Reconocer la identidad de género ha dejado de ser un papeleo largo para convertirse en un proceso ágil,
aunque con ciertas fallas
ARTE: NURI R. MELGAREJO
Desde 2008, el Código Civil y de Procedimientos Civiles de la CDMX reconoce el derecho de las personas al desarrollo libre del género con el cual se identifican. A partir de entonces y hasta la fecha, el trámite para que las personas trans cambien sus documentos de identidad se ha simplificado. En 2009 se dio la primera resolución favorable para que una persona lograra cambiar su identidad de género masculino a femenino. El proceso, sin embargo, no era sencillo: se debía realizar un juicio ante el Tribunal de lo Familiar, con un abogado defensor, dos testigos que afirmaran que la persona vivía de acuerdo al género al que afirmaba pertenecer y los dictámenes periciales de un psicólogo y un endocrinólogo que constataran no solo que el solicitante estaba en tratamiento médico para reasignar su género, sino que no padecía una psicopatología.
“Era completamente discriminatorio”, expresa Angie Rueda, mujer trans, doctora en Ciencias Sociales y defensora de los derechos de la comunidad transgénero. “Además, implicaba un gasto que podía llegar hasta los 30 mil pesos”.
En 2015, el código civil volvió a reformarse y ya no es necesario un juicio. Tampoco que la persona se someta a tratamiento médico de reasignación sexo-genérica. Basta con ser mayor de 18 años, asistir con cita al Registro Civil de la CDMX, presentar una identificación oficial, comprobante de domicilio, acta de nacimiento y CURP. En el registro se firman las solicitudes y se entrega un acta actualizada, cuyo costo es de 62 pesos. Si el trámite se realiza mediante el programa público Abogado en tu casa, el acta es gratuita.
“Estos avances los hemos impulsado a través del organismo Red de Trabajo Trans”, explica Angie Ruelas. Pero no quiere decir que se hayan acabado los problemas.
Ya tengo mi acta, ¿y ahora?
Una vez que el Registro Civil expide el acta que acredita la identidad de género, la persona debe acudir al Registro Nacional de Población e Identificación Personal con su CURP anterior, su acta primigenia y la actualizada, para que le sea asignado un nuevo CURP. Luego, tiene que presentarse en las oficinas del INE para obtener su nueva credencial. Para obtener el pasaporte, se requiere que la SRE reciba una notificación del Registro Civil y presentar la nueva acta.
En cuanto a la acreditación de estudios universitarios, el reconocimiento de la identidad también ha presentado avances. Oyuki Martínez fue la primera mujer trans en conseguir su título universitario en la CDMX. En 2014, se tituló en Ciencias Políticas y Administración Urbana, en la Universidad Autónoma de la CDMX. “Me gradué en 2010, pero mis documentos (a nombre de Héctor) no coincidían con mi identidad”, explica Oyuki. “A través de la Dirección de Disidencia Sexual de la universidad, trabajamos para modificar los estatutos y conseguimos que se respetara el derecho de los estudiantes a la identidad”.
Rosaura Olivero también ha conseguido que se reconozca, pero en la UNAM. Este año, se graduó de la Escuela de Trabajo Social. Con su acta, se presentó en la Dirección General de Administración Escolar, la cual emitió el cambio en el historial académico, para que concordara con su identidad.
Pendientes por resolver
A Rosaura tampoco le costó trabajo modificar sus documentos de educación primaria y secundaria. La SEP le resolvió en 10 días. El problema ocurrió cuando quiso el certificado del Consejo Nacional de Educación Profesional y Técnica. “Hasta el momento no me han dado respuesta. Me dicen que no saben”.
Enrique Ventura Macial, director de Admisibilidad, Orientación e Información de Conapred, indica que de las 1,003 quejas que ha recibido el Consejo de 2011 a la fecha, 128 corresponden a derechos vulnerados de la comunidad trans. “Nuestra propuesta es otorgar el documento que solicita, una solución conciliatoria”.
No es el único problema al que se enfrenta Olivero: cuando asistió al SAT a tramitar su nuevo RFC, le negaron el cambio bajo el argumento de que debía iniciar un juicio para nulificar su identidad anterior.
Para evitar que el funcionario niegue el servicio por desconocimiento, la activista Angie Rueda recomienda llevar una copia de la Gaceta de la Asamblea Legislativa del 5 de febrero de 2015, donde se publicó el reconocimiento a la identidad de género en la CDMX. Si la negativa persiste, la persona puede apoyarse en Copred y Conapred.
“El camino por el reconocimiento de la identidad aún no es fácil”, considera Angie Rueda. Las fallas administrativas de este proceso son diversas y no siempre son las mismas. Aunque existen universidades, como la UACM, que cuentan con protocolos para facilitar este trámite, existen otras instituciones que no contemplan que los alumnos cambien de género. Esto afecta a la comunidad trans, pues la falta de comprobantes que concuerden con su nueva identidad es un obstáculo para obtener trabajo. Si bien obtener la identidad de género se ha vuelto más sencillo, las trabas persisten y hasta que todas las instancias estén en sintonía para facilitar el reconocimiento de la identidad, se podrá considerar de un trámite libre de discriminación.
En cifras:
- 21 quejas contra servidores públicos se han registrado por actos discriminatorios. contra la diversidad sexual.
- 1,194 personas de la comunidad transexual han tramitado su INE en la Ciudad de México.
- 71.2% de las personas transexuales han sido discriminadas en la Ciudad de México.