Estudiar sin salir de casa

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Algunos papás ven en el homeschooling más ventajas educativas para los niños que las que ofrecen las escuelas tradicionales

ARTE: MICHEL LARIS

Francisco Michavila y Paloma Valladares son padres de dos niños. Decidieron que, al menos durante los primeros años de su infancia, aprendan las materias escolares en casa. Paloma, psicóloga especialista en educación, y Francisco consideran que la educación en casa o homeschooling es mejor que las escuelas tradicionales.

En cambio, Alejandra Morales todos los días despierta a Josué, su hijo de siete, para ir a la primaria. Josué cursa el primer año y es molestado por sus compañeros. Por esto, y sus bajas calificaciones, su mamá piensa que tal vez sea mejor educarlo en casa.

El homeschooling es reciente en México y no existen datos sobre cuántos padres educan a sus hijos así. Las leyes no impiden que niños en edad escolar aprendan las materias en el hogar, siempre y cuando aprueben exámenes en el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA).

A Francisco le entusiasma esta opción. “Hay quienes lo relacionan con el ala más conservadora de la educación, pues en Estados Unidos fue popular entre familias religiosas”, explica. “Más bien es un concepto moderno. Una opción que contemplan ejecutivos de Sillicon Valley, por ejemplo”.

Es tanto el interés de Francisco que, junto con Paloma, fundó una empresa que orienta a padres que deciden educar a niños en edad de ir a preprimaria o primaria. Michavila defiende que el homeschooling permite el desarrollo individual de capacidades y talentos a partir de la atención personalizada.

“Cuando los niños van a la escuela, presentan distintos niveles de aprendizaje: unos están más arriba y otros más abajo. Conforme avanza el curso, los más adelantados no pueden seguir su crecimiento porque el grupo o maestros no lo permite”, dice Francisco.

A pesar de que a Alejandra le interesa educar a su hijo en casa, no se ha decidido, pues no se cree capaz. “En la primaria me costó mucho trabajo entender cómo se hacía una raíz cuadrada”, dice. “No me imagino tratando de explicárselo a mi hijo”.

De acuerdo con Paloma, no es necesario que un padre domine todo. “Habrá temas en los no seamos expertos, pero el niño aprenderá por su cuenta”.

Un papá puede apoyarse con conocidos, amigos u otros homeschoolers expertos en materias que a un padre le fallan. “Lo más importante es que el padre se comprometa a ofrecerle al niño todo lo que necesita para el desarrollo de su conocimiento”, complementa Michavila.

Ventajas y contrapesos
Paloma explica que en el homeschooling “el niño avanza tanto como quiera, sin depender de sus compañeros o del maestro. Si le cuesta trabajo un tema, puede profundizarlo con ayuda de los padres y recursos didácticos”.

Además, la pedagoga subraya que este representa un nivel de estrés menor que el de niños que deben levantarse muy temprano y recorrer largas distancias para ir a la escuela. Esto les permite estar más relajados y concentrarse mejor durante la clase.

Entre las desventajas se encuentra la falta de interacción. “Algunas personas critican eso”, acepta Michavila, aunque enfatiza que la escuela no es el único lugar donde el niño socializa. También puede hacerlo en parques, con familia y en actividades deportivas.

Sin embargo, Ma. Elena Quintana, psicoanalista y especialista en pedagogía debate este punto. “Una de las fortalezas de la educación estandarizada es que el pequeño se acostumbra a escuchar diferentes posturas de un mismo tema, no nada más la de sus padres, sino la de todos los de su salón. A la larga, esto ayuda a que su educación no sea sesgada porque aprende tanto de los errores como de los aciertos de los demás. Además, es más fácil poner en práctica aquello que le parezca admirable de sus compañeros o maestros porque desarrolla su capacidad de identificación y de empatía”.

Si los padres deciden dejar el homeschooling para que su hijo se incorpore a una escuela, basta solicitar que el colegio aplique la Evaluación General de Conocimientos para acreditarlo, ya que se puede validar sin inconvenientes. El Artículo 64 de la Ley General de Educación establece que la Secretaría de Educación Pública expide certificados a quienes acrediten conocimientos que correspondan a cierto grado escolar de manera autodidacta u otros procesos educativos como el homeschooling.

Disciplina, la clave
No todos los papás pueden ofrecer este tipo de educación, pues tiene mucho que ver con sus posibilidades. En México, el soporte económico de los hogares depende en 73% de los hombres, y 26.4% de las mujeres, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2015. Según Valladares, los niños que se educan en casa requieren —mínimo— cuatro horas diarias de aprendizaje.

Alejandra Morales pertenece al 16.5% de jefas de familia solteras en el país. Trabaja como secretaria en una empresa de ocho de la mañana a seis de la tarde. La falta de tiempo y energía son otras razones por las que no se anima a educar a su hijo en casa.

“El homeschooling no es para todos. De los padres se requiere tiempo, responsabilidad y flexibilidad laboral”, advierte Michavila. Para algunos, es un reto imposible, para otros, una revolución del aprendizaje ante el sistema educativo tradicional.

En cifras:

  • 2 millones 800 mil alumnos asisten a la escuela de la CDMX de este ciclo escolar.
  • 6 países del continente contempla legalmente la educación en el hogar.
  • 3 países latinos permiten homeschooling: México, Argentina y Brasil.