Este fin de semana, la competencia de automovilismo más importante del mundo se celebra en la Ciudad de México.
ARTE: MAX ESTRADA
Los mexicanos son unos apasionados de la Fórmula 1: el año pasado, el regreso de la máxima competencia al Autódromo Hermanos Rodríguez atrajo a una nada despreciable cantidad de 336 mil 174 personas.
Una cantidad similar de personas se dará cita este fin de semana para presenciar el segundo año de esta nueva etapa de la F1 en la ciudad. El rango de precio de los boletos es amplio y para todo tipo de bolsillo, pues cuestan entre mil 500 y 18 mil 750 pesos, en las prinpales gradas del autódromo.
Desde el año pasado, el Gran Premio de México se inscribió en el calendario regular de la temporada de F1, después de una ausencia de 23 años de uno de los circuitos principales del automovilismo mundial que comenzó a funcionar desde hace 122 años.
Un avance a gran velocidad
La Fórmula 1 comenzó en 1894 y desde entonces sus carreras oficiales son conocidas como Grand Prix y se le agrega el nombre del país donde ocurre.
La tecnología de aquellos años permitía a los pilotos correr a una modesta velocidad de 18.66 kilómetros por hora en carreteras accidentadas y, por ende, peligrosas. Ahora, las velocidades rebasan los 350 kilómetros por hora a costa de varios pares de neumáticos que se usan en una carrera.
Pese a la velocidad que llegan a alcanzar los automóviles que compiten, la seguridad es uno de los detalles más cuidados de este tipo de competencias. Por ejemplo, para el regreso de la F1 a México el año pasado, se realizaron remodelaciones en el Autódromo Hermanos Rodríguez, entre ellas una nueva carpeta asfáltica para nivelar su pista.
Además, se ajustaron las curvas para que fueran más cerradas. Una de las más emblemáticas, La peraltada, era conocida por ser peligrosa: en ella se accidentó, por ejemplo, el piloto Ayrton Senna y el mexicano Ricardo Rodríguez perdió la vida.
Pero después de la remodelación, La Peraltada perdió hasta el nombre, ahora se llama Nigel Mansell, en honor al piloto británico que ganó el último Gran Premio de México, en 1992, previo a esta nueva etapa.
La técnica y la tecnología
La F1 no sólo es tecnología, se necesita también la sincronía y la técnica humana. Quizá uno de los ejemplos más claros se observa en las paradas de los pits, donde se fusionan velocidad y exactitud.
Aquí se cambian las llantas del vehículo con la ayuda de 12 personas (tres por neumático) y se realizan reparaciones y ajustes mecánicos en dos segundos o menos: el récord es de 1.92 y lo consiguió la escudería británica Williams en junio de este año.
Cada equipo de F1 ensaya por meses para conseguir la perfecta y milimétrica sincronía que se necesita en el reajuste de un vehículo, para que éste pueda volver a la pista.
Otro ejemplo es el repostaje —cuando se carga combustible en los autos— que hasta 2009 era uno de los atractivos de las paradas en los pits, pero fue prohibido debido a la posibilidad de causar incendios.
Sin embargo, Jean Todt, presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), anunció a principios de este año que los repostajes podrían implementarse de nueva cuenta en 2017.
Un buen negocio
La F1 constantemente desafía al hombre. Sin el reto de la innovación, el diseñador Rudolf Unlenhaut no hubiera incorporado elementos de la aviación militar en su Mercedes-Benz W196 y Colin Chapman no hubiera construido el monoplaza Lotus 25, cuya estructura se sigue utilizando.
También es un deporte excitante: el rugir de los motores, la taquicardia en los rebases, la gloria del vencedor que sube al podio, recibe la copa y se baña con vino espumoso que hasta hace un año era con champán, pero los tiempos cambian.
Todo deporte apela a la pasión, pero detrás del derroche de emociones existe un negocio en grande.
En México, la F1 dejó de realizarse en 1992. Para asegurar su regreso y realización durante cinco años, contados a partir de 2015, el gobierno federal invirtió, a través del Consejo de Promoción Turística, 210 millones de dólares, mientras que la empresa Corporación Interamericana de Entretenimiento (CIE) aportó 150 millones de dólares.
La decisión responde al cálculo de la derrama económica que este evento trae al país. El año pasado, la Secretaría de Turismo federal anunció que alcanzaría al menos 2 mil millones de dólares en cinco años.
Los cálculos también determinaban que 190 millones de dólares ingresarían al país por concepto de turismo y 45 millones corresponderían a estancias en hoteles y consumo en tiendas y restaurantes.
La realización de la F1 el año pasado contribuyó con una derrama económica de 12 mil 761 millones de pesos, estima CIE.
Además, la ocupación hotelera tuvo un incremento de 321 millones de pesos durante la semana del evento, y los turistas foráneos gastaron alrededor de 295 millones de pesos, sin considerar el boleto del evento y el hospedaje.
De esta manera es, sin duda, uno de los eventos deportivos más importantes del mundo y que este fin de semana se llevará a cabo en la Ciudad de México.
En cifras:
- 24 pilotos e igual número de escuderías participarán en el Gran Premio de México.
- 2 pilotos mexicanos, Sergio Pérez y Esteban Gutiérrez compiten en la F1.
- 71 vueltas tienen que completar los pilotos que participan en el Gran Premio de México.