La posibilidad de que deje de jugarse futbol ahí abre la puerta a que cambie el rostro de la colonia Ciudad de los Deportes.
ARTE: MICHEL LARIS
Alexis tiene apenas 12 años y es demasiado joven para saber que el Cruz Azul, su equipo favorito, sólo ha ganado un campeonato —en 1997— desde que juega en su actual casa: el Estadio Azul. También es demasiado joven para saber que la colonia donde se ubica el inmueble, Ciudad de los Deportes, se llama así porque en las primeras décadas del siglo pasado se proyectó construir ahí un conjunto que fungiera como un polo deportivo regional y nacional.
Hoy, el futuro de esa zona de la delegación Benito Juárez, emblemática para la Ciudad de México, se encuentra en entredicho, luego de que se diera a conocer que la directiva del club y los dueños del recinto, la familia Cosío, no han llegado a un acuerdo sobre el arrendamiento del lugar.
De mantenerse la situación, según ha informado el propio Cruz Azul, el equipo dejaría de jugar ahí en 2018 para mudarse de nuevo al Estadio Azteca —donde también juega el América— o incluso para buscar una sede propia.
En tanto, de acuerdo con diferentes versiones de prensa publicadas recientemente, la familia Cosío planea demoler el inmueble y, si esto ocurre, la Plaza de Toros México sería lo último que quedaría de la idea original de Ciudad de los Deportes.
Una ciudad dentro de la ciudad
La primera piedra de lo que se convertiría en Ciudad de los Deportes se colocó hace 72 años, el 28 de abril de 1944.
El sitio elegido para la construcción tenía una ubicación privilegiada, pues se encontraba a 10 minutos de recorrido en auto desde el centro, el oriente o el poniente de la capital del país. Además, se planeó que estuviera al lado de avenida Insurgentes, que entonces estaba recién pavimentada y era la principal arteria vial de la urbe, gracias a factores como su cercanía con otras vialidades, como Pennsylvania, San Antonio, Augusto Rodin y Holbein.
La idea fue pensada y financiada por el empresario Neguib Simón Jalife, quien, de acuerdo con su familia, buscaba crear un complejo deportivo y de recreación para la Ciudad de México, que en ese tiempo tenía una población aproximada de dos millones de habitantes.
El proyecto original —que la familia Simón proporcionó a Máspormás— contemplaba que la parte central del conjunto fueran la Plaza de Toros México y el Estadio Olímpico de la Ciudad de los Deportes, que en los 90 tomó el nombre de Estadio Azul. La edificación de ambas obras estuvo a cargo del ingeniero Modesto Rolland y se considera que fue innovadora para la época porque, por ejemplo, incluyó al primer estadio de la capital construido enteramente con acero y concreto.
Sin embargo, las aspiraciones de Neguib Simón Jalife no acababan ahí. El empresario también quería que Ciudad de los Deportes tuviera un edificio de frontón para 16 mil espectadores, una arena de box para 18 mil, canchas de tenis, boliches, dos albercas, un teatro con restaurante, un cine, un club deportivo, gimnasios, pistas de patinaje, un parque de diversiones y estacionamientos con capacidad para alojar a alrededor de cinco mil automóviles.
El proyecto incluso contempló un balneario con olas artificiales y una playa con arena traída del golfo de México, pero, a pesar de la expectativa que generó, su desarrollo se detuvo después de dos años de trabajos y 40 millones de pesos invertidos. Esto se debió a los problemas económicos que enfrentó su promotor y provocó que la mayoría de los recintos planeados se quedará sólo en el papel.
Únicamente terminaron de levantarse la Plaza de Toros México y el Estadio Olímpico de la Ciudad de los Deportes, que se inauguraron en 1946 y, ese mismo año, fueron vendidos a sus actuales propietarios: la familia Cosío.
Panorama borroso
Hasta la fecha, los Cosío no han dicho públicamente qué harían con el Estadio Azul en caso de no llegar a un nuevo acuerdo de arrendamiento con la directiva de la máquina celeste.
Las versiones periodísticas difundidas a principios de este mes mencionan que los planes son demoler el inmueble para edificar un hotel y un centro comercial. Para hablar del tema, se buscó a Grupo Hotelero Las Brisas, propiedad de la familia Cosío, pero éste declinó emitir comentarios.
Al respecto, la agencia de relaciones públicas de la empresa dio a conocer un comunicado, en el que refiere la construcción de un conjunto llamado Galerías Plaza Insurgentes, con un hotel de 220 habitaciones y un centro comercial con 20 mil metros cuadrados de superficie y 1,200 cajones de estacionamiento.
“[La obra] tendrá una inversión de 30 millones de dólares y brindará al huésped acceso inmediato a una gran variedad de opciones de entretenimiento, negocios y servicios como locales comerciales, restaurantes, cines y gimnasio, aunado a su localización estratégica a tan sólo dos cuadras del WTC [World Trade Center]”, señala el comunicado, el cual indica que los trabajos arrancarán en el invierno de 2016 y concluirán dos años después, pero no detalla la ubicación exacta del complejo.
En cifras
- 1946 fue el año en el que abrieron la Plaza de Toros México y el estadio de Ciudad de los Deportes.
- 13 mil personas trabajaron en la construcción de ambos espacios, emblemáticos de la capital.
- 20 años tiene el Cruz Azul jugando en el estadio de la zona, donde antes jugó el Atlante.