En Heroínas transgresoras, la soprano Luz Angélica Uribe reivindica a las mujeres que fueron condenadas por un sistema patriarcal, orilladas al suicidio o a vivir apartadas de la sociedad
La mujer inadaptada era considerada una loca. La que renegaba del matrimonio o de la maternidad, loca. Si tenía sueños o iniciativa, estaba loca también. Luz Angélica Uribe sabe de locura, conoce las historias de quienes han desafiado las nociones impuestas por la sociedad. Incluso entra en la categoría de a quienes se les puede “justificar” la locura.
“Se dice que las prima donnas son las únicas mujeres con permiso de enloquecer. Tanto permiso se les dio que hay toda una producción de música y obras dedicadas a la locura femenina, a retratar a esos personajes desafiantes, a las que la historia las relegó y recluyó. De las que se volvieron heroínas al pelear por lo que en otros tiempos no podían tener”.
Luz Angélica es una mujer de voz potente. Piensa las palabras que saldrán de su boca como si antes de pronunciar, las escuchara en su interior. La actriz y soprano ha vivido la locura de hacer lo que le place: cantar.
Desde niña se supo afinada, que las canciones le salían bonitas. Descubrió que podía hacer cosas con la voz que para otros eran imposibles, sin embargo, el arte que la tenía prendada era la música y su instrumento era el piano.
“Empecé estudiando piano, pero es muy complicado. Para aprenderlo debe pasar mucho tiempo y tuve la buena fortuna de que pronto llegaron mis primeros trabajos como cantante. Empecé a evolucionar mucho con mi voz y decidí dedicarme a interpretar, aunque también toco varios instrumentos, actúo, escribo piezas y las produzco. Soy una persona a la que le gusta expresarse de todas las formas posibles”, cuenta.
Su debut fue en el Palacio de Bellas Artes cantando el papel de Lauretta en la ópera de Puccini Gianni Schicchi, y desde entonces ha interpretado a las principales heroínas operísticas en piezas como El elixir de amor, Los cuentos de Hoffmann, Rigoletto, La flauta mágica, Lucía de Lammermoor, La bohème, Fidelio y Orfeo.
La soprano, que ha actuado en Francia, Sudamérica, Alemania, Estados Unidos, Bulgaria y que recibió la medalla Mozart, presentará de abril a junio una temporada de Heroínas transgresoras, una puesta en escena escrita y cantada por ella misma en la que devela las historias de mujeres consideradas locas al paso de los años.
“Es un espectáculo que en una hora repasa siete arias que cubren tres siglos de producción musical con un fuerte discurso feminista que aborda temas como la relación de pareja, la maternidad y los retos de ser mujer, todo interpretado por una diva moderna que le pone humor y locura”.
El arte de transgredir
La heroína preferida de Luz Angélica es Lucía di Lammermoor, una joven enamorada de un hombre a la que su familia obliga a casarse con otro por ser de alcurnia. El día de la boda, entra en un estado de shock que la trastorna y antes de consumar el matrimonio, asesina a su esposo.
“Ella es la heroína operística por excelencia. Lucía mata a su marido en la noche que se supone se derrama la sangre de la mujer virgen. Es una imagen que me parece interesante porque retrata a las mujeres que en algún momento desafiaron sus roles sociales, se salieron de la protección familiar, perdieron sus herencias, sus ventajas de posición social e hicieron justicia por propia mano”.
Para dar voz a todas esas historias, Luz Angélica escribió y actúa el monólogo Heroínas transgresoras, pues considera que, además, es muy atractivo retratar la locura a través de la voz femenina que puede hacer cosas extravagantes, gritar, hacer sonidos agudos, graves o bizarros.
“Y si te pones a pensar, la salud mental es un tema muy actual. Más allá de que veamos a la locura como algo propio de quienes se atreven, también se ha hecho común que la gente se interese por saber más de sí misma. Las personas de ahora van con el psicoanalista o con el psiquiatra para descubrirse y en el teatro pasa algo similar, tú vas a una obra no solo para ver una historia sino para confrontarte, para aprender de los ojos con los que ves la vida”, dice.
Heroínas contemporáneas
Para la intérprete, la realidad está llena de heroínas cotidianas, actuales, quienes por desgracia han tenido que luchar por la forma en la que la sociedad las somete. Está convencida de que para vivir en la realidad actual hay que recurrir a la locura, pues solo así se pueden asimilar vivencias y llevarlas a los recuerdos, al pasado.
“A cada rato aparecen. Las mujeres que se tienen que buscar la justicia porque la sociedad o las autoridades no responden son unas heroínas, y el Estado está tan laxo que muchas veces hemos escuchado la historia de una chica que lucha contra quienes la quieren secuestrar o abusar. Luchar y salirse de una circunstancia así merece toda nuestra admiración, y por desgracia eso ocurre cada día en cada esquina”, dice la soprano.
Cuenta que además de salir de experiencias aterradoras, tienen que vencer la vergüenza de ser agredidas, de gritar en la calle, de cuestionarse si se están equivocando o si están malinterpretando la situación.
“La mujer tiene mucho miedo de dejar su rol social, pero llega el punto en el que lo tiene que hacer para defender su vida. Esas son las heroínas que tenemos ahora, las que siguen pagando con su existencia el derecho a vivir como lo desean”.
Heroínas transgresoras se presentará los miércoles y jueves del 17 de abril al 27 de junio en La Teatrería (Tabasco 152, Col. Roma Norte).