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2 de agosto 2019
Por: Margot Castañeda de la Cruz

Guía para mezcalear en la Ciudad de México

En cualquiera de estas mezcalerías siempre habrá un mezcalito para ti, con su naranjita, su sal de gusano y su alma fiestera.

Hace algunos años solo encontrábamos mezcal oaxaqueño “joven”, “añejo” y “reposado” en un restaurante: Los Danzantes; así que el mundo se nos abrió cuando la primera mezcalería de la ciudad –de México y del mundo– abrió en 2004. La Botica nos presentó el inmenso mundo mezcalero en su localito de Campeche —cuando la Condesa aún era escenario underground.

Quince años después ya tenemos alrededor de 400 marcas y una industria con un 25% de crecimiento anual, según datos del Consejo Regulador del Mezcal. Aunque la escena enfrenta nuevos retos políticos, ambientales y sociales, este es un gran momento para gozar la oferta mezcalera en la Ciudad de México. En las mezcalerías chilangas encontramos mezcales de todas las regiones —las que tienen Denominación de Origen y las que no; eso sí: siempre con música, pachanga y ese bonito estado de gracia que alcanzamos después de tres caballitos y dos cervezas.

Archivo Maguey

La primera sucursal del refugio mezcalero y cumbiero oaxaqueño Archivo Maguey. Hay alrededor de 40 mezcales silvestres chulísimos de la mixteca –y otras zonas agaveras– desde $60 hasta $90 por copa. Es un bar guapachoso donde bien puedes catar mezcales ceremoniales superespeciales (como el ticunchi) o echarte un martini de mezcal y unos molotes de chapulines antes de perderte el bailongo, en su amplio espacio iluminado por un neón que dice: CUMBIA.

Av. de la Paz 33A, Col. San Ángel. Mié-sáb, de 17:00 a 2:00

Talismán de Motolinia

Siempre tiene buena música, de bandas, djs o amigos que curan la colección de vinilos. Su carta es breve y concisa: hay entre seis y doce mezcales artesanales, desde $75 hasta $180 por copa, que se acompañan con la fruta de temporada, no solo naranja. Varían por temporada –y disponibilidad–, pero todos son de pequeños productores de Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Puebla… Pa’ comer hay tapas mexicanas, cumplidoras, y para los cocteleros, cuatro opciones guapas.

Motolinia 31, Centro Histórico. Dom-mié, de 13:00 a 00:00; jue-sáb, de 13:00 a 2:00

La Botica

Fue la primera mezcalería de la ciudad –del país y del mundo–. Era un local pequeñito con rockola y barra llena de mezcales campesinos, sin marca, cremas y licores de agave desde $80. Aquí nació la costumbre de “ir a echar el mezcal” con chela, naranjas, sal de gusano y chapulines o quesillo pa’botanear. Ahora son muchas sucursales. Su estilo ha evolucionado pero algo de su esencia inicial permanece, como su preciosa colección mezcalera, sus coctelitos coquetos y su ambiente buena onda.

Varias sucursales, laboticamezcaleria.com

La Clandestina

Fue la segunda mezcalería de la ciudad y aún conserva su función de conexión pueblo-ciudad con sus mezcales de productores pequeños en distintas regiones de México. Decoración rústica, música popular, entre 20 y 30 mezcales tradicionales –entre ellos los de la casa, Mezcales Milagrito– desde $60 hasta $290 por copa, cocteles chulos con distintos tipos de mezcal, y tlayudas con chapulines: combo ganador para extranjeros y locales.

Álvaro Obregón 298 A, Col. Condesa. Lun, de 17:30 a 00:00; mar-mié, de 17:30 a 1:00; jue-sáb, de 17:30 a 2:00

Barra Alipús

Hace seis años Los Danzantes abrió su barra para ofrecer toda su línea mezcalera: desde los típicos jóvenes, añejos y reposados hasta su colección de mezcales silvestres de Michoacán, Sonora y varios pueblos de Oaxaca. Además: hay ediciones limitadas —o descontinuadas— como el Still Proof (directo del alambique) y el Arte Mezcal. En la noche, con jazz en vivo (cada jueves a las 20 h), un mezcal fino y un taco oaxaqueño, el ambiente se vuelve súper bohemio. 

Guadalupe Victoria 15, Col. Tlalpan Centro I. Lun-mié, de 13:00 a 23:00; jue-vie, de 13:00 a 1:00; sáb, de 9:00 a 1:00; dom, de 9:00 a 23:00

Bósforo

Medio clandestino, escondido detrás de una gruesa cortina roja, esta mezcalería es una gozada en la tarde (antes de la hora pico), porque te puedes sentar en la barra y pedirle al bartender que te dé a probar su variedad mezcalera (que siempre está cambiando). Cuando cae la noche el lugar se llena de locales y extranjeros, el volumen de la música se eleva y los mezcales corren como agua.

Luis Moya 31, Centro Histórico. Mar-sáb, de 18:00 a 2:00

Estanquillo el 32

Si no hubiera perdido ya su significado, podríamos usar el “de barrio” para describir a este lugar apareció en 2016 y, en lugar de desplazar y afresar la zona, se integró a ella como un punto de reunión y disfrute accesible para los vecinos. La palabra “estanquillo” es como de abuelita y está en desuso. Acá la recuperaron para definirse como una especie de tiendita con cosas ricas para llevar a la despensa (salsas, mermeladas, pan, aceites, dulces, conservas, cervezas artesanales y mezcales de distintas zonas del país). Si no quieres la botella y nomás un caballito, échatelo en su terraza llena de plantas bonitas y acompáñalo con unas tostadas caseras.

Dr. Enrique González Martínez 32, Col. Santa María la Ribera. Lun-mar, de 10:00 a 21:00; mié-sáb, de 10:00 a 22:00

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