El otro lado de la tecnología

Especiales
Gibrann Morgado se adentró en el mundo de la tecnología de manera autodidacta; hoy, busca compartir sus conocimientos sobre el lado oscuro de ciertas herramientas en esta exposición

En años recientes, hablar de tecnología adquirió un cariz oscuro. El escándalo de Cambridge Analytica y reportajes sobre el espionaje a periodistas y activistas por parte del gobierno mexicano han puesto a varios ciudadanos a cuestionarse sobre la seguridad de su propia información en internet y a pensar en cambiar la forma en que vemos la tecnología. Estos hechos han permeado en más de un sector de nuestras vidas, y el arte no es la excepción.

Gibrann Morgado es uno de los artistas cuya trayectoria se ha concentrado en analizar el alcance de los avances tecnológicos y digitales en la sociedad, además de generar, a la par, opciones para el uso de los mismos en terrenos prácticos y estéticos. Su proyecto “Crypto” fue ganador de la segunda edición del programa Culturas Disidentes, que hace unos días llegó al Centro Cultural de España en México para que podamos conocerlo.

El autodidacta se vuelve maestro

Morgado cuenta que la mayoría de sus conocimientos los adquirió de manera autodidacta. “Aprendí a diseñar, programar y a hacer uso de diversas plataformas a base de prueba y error, experimentando con interfaces, programas y entornos que yo desconocía. En este proceso, me fui dando cuenta de ciertas dinámicas injustas que existen y me parece necesario atenderlas para cambiar la orientación en que se dirige la tecnología”.

Como todo interés, la curiosidad de Gibrann por este tema lo llevó a conocer a personas que compartían su postura desde diferentes perspectivas. Así, fue creando en su mente un contexto o entorno, como él lo denomina, en el que se pudiera democratizar el acceso a estos temas, haciéndolo mucho más accesible al público en general. “Es comprensible que al hablar de esto, la gente se sienta intimidada por la cantidad de información o por la complejidad técnica, pero es necesario que conozca cómo funcionan las aplicaciones, las redes sociodigitales y las tecnologías que las soportan, porque hay políticas y condiciones que está aceptando, las cuales pueden afectar más de lo que benefician”, explica.

El resultado es “Crypto: Imaginarios y máquinas para la autodeterminación”, un programa colectivo en el que participan artistas plásticos, periodistas, desarrolladores, comunidades indígenas y asociaciones civiles, entre otros. Mediante instalaciones, piezas de realidad virtual, conferencias y proyecciones se busca promover la autoprotección de información personal, en primera instancia, para después pensar en nuevas formas descentralizadas de organización social.

“No hay que verlo como algo fatalista”, dice sobre el tema del monitoreo de información por parte de entidades corporativas y gubernamentales, “simplemente es parte de nuestra realidad, pero tiene una repercusión social y política, por lo que debe ser expuesta y revertida en la medida de lo posible”.

Una sociedad de sabiduría

La respuesta por parte de la sociedad civil ha sido tardía, considera Morgado, y representa apenas el inicio de un largo proceso de transición hacia la autonomía de las libertades de la información. Sin embargo, es igualmente necesario, pues solo mediante la colaboración será posible llevarlo a cabo.

Un ejemplo de esas acciones colaborativas es el “antihackatón” que busca cambiar el modelo competitivo e individualista del formato por un trabajo colaborativo de ingenieros, programadores y politólogos para desarrollar un sistema de votación cifrado que no se pueda corromper.

En 1993, Peter Drucker acuñaría el término “sociedad del conocimiento” para referirse a una población en la que el saber era parte integral de todas las instituciones, permitiendo la verdadera democratización.

El propio Drucker explica que para esto es necesario transformar la información existente en conocimiento mediante su asimilación y entendimiento cuya cúspide sería la sabiduría al entrar en relación con otras disciplinas y transformarse en tecnologías prácticas.

Morgado, por su parte, considera que el aspecto democrático será inexistente hasta que la sociedad en su conjunto tenga acceso a esos datos, algo que no considera que vendrá de parte del gobierno.

“Es algo críptico”, sostiene el artista. “Hay una comunidad muy hermética especializada en el tema y excluye a gran parte de la población. ‘Crypto’ se encarga de descifrar esa información para un público amplio, que puede incluso ser novato en el debate, pero ávido de protegerse”.

Algunos highlights

Phi, de Calum Bowden, Aliaksandra Smirnova, Aiwen Yin y Artem Stepanov. Plataforma para simular sistemas de intercambio de energía solar peer to peer y probar proyectos de inversión.

CSIA, de Jennifer Gradecki y Derek Curry. Pieza interactiva que te permite ponerte en los zapatos del que te vigila del otro lado de la pantalla.

Circuito abierto, Gibrann Morgado y Hugo Escalpelo. Sistema de reconocimiento facial que al identificar una cara la esconde con máscaras y metáforas visuales.

“Crypto. Imaginarios y máquinas para la autodeterminación” se exhibe en el Centro Cultural de España en México (República de Guatemala 18, Centro Histórico) hasta el 13 de enero de 2019. La entrada es gratuita.