, en donde había 10 o 15 viviendas en alguna vecindad del Centro, ahora quieren hacer 57 departamentos y esto implica demoler lo que hay, dejar la fachada y hacer un edificio de tres o cuatro pisos”, explica Javier Villalobos.
Según el especialista Villalobos, sólo se cumplen algunos puntos del Plan de Manejo, pero el resto no, por lo que el Centro Histórico está en una situación crítica.
DATOS QUE TE INTERESAN
(Rafael Montes)