Contingencias ambientales, epidemias y hasta socavones en la Narvarte augura Antonio Vázquez, el adivino chilango.
FOTO: LULÚ URDAPILLETA
Un arco de metal envuelto en plantas artificiales sobresale en medio de unos muros de cristal al fondo de una plaza comercial en Santa María la Ribera. Las palabras “Brujo Mayor” reciben a quienes cruzan la entrada de este local, donde se percibe una mezcla de olores a inciensos y esencias, vigilados por figuras esotéricas de porcelana.
En contraste con el ambiente lúgubre de este lugar, la mayoría de quienes acuden vienen a que les consigan un poquito de amor.
Dinero, trabajo y salud son otras de las peticiones que más le hacen, pero no se comparan con el 80% de las solicitudes de ayuda por asuntos del corazón.
“Es lo que más inquieta a las personas, siempre me están pidiendo amarrar a su pareja o ayudarles a encontrar una. Cuando la gente piensa en la magia también piensa en el amor”, dice Antonio Vázquez Alba, mejor conocido como el Brujo Mayor de México, desde hace varias décadas.
Descubriendo poderes
Antonio Vázquez tiene 77 años y es considerado por sus creyentes una autoridad de la brujería en México. Incluso, cuenta que en Catemaco, Veracruz, —la capital mexicana de los brujos—, otros practicantes tienen altares con su foto para mostrarle respeto.
Detrás de su apariencia esotérica, Antonio Vázquez es un tipo amable y bonachón. Tiene una larga barba blanca que anuda para que no le estorbe y que le añade un aire de misticismo esotérico.
Antonio cuenta que desde los tres años sufrió múltiples problemas de salud que lo mantenían solo y en casa mucho tiempo, pero durante esos años también se descubrió brujo, o por lo menos con capacidades particulares que le permitían ver a seres de otras dimensiones a los que reconoce como “niños espirituales”.
“En mi casa se dieron cuenta de que había espíritus que me hablaban. Y como a los 10 años vieron que comencé a desarrollar el sentido de la adivinación. Hicimos muchos tratamientos médicos, pero a los 12, un monje que venía de Europa me curó de mis enfermedades y desde entonces tengo visiones (del futuro)”, dice Antonio.
Ya con sus capacidades descubiertas, cuenta que recorrió el país en busca de magia, hasta que llegó a Santiago Tuxtla en Veracruz, donde se estableció durante varios años y comenzó a enseñar a otras personas que compartían sus habilidades.
En ese lugar, dice Antonio, tuvo un enfrentamiento con Gonzalo Aguirre, el anterior Brujo Mayor. Sin embargo, este murió años después y la gente de Catemaco, Veracruz, reconoció a Antonio como la máxima autoridad en brujerías.
Lo que viene para la CDMX
Desde hace varios años, Antonio Vázquez organiza una conferencia de prensa donde da a conocer lo que depara el futuro sobre México en el año que comienza. Sin embargo, en diferentes ocasiones se le ha criticado por fallar en sus predicciones.
Con esto en mente, se aventura a hacer algunos augurios para la Ciudad de México, cuyo destino es ambiguo e incierto.
“A la Ciudad de México no le va a ir tan mal, hay algunos detalles que todavía se podrían corregir para evitar consecuencias, pero en lo general, esta ciudad va a tener un año completamente politizado”, predice.
Antonio se acomoda en la silla de su oficina, ubicada en una plaza en la que casi todos los locales son de su propiedad, voltea la pantalla de su computadora y dice: “Mira, aquí estamos tratando de dominar a Trump para que deje tranquilos a los paisanos”.
En la pantalla se ve una foto suya con los brazos extendidos y las palmas de las manos sobre una gran imagen del rostro del próximo presidente estadounidense.
“La ciudad es un mercado muy grande. No vamos a padecer ninguna escasez. En donde sí hay que poner atención es en las calles, con los drenajes y reparaciones porque vi —en el futuro— una hendidura por la Narvarte o la Del Valle. Se va a abrir una zanja y tendrán que desalojar gente. Va a tener varios metros de profundidad y abarcará un tramo como de 10 calles”, dice.
Entre sus predicciones, destacan temas difíciles para la capital, como diferencias entre diputados constituyentes que obligarán a tener una Constitución exprés y con poca discusión. Además de que augura, por lo menos, más de diez contingencias ambientales, una de ellas será severa y paralizará a gran parte de la capital. Según Antonio, hasta podría haber una epidemia durante el verano que obligaría a las autoridades a realizar campañas de vacunación de emergencia.
Y como plus, el Brujo Mayor derriba las ilusiones de algunos: “Aunque se haya reforzado, Cruz Azul seguirá sin ganar”.
Una actividad vigente
La filosofía del Brujo Mayor es llevársela tranquila: trabaja sólo dos días a la semana y, pese a ello, considera que la brujería da para mucho trabajo, porque la gente sigue confiando y acudiendo a consultas.
“Incluso te puedo decir que no hay ningún poderoso, rico, político o hasta narco, que no tenga en su equipo a un brujo. Quizá no es el que aconseja, pero lo tiene para protegerlo, para que no le hagan daño. Nosotros formamos parte de la orquesta de los poderosos, así como están los que llevan las finanzas, también aparecemos los brujos”, dice.
En cifras:
- 35 años tenía cuando se convirtió en el Brujo Mayor.
- 20 consultas semanales atiende en su consultorio.
- 80% de las consultas que da se relacionan con el amor.