Inaugurado el 16 de septiembre de 1910, el Ángel de la Independencia es un lugar imponente e histórico, y un recordatorio constante de nuestra libertad
Punto de encuentro para mexicanos y turistas, el Ángel de la Independencia es uno de los monumentos más representativos de nuestra ciudad. Ubicado en Paseo de la Reforma, una de las avenidas más famosas de la capital, ha servido como escenario fotográfico y ha sido testigo de festejos y protestas de toda índole. A continuación, te compartimos algunos datos interesantes sobre este monumento.
La inauguración
Tanto Antonio López de Santa Anna como Maximiliano de Habsburgo tuvieron la idea de levantar un monumento para honrar la Independencia de México; sin embargo, fue Porfirio Díaz quien decidió llevar este plan a acabo.
Dicho proyecto estuvo a cargo del arquitecto e ingeniero Antonio Rivas y del escultor italiano Enrique Alciati. Su construcción comenzó en 1902 y se inauguró el 16 de septiembre de 1910 para celebrar el centenario de la Independencia.
Cabe mencionar que se realizaron dos ceremonias de colocación de la primera piedra del proyecto, ambas realizadas por Porfirio Díaz, una en 1902 y la otra en 1908. Todo este trabajo tuvo un costo para la época de 2 millones 150 mil pesos.
Un mausoleo como monumento
Una de las curiosidades que todo mexicano debe saber sobre el Ángel es que desde 1925 este sitio es un mausoleo, pues en sus profundidades se encuentran las urnas donde descansan los restos de algunos héroes de la independencia.
En su interior podremos encontrar los restos de Juan Aldama, Ignacio Allende, Nicolás Bravo, Vicente Guerrero, Miguel Hidalgo y Costilla, José Mariano Jiménez, Mariano Matamoros, Francisco Javier Mina, José María Morelos y Pavón, Andrés Quintana Roo, Leona Vicario, Guadalupe Victoria, Pedro Moreno y Víctor Rosales.
Es importante mencionar que la puerta del mausoleo tiene un medallón que representa la República Mexicana. Se ha dicho que Antonieta Rivas Mercado, hija del arquitecto Antonio Rivas, fue la modelo para este detalle.
Una estatua oscura
Un dato no tan conocido es que en la entrada del mausoleo se encuentra una estatua que hace referencia al irlandés Guillén de Lampart. Se dice que este oscuro y desconocido personaje se hizo pasar por el hijo de Felipe II de España para proclamarse rey de México. Sin embargo, al ser descubierto fue condenado y quemado en la hoguera.
¿Ángel o diosa?
Contrario al nombre con el que se le conoce popularmente, la figura que protagoniza esta imponente columna no es la de un ángel. En realidad, se trata de la Victoria Alada que representa a Niké, la diosa griega del triunfo.
La estatua de bronce de 6.7 metros de altura, que está cubierta de oro y pesa siete toneladas, fue creada por el italiano Enrique Alciati.
Entre los detalles que podemos encontrar en esta imponente figura es que en su mano derecha sostiene una corona de laurel triunfante, mientras que en la izquierda sostiene una cadena que simboliza libertad de más de tres siglos de dominación española.
Un terrible acontecimiento
Uno de los eventos que marcó la historia de este monumento fue el temblor del 28 de julio de 1957, ya que la Victoria Alada cayó y sufrió severos daños. El escultor José Fernández Urbina se encargó de la restauración, que duró más de un año. El monumento se reabrió el 16 de septiembre de 1958.
Años más tarde, el Ángel sobrevivió al devastador terremoto de 1985 con daños menores. Tras su caída, la cabeza de la Victoria Alada fue resguardada, y actualmente se encuentra expuesta en la casa de los Condes de Heras y Soto, en el Centro Histórico.
Pero a pesar de los terremotos, los cambios políticos y los cambios sociales, el Ángel de la Independencia sigue —y seguirá— en pie custodiando nuestra ciudad con su grandiosa figura.