Estafadores fingen ser parte de organizaciones gestoras de créditos de vivienda ante el Invi, pero en realidad quieren roban tu patrimonio.
ARTE: RAQUEL ARIZPE
Hace un par de años, Liliana Sotelo recibió una invitación para obtener un departamento financiado por el Instituto de Vivienda del Gobierno de la Ciudad de México (Invi) y la estafaron.
En principio parecía una buena oportunidad: una conocida le presentó a Montserrat Flores Linares Moreno, quien le aseguró que una organización donde tenía contactos estaba por obtener financiamiento del Invi para la construcción de un edificio en la calle de Coahuila, en la colonia Roma.
Montserrat estaba buscando gente que quisiera entrar al proyecto y que pudiera desembolsar una cantidad inicial de dinero.
Liliana, además, cumplía con todos los requisitos, principalmente que ganaba menos de cinco salarios mínimos al mes y no tenía una vivienda propia.
La idea le pareció buena porque, aunque es profesionista, actualmente no tiene prestaciones, pues trabaja por honorarios y de esta manera el sueño de una vivienda propia ya no parecía tan lejano.
“Acceder a un crédito bancario no es imposible, pero sí es difícil. Fue como una forma de poderte hacer de un departamento”, dice Liliana.
Pero ella no fue la única que recibió la propuesta. Varios de sus compañeros de oficina —al menos siete más— fueron invitados a participar y para ello tenían que darle a Montserrat 100 mil pesos.
“[El Invi] es una oportunidad de obtener una vivienda de alguna manera más accesible y en ese momento no contaba con el capital para hacerme de una y lo vi como una posibilidad”, dice otra de las compañeras de Liliana, quien prefirió omitir su nombre.
Una vez entregado el dinero, sólo restaba esperar, pero con el paso del tiempo comenzaron a desconfiar y Montserrat, que inicialmente les explicaba que el proyecto iba por buen camino, comenzó a ser evasiva y después dejó de contestarles el teléfono.
“Al principio nos tomaba las llamadas, incluso tenemos un chat de Whatsapp donde nos daba avances e información… o largas porque en eso se convirtió. Hoy en día ya no nos contesta las llamadas”, dice una de las compañeras de Liliana.
Vivienda sí, pero bajo tu riesgo
Historias como la de Liliana y sus compañeros de trabajo son recurrentes, principalmente porque desde hace varios años la única manera de conseguir un crédito del Invi es a través de asociaciones civiles, que ofrecen a sus agremiados la posibilidad de conseguir un departamento a bajo costo.
Estas asociaciones se encargan de conseguir un predio y hacer las gestiones necesarias para que el instituto les otorgue diversas líneas de crédito para construir un desarrollo de vivienda de interés social y popular.
Pero la gestión no es gratuita, ya que piden a sus agremiados cuotas periódicas y cantidades fuertes de dinero destinadas a la compra de predios sin que reciban garantías por su dinero.
Incluso, diversos testimonios recogidos por Máspormás dan cuenta de que algunas organizaciones les piden que asistan a mítines políticos para facilitar la gestión de sus créditos. La mayoría prefirió omitir su testimonio por temor a que las mismas organizaciones obstaculicen sus trámites de vivienda y pierdan su dinero.
Sus propios vigías
Un ejemplo de la desconfianza que genera este esquema es que de las 338 solicitudes de acceso a la información pública hechas al Invi en los últimos tres meses, al menos 225 eran de ciudadanos que preguntaron si diversas asociaciones estaban inscritas en el padrón del instituto, corroborar el nombre de los representantes legales y saber si existían gestiones sobre predios en específico.
Actualmente, el Invi cuenta con un padrón en el que están inscritas 237 asociaciones activas que gestionan créditos para financiar viviendas y se puede consultar en las oficinas de la dependencia, al oriente de la ciudad.
Entre las asociaciones inscritas se encuentran diferentes vertientes de la Asamblea de Barrios y del Frente Popular Francisco Villa, por nombrar algunas.
Anteriormente era posible obtener un departamento del Invi de manera individual y sin tener que formar parte de alguna asociación a través de la Bolsa de Vivienda del instituto, pero las inscripciones se cerraron desde hace varios años debido a que existía un rezago cercano a las 50 mil personas en espera de un departamento.
Esto ocurre porque el Invi no construye los desarrollos de manera propia para satisfacer la demanda de vivienda.
De ello se encargan las asociaciones civiles, quienes inscriben un proyecto que es aprobado por el Invi y reciben los créditos para sus agremiados. Esta situación es aprovechada por quienes fingen ser de una asociación y defraudan a los interesados en adquirir una vivienda a bajo costo.
Liliana y sus compañeros de trabajo aún tienen la esperanza de recuperar su dinero por la vía legal, ya que lograron que Montserrat Flores les firmara una serie de pagarés que amparan, de alguna manera, el dinero que le entregaron ante la promesa de vivienda que nunca llegó.
“La última vez que la vimos le dijimos que estábamos analizando varias posibilidades, entre ellas la demanda civil y penal”, dice.
En cifras:
- 117 mil construcciones y mejoramiento de vivienda eran necesarios en 2015 en la CDMX.
- 32% de esa demanda corresponde a viviendas populares y de interés social que atiende el Invi.
- 42% de quienes necesitan una vivienda no obtienen apoyo de ninguna institución.