La muestra Híbridos en Bellas Artes, indaga en las distintas formas culturales del cuerpo humano y su hibridación desde el arte, la ciencia y la antropología.
Por Margot Castañeda y Alejandra Jarillo
Un híbrido es ¿un injerto?, ¿un mestizo?, ¿un ser experimental? Imposible definirlo. Es un indeterminado, pero si tiene rasgos humanos, lo reconocemos como uno de los nuestros. Es un instinto. Por eso, la hibridación es un punto en común entre numerosas culturas y una razón para el arte. La exhibición “Híbridos. El cuerpo como imaginario”, en el Museo del Palacio de Bellas Artes, indaga en esta particular tendencia humana a la hibridación y muestra las distintas formas culturales del cuerpo humano desde el arte, la ciencia y la antropología.
La exposición surgió a partir de una idea de Tatyana Franck, directora del Musée de l’Elysée, de Lausana, Suiza. Es una continuación del coloquio homónimo que se llevó a cabo en febrero de 2016 como una forma de explorar los numerosos seres híbridos que habitan el arte. El concepto curatorial fue una colaboración entre el Musée de l’Elysée, el MPBA, el Museo Nacional de Antropología, el Laboratorio de Antropología Social de París y el Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos.
La hibridación humana
Es imposible definir de manera realista u objetiva qué es un híbrido. Es un ser misterioso, alguien (o algo) transformado, fusionado: una excepción de la naturaleza o un progreso de la ciencia. Por eso es enigmático su concepto, toda vez que podemos encontrar hibridación desde las culturas milenarias —pensemos en los ídolos precolombinos— hasta el arte contemporáneo, como African Self-Hybridization, parte de la serie de la artista francesa Orlan, quien hizo un híbrido de su propio cuerpo en la búsqueda de su propia expresión.
Orlan se ha asumido a sí misma como una pieza de arte al ser la primera en someterse a nueve cirugías con fines de expresión, y no de belleza, para denunciar las cargas religiosas, políticas y sociales sobre “la carne femenina” y para transformar su propio rostro y tomar su “cuerpo como imaginario”, convirtiéndose en un ser híbrido, provocador y radical.
En su trabajo encontramos hibridación como un intermediario, algo experimental para reflexionar sobre las muchas formas en que las personas nos manipulamos, transformándonos o fusionándonos, para encontrar en “lo otro” una propia identidad.
Esta inclinación humana a alterar nuestra naturaleza es el eje curatorial de la muestra.
Ha estado siempre. En Europa, las mitologías tienen sirenas, medusas, centauros o pegasos. En nuestra cultura está la serpiente emplumada, o la madre águila. En pleno 2018, los híbridos ahora son robots humanoides y humanizados; hombres máquina, cyborgs, monstruos. “La temática del híbrido es fascinante —dice Tatyana Frank—, ya que descubrimos que en civilizaciones tan antiguas, y en zonas geográficas lejanas, como la mexicana y la europea, los híbridos son tratados de la misma manera”.
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Arte híbrido
La selección de piezas de Híbridos en Bellas Artes expone las distintas formas de hibridación, desde la naturaleza, la humanidad y la subversión. Encontramos la tortuga-pene de Toledo, los inquietantes Witkin y Bacon. Conviven también seres mitológicos de Occidente con prehispánicos mexicanos: como una esfinge egipcia y un hombre alado en un tejido huichol. Algunas de las obras tienen el prestigio de sus autores. Están presentes Rufino Tamayo, Francis Picabia, Pieter Brueghel el Joven, Pablo Picasso, Marc Chagall y Matthew Barney, etcétera.
Son 97 piezas y 30 de ellas provienen del Musée du Louvre, del Centre Georges Pompidou, del Museo Reina Sofía, de la Galleria degli Uffizi, entre otros espacios internacionales.
La muestra de Híbridos en Bellas Artes está dividida en tres secciones. La primera, Cartografía de lo vivo, presenta al imaginario cultural occidental. En, Naturaleza y humanidad están los híbridos mitológicos, referentes de la cultura pop: sirenas, esfinges, centauros, ángeles y demonios. Hibridaciones subversivas explora la autohibridación y sus razones: ¿qué buscamos al configurarnos como posthumanos?
Hacer arte es ver al mundo desde una perspectiva diferente, desde un imaginario, como crear un híbrido. La imaginación es la facultad de deformar —pensemos en el Guernica—, y mientras exista un artista que imagine, desarticule las formas existentes y deforme la realidad, los híbridos y el arte seguirán siendo buenos amigos.
Noche de Híbridos en Bellas Artes
El día de hoy, como parte de las actividades de Noche de Museos, el MPBA ofrecerá “Noche de híbridos”: visitas guiadas y boletos de cortesía a quienes asistan al museo disfrazados del híbrido que mejor los represente.
Además, el MPBA preparó actividades simultáneas y paralelas a Híbridos que están sucediendo en el museo y en sedes alternas. Por ejemplo: en el Museo de Antropología hay una selección de 32 objetos —parte del recorrido permanente— que representan las posibles transformaciones del cuerpo que los pueblos indígenas realizaban con un fin espiritual.
Todas las actividades pueden consultarse en las redes sociales del Museo (@mbellasartes en Twitter, Facebook e Instagram). Y recuerda: Híbridos en Bellas Artes estará hasta el 27 de mayo. Tienes casi un mes para visitarla.