Cobrar la pensión de un elemento caído en cumplimiento de su deber puede volverse un calvario para sus familiares.
Humberto Gómez es un fantasma. Su muerte no aparece en ningún portal de noticias y en internet no hay rastro del accidente que tuvo el elemento de tránsito, cuando lo atropelló el conductor de un camión que se dio a la fuga en Eje 10 e Insurgentes, el 29 de diciembre de 2006.
Para su mujer y sus cuatro hijos, fue un martirio tramitar el cobro de las prestaciones que la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) entrega a los familiares de un elemento policiaco caído en el cumplimiento de su deber. La familia tuvo que contratar a un abogado, ya que la Caja de Previsión de la Policía no quería entregarle la indemnización correspondiente a sus 21 años
de servicio.
El argumento principal de la dependencia para no ofrecer el 100% de los conceptos correspondientes fue que el día del incidente Humberto no se había presentado a trabajar, aun cuando hubo compañeros que atestiguaron su accidente.
Su hoja de fatiga –el registro en el que se firman entradas y salidas– se perdió en el camino y con ese pretexto, la primera cotización del retiro salió con un monto muy bajo. Fue entonces cuando su viuda, Guillermina Castro, decidió pagar por una orientación jurídica, aunque no fue fácil solventar el gasto extraordinario.
Para los deudos de un policía fallecido, es muy difícil atestiguar ante los medios sobre su condición; antes de dar con el caso de los Gómez Castro, se intentó contactar a cuatro familias que rechazaron la charla por miedo a represalías
Luego de cuatro meses de jaloneo jurídico, finalmente pudieron cobrar el primer cheque de su pensión, aunque en la negociación perdieron las becas escolares de los hijos menores y la posibilidad de que algunos de ellos ocupara la plaza vacante que les correspondía por ley.
En su ir y venir de las oficinas con pilas interminables de papeles, la familia Gómez se encontró con algunos uniformados y administrativos que los orientaron sobre la manera más fácil de seguir el proceso, pero también hubo quienes les pidieron dinero para saltar o agilizar trámites burocráticos. Además de escuchar la queja constante de uniformados que tenían que pagar a sus mandos directos sumas mensuales para obtener horarios especiales, chalecos limpios y armas en buen estado, un dato que confirmaron de forma anónima dos uniformados de tránsito de la SSPDF.
EL TRATO DIFERENCIAL
Cuando los cadetes entran a la policía, el discurso que se les da es que se integran a una gran familia que, en caso de que falten, velará por sus hijos y esposas. Pero en realidad existe un trato diferencial post mórtem, según la manera en que fallece un policía.
De acuerdo con la SSPDF, existen tres maneras de indemnizar a sus elementos: la primera es cuando no están en servicio, en cuyo caso reciben solamente 50% de su pensión. La segunda ocurre si el accidente se registra en horario laboral, correspondiente al 100% de compensación. Mientras que el último es cuando fallece un agente en un acto heroico, por lo que se les entrega el 100% de remuneración a sus familiares, más menciones honoríficas, que implican ingresos económicos extras.
Este último fue el caso de Esteban Cervantes, policía bancario e industrial que trató de detener a un hombre armado en una estación del Metro. A los familiares del llamado “héroe de Balderas” les entregaron los cheques correspondientes en tan sólo semanas, además de apoyo sicológico por un año y una plaza laboral al interior del Sistema de Transporte Colectivo.
Para el catedrático de la UNAM Arturo Cossié, una de las complicaciones que enfrentan los familiares es que, en muchos casos, la corporación argumenta que no hay manera de comprobar los detalles de una muerte ‘común’, pues “no tienen la evidencia o certeza de cómo sucedió, como la tienen cuando fue mediático”.
La familia de Humberto lamenta que exista un trato diferenciado hacia los elementos caídos, ofreciendo comodidades cuando las muertes se viralizan o llegan a los medios, mientras que aquellas que pasan desapercibidas deben cumplir con una larga fila de trámites engorrosos.
Su hijo mayor -quien también se llama Humberto- apunta el hecho de que su padre arriesgaba la vida todos los días, como un héroe, por lo que a su muerte el trámite debió ser ágil, además de que reprocha que el culpable de la muerte de su padre siga prófugo después de nueve años.
Para la dependencia local, el reconocimiento a los caídos llega con el minuto de silencio que se da en la ceremonia de graduación de los nuevos elementos del Instituto Técnico de Formación Policial del DF, en donde los nuevos policías continúan honrando a uniformados como Humberto, sin saber cuánto se podría complicar el cobro de su pensión para sus familiares, si les llegara a pasar algo.
PASOS A SEGUIR PARA LOS FAMILIARES DE UN POLICÍA FALLECIDO:
- Buscar asesoría legal dentro de la institución (sindicato) para conocer el procedimiento habitual y tener nociones básicas de la ruta a seguir.
- Solicitar copia del contrato del trabajador para conocer las cláusulas de indemnización, así como los términos en que se otorga.
- Revisar algunas de las leyes que amparan al gremio para evitar irregularidades en el proceso de indemnización.
- Por ningún motivo firmar un papel en blanco durante el procedimiento.
- Iniciar con los trámites de manera inmediata para evitar futuras complicaciones por plazos de temporalidad establecidos para el cobro.
Tipos de indemnización:
RECONOCIMIENTO PÓSTUMO DE LA ALDF
Otras instituciones, como la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), entregan a las familias un reconocimiento post mórtem, según la manera en la que el policía haya fallecido, que se puede presentar bajo la forma de dinero en efectivo o condecoraciones.
Dicho reconocimiento se realiza año con año en el recinto de Donceles y Allende, en donde se cita a la familia para recibir la presea distintiva por su servicio en el cuidado de la ciudadanía.
CIFRAS:
8 policìas han muerto en cumplimiento de su deber en 2015
87 mil elementos conforman la plantilla de la SSPDF en 2015
