Desde las instalaciones hasta los gustos de los niños son aspectos fundamentales al seleccionar la actividades de los niños durante las vacaciones.
Terminaron las clases y los padres viven un nuevo periodo de angustia ¿qué hacer con los hijos? Cuál es la mejor opción: ¿dejarlos en casa o enviarlos a un curso de verano?
La elección dependerá de aspectos como el tiempo que los padres tengan libre, así como las posibilidades económicas, explica la sicóloga especialista en niños Nancy Steinberg.
Los cursos de verano, dice la sicóloga, surgen como una necesidad de los padres, que trabajan y no pueden estar con sus hijos en vacaciones, pero incluso para quienes sí tienen el tiempo es una opción que ofrece muchos beneficios para los niños.
“Es una oportunidad para que desarrollen y descubran habilidades o intereses fuera del área académica”, señala.
Relacionarse con otros niños es otra de las ventajas, “los niños que tienen algún tipo de dificultad para relacionarse en su escuela, de repente, cuando los sacas de ese ambiente y los mandas a un lugar diferente empiezan a descubrir que sí pueden relacionarse con otras personas”, explica Steinberg.
Hay padres que simplemente buscan una actividad para entretener a sus hijos durante las semanas libres y no tenerlos en casa, en estos casos, “es mejor enviarlos a un curso”, señala la especialista.
Si para tus hijos las vacaciones son sinónimo de descanso y la idea de un curso resultar desagradable, Fabiola Torres, sicoterapeuta de la Universidad Iberoamericana, recomienda que antes de elegir la actividad los padres escuchen lo que el niño necesita y le gusta.
“Hay que motivarlos buscando un curso que se adapte a su situación personal, a su edad, a su madurez, a sus preferencias, este rechazo puede ser porque el niño siente que son vacaciones y no quiere despertarse temprano y volver al ritmo de la escuela”, recomienda.
También puedes plantearles varias opciones de curso o actividades a realizar, siempre y cuando puedas cumplir con las propuestas, señala la doctora Steinberg, por ejemplo: campamentos, quedarse en casa de los abuelos o algún viaje con otros miembros de la familia.
La edad es otro factor que se debe tomar en cuenta, la sicoterapeuta recomienda que sea a partir de los seis años.
“Mientras más tarde sea la edad es mucho mejor porque así los niños pasan más tiempo con los papás. No siempre se puede, pero si los papás tienen la oportunidad de vivir o realizar actividades con sus hijos, ya sea en casa o museos, parques, siempre será mucho mejor el tiempo que pase en familia”, explica.
Si quedarse en casa –ya sea al cuidado de unos de los padres, de un familiar o nana- es la opción más viable, Torres recomienda planear actividades en las que se incluya a los niños, como salidas a museos, obras de teatro, experimentos caseros, cocinar o juegos en familia.
COMO ELEGIR EL MEJOR CURSO
Buscar un curso de verano es una tarea que requiere de investigación, conocer los gustos, habilidades y carencias de los niños.
Antes de decidir, la pedagoga Lilian Rodríguez recomienda a los padres formularse las siguientes preguntas: “¿Qué quiere el niño? ¿Está dentro de mis posibilidades económicas y de tiempo? ¿Estará bien supervisado?”.
Aunque la opinión de los niños es importante, Rodríguez señala que hay que “equilibrar lo que quieren, con lo que los padres pueden ofrecerles”. Para esto sugiere realizar una lista, basada en sus gustos, y mostrarle las opciones que puede tener para el verano.
Si la actividad lo motiva ya es un punto a favor pues, de acuerdo con la psicoterapeuta Fabiola Torres, “no lo tomará como un castigo, sino que estará en un espacio mucho más recreativo y vacacional”.
Además de las preferencias, la psicoterapeuta explica que el curso debe adaptarse a su edad y madurez.
“En preescolar se debe fomentar la autonomía de los niños con cursos más lúdicos, artísticos o de contacto con la naturaleza; en primaria se puede buscar cursos científicos, experimentos con comida, musicales, paseos en museos o deportivos, pues están en una etapa de desarrollo intelectual”, señala Torres.
También existen los cursos denominados de regularización, en donde se refuerza lo aprendido en el curso escolar. La sicoterapeuta sólo los recomienda cuando haya un rezago notorio, que incluso implique repetir el ciclo escolar. “En este tipo de cursos (recomiendo) buscar uno que tenga un corte mucho más lúdico; hay maneras de enseñar más tradicionales y otras en las que se puede utilizar juegos y experimentos”, señala.
Informarse sobre quién atenderá a los niños durante el curso es otro de los aspectos a considerar. Lucero Castillo, coordinadora de Servicios Educativos del Museo Anahuacalli, dice que el personal debe estar capacitado, ya que “de ellos dependen las actividades, la guía y el cuidado de los menores”.
El lugar en donde se desarrolle el curso también es fundamental para que los niños se sientan motivados, Castillo apunta que este debe contar con “áreas de recreación y esparcimiento, y debe ser atractivo”.
“Un curso de verano no tiene por qué resultar tedioso para los niños”, añade, por lo que recomienda sobre todo buscar actividades que estimulen el desarrollo de sus habilidades.
PROFECO RECOMIENDA
Cada año, la dependencia pide a los padres tomar en cuenta las siguientes recomendaciones:
Cerciorarse de que el curso sea serio, en el cual los organizadores esté comprometidos con su labor.
Informarse sobre la seguridad del lugar, preguntar si cuenta con personal y equipo adecuado en caso de emergencia médica.
Preguntar qué incluye el costo real del servicio (material, transporte y alimentación).
Solicitar y leer detenidamente el reglamento interno proporcionado por el proveedor.