En 2013, el GDF se comprometió a que mujeres ocupen la mitad de sus cargos para el final de esta administración, pero esa meta aún está lejos de alcanzarse.
En 2014, solamente tres de cada 100 mandos superiores del Gobierno del Distrito Federal (GDF) correspondían a una mujer, según el Instituto de las Mujeres de la Ciudad de México. El dato refleja la falta de igualdad de género en la administración capitalina y es un pendiente que su titular, Miguel Ángel Mancera, asegura estar comprometido a atender.
Para ello, Mancera —quien este 5 de diciembre llegó a la mitad de su gestión— firmó en 2013 un memorándum con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el que se comprometió a tomar medidas para que exista paridad de género en el GDF hacia el final de su mandato. Es decir, para que, al cierre de 2018, 50% de los cargos públicos sea de mujeres.
Las autoridades, sin embargo, reconocen que aún falta un largo camino para llegar a esa meta. “Es un reto formidable”, dice la secretaria de Trabajo, Amalia García, quien argumenta que lograr un reparto 50-50 implica modificar y vigilar los procesos internos del GDF.
“Debemos garantizar la aplicación de lineamientos para los procesos de convocatoria de contratación y ascensos con enfoque de igualdad de género, y también para garantizar la igualdad de condiciones para mujeres y hombres”, señala.
En la actualidad, la distribución de plazas totales del GDF es de 64% para hombres y de 36% para mujeres.
Para aumentar el porcentaje de mujeres, el GDF lleva a cabo constantes negociaciones con el Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno del Distrito Federal (SUTGDF), que controla 110 mil plazas por otras 138 mil que están bajo control del gobierno capitalino.
“Buscamos que el objetivo [de dar lugares a mujeres] se cumpla sin que sea una discriminación, dando prioridad a la capacidad y preparación de los empleados. [Al mismo tiempo] estamos dándole a todos los compañeros la garantía de que no por ser hombres se les rechazará”, dice Juan Ayala, líder del SUTGDF.
Tanto las autoridades como la organización sindical aseguran que lograr la igualdad de género no implicará crear más plazas —y con ello mayor gasto de recursos públicos—. En cambio, afirman que, para abrir espacios para mujeres, se está llamando a trabajadores hombres a entrar en el programa de retiro voluntario. Al respecto, Ayala detalla que siete mil 870 ya solicitaron esta opción.
La secretaria García considera que conseguir una distribución igualitaria de las plazas requiere compromiso de autoridades, sindicato y empleados.
Más allá del número de plazas
Las autoridades capitalinas reconocen que la igualdad entre hombres y mujeres significa más que repartir plazas. También abarca otros factores como la facilidad para ascender de cargo, los salarios y la presencia en puestos de decisión.
En este último rubro, sin embargo, el GDF ha avanzado poco desde que firmó el memorándum con la ONU. En 2014, sólo 3% de los mandos superiores del gobierno capitalino correspondía a mujeres. Para este año, el porcentaje apenas aumentó a 4%.
Manuel Fuentes Muñiz, abogado laboral y profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), señala que México y el Distrito Federal tienen huecos legales que frenan el que hombres y mujeres reciban un trato igualitario en este terreno.
“Existe aún la discriminación en factores de contratación y actividades. El tema de la igualdad no va ligado al de salario o las posibilidades que se puedan dar, además de que los roles de la mujer, como los maternos, no son tolerados y son causa de baja”, dice el jurista.
El GDF asegura que con sus acciones a favor de la igualdad de género no solamente busca atender una demanda social por trato parejo entre hombres y mujeres, sino dar el ejemplo para que el sector privado adopte medidas similares.
Tanto la Constitución como las leyes mexicanas señalan que nadie —incluidas las empresas— debe discriminar a otras personas por factores como la edad, la condición social o el género.
No obstante, en la capital son constantes las quejas de mujeres por acoso laboral, malos tratos o desigualdad de salarios. A principios de año, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) informó que, en promedio, en el mundo las mujeres ganan 22.9% menos que los hombres.
Balbina Hernández, directora de Fomento y Concertación de Acciones del Instituto de las Mujeres de la Ciudad de México, señala que lo anterior refleja tendencias culturales que deben combatirse día con día. “A la mayoría de las mujeres le interesa trabajar no sólo para incrementar el ingreso familiar […] Trabajan por derecho y por aportar conocimiento, y por estereotipos se les desestima”, subraya la funcionaria.
Largo camino hacia la paridad
Estos son algunos puntos clave de la lucha por las mujeres para tener más espacios dentro de la toma de decisiones:
- El artículo 1 de la Constitución establece que está prohibida la discriminación por género, así como por origen étnico, nacionalidad, edad, condición social, religión, opiniones, estado civil o preferencias sexuales.
- A nivel federal, en las cámaras del Congreso se han impulsado reformas para dar más espacios a las mujeres.
- En 2012, los partidos estaban obligados a dar 40% de sus candidaturas al Congreso a mujeres. Para 2015, la cuota de género subió a 50% y se fijó tanto a nivel federal como a nivel local.
- Algunas legisladoras de diferentes partidos han presentado propuestas de reforma para obligar a que la mitad de los asientos de los gabinetes de gobierno deba corresponder a mujeres.
Medidas de inclusión para otros grupos
Las autoridades del Distrito Federal aseguran que también quieren ser incluyentes con otros grupos. A principios de este año, por ejemplo, se anunció el inicio del programa Empodera-T, para beneficiar a personas con discapacidad. El jefe del GDF, Miguel Ángel Mancera, dijo que esta medida implicará abrir cientos de plazas para este sector. Además, según el funcionario, se tiene prevista la apertura de puestos de trabajo para personas de la comunidad LGBTTTI (lésbico, gay, bisexual, transgénero, transexual, travesti e intersexual).