En sólo tres años se duplicó el número de centros comerciales en los límites de Benito Juárez y Coyoacán, lo que complicó el tránsito local.
Al sur del DF hubo una ‘explosión’: en los últimos tres años se abrieron cuatro nuevos centros comerciales, en los límites de las delegaciones Benito Juárez y Coyoacán, que se sumaron a cuatro ya existentes en un radio de apenas dos kilómetros.
La mayoría se instaló en las inmediaciones de avenida Universidad, entre División del Norte y Miguel Ángel de Quevedo, en Benito Juárez, una de las demarcaciones menos pobladas del DF, con 385 mil habitantes (4.4% de los capitalinos).
Cines, gimnasios, librerías, restaurantes, tiendas de ropa y de autoservicio llegaron a la zona, donde ya había este tipo de servicios, y donde, advierten los vecinos, esta abundancia de establecimientos comerciales trajo consigo un acompañante indeseado: un incremento del congestionamiento vial.
“Ahora, como están proliferando las plazas comerciales, aunado a que se quita el Hoy No Circula, pues hay horas en que uno no se puede mover. Es un auténtico caos esto”, dice Benjamín Vázquez, vecino de la colonia del Valle y presidente de la organización Poder Ciudadano Benito Juárez.
En un recorrido, se constató que para cruzar Universidad en auto, de Miguel Laurent a Miguel Ángel de Quevedo, hacer el trayecto de tres kilómetros toma entre 30 minutos y 60 minutos en horas pico, cuando antes se hacían 15.
“A veces la gente se estaciona en las calles aledañas y es difícil que nosotros como vecinos encontremos un lugar”, dice Alberto Domínguez, quien vive a la vuelta de Plaza Universidad.
“En esta época viene mucha gente a las plazas y no podemos llegar a nuestras casas porque están las avenidas totalmente saturadas. Es un estrés el que tiene uno porque ya no puedes llegar a la colonia, está atascado Río Churubusco, Universidad, Popocatépetl y Cuauhtémoc”, agrega Consuelo Zalpa, vecina del pueblo de Xoco, entre Benito Juárez y Coyoacán.
Otros efectos secundarios
A sólo unos meses de la apertura de los más recientes centros comerciales —Universidad 767 y Oasis Coyoacán—, los vecinos también temen que otros problemas lleguen a la zona.
Benjamín Vázquez señala la posibilidad de que aumenten los asaltos debido a la mayor presencia de personas con medio y alto poder adquisitivo que acuden a estos inmuebles, mientras Consuelo Zalpa advierte que crece la demanda de servicios públicos, como la recolección de basura.
“Creo que hay gente que entra temprano y no tiene la oportunidad de dejar su basura en las colonias de donde vienen, y se traen las bolsas de basura”, dice.
¿Y los estudios de impacto?
En el DF, las delegaciones son las que dan los permisos para la construcción de estos lugares, previo visto bueno del GDF. Para hablar de los criterios con los que se autorizó la edificación de estas plazas, Máspormás solicitó entrevista con autoridades de la delegación Benito Juárez —donde se ubica la mayoría de estos centros—, pero éstas no habían respondido al cierre de esta edición.
Jorge Montejano, urbanista e investigador del Centro de Geografía y Geomática (Centro Geo), explica que este tipo de nuevas plazas responde a una tendencia de generar espacios enfocados a comunidades pequeñas, en contraste con los anteriores y grandes de escala regional —como Perisur—, enfocados a atender a la población de entre 15 y 30 kilómetros a la redonda.
“La rentabilidad de los grandes centros comerciales ya había declinado en Estados Unidos desde los 80. Creo que es un efecto retardado del modelo de negocio norteamericano a México”, dice.
Uno de los aspectos que favoreció la proliferación de este tipo de plazas en esta zona fue que los desarrolladores buscan flujos de personas a través de infraestructura de transporte público y vial. Sobre avenida Universidad, por ejemplo, confluyen tres ejes viales y hay cinco estaciones del Metro.
De acuerdo con Montejano, la idea de estas plazas comerciales es que la gente de la zona no se tenga que desplazar grandes distancias. Sin embargo, debido a las normas del DF, se fomenta la construcción de espacios de estacionamiento, lo que genera que la gente llegue en automóvil aunque viva cerca del lugar.
“Evidentemente, los estudios de impacto urbano y ambiental nunca han considerado en términos reales el impacto que genera al barrio mismo, como a todo el sistema metropolitano”, explica.
Los vecinos coinciden con esa impresión y aseguran no oponerse a las plazas en sí, sino a que sean edificadas sin planeación. “No es cuestión de que uno esté en desacuerdo en que la ciudad tiene que crecer, pero no hay un estudio [sobre las afectaciones] que hayan hecho con responsabilidad”, considera Consuelo Zalpa.
Inmuebles en expansión
Estas son las ocho plazas distribuidas en un radio de dos kilómetros:
- Plaza Universidad. Universidad 1000. Se inauguró en 1969 y fue uno de los primeros centros comerciales modernos del país.
- Centro Coyoacán. Coyoacán 2000. Se inauguró en 1989, cerca de Río Churubusco.
- Galerías Insurgentes. Parroquia 194. Abrió en 1992.
- Pabellón del Valle. Universidad 740. Fue abierto entre 2002 y 2003, cerca de Metro Zapata.
- Patio Universidad. Universidad 1038. Se inauguró en 2013, a metros de Plaza Universidad.
- City Shops. Félix Cuevas 374. Fue abierto al público en 2013.
- Universidad 767. Universidad 767. Abrió este año y está justo enfrente de Pabellón del Valle.
- Oasis Coyoacán. Miguel Ángel de Quevedo 227. También abrió en 2015 y ha causado molestia a vecinos y transeúntes.
Construcciones sin ‘candados’
De acuerdo con el urbanista Jorge Montejano, del Centro de Geografía y Geomática (Centro Geo), las autoridades de la ciudad deberían establecer ‘candados’ legales y reglas para que exista una mejor planeación donde es necesario construir este tipo de espacios comerciales. De esa forma, asegura el especialista, se lograrían maximizar las ventajas de estos lugares y minimizar sus afectaciones. “Puede haber beneficios siempre y cuando vayan de la mano con reglas que pongan las autoridades”, sostiene.