Pese a tener pocas vías de acceso, tráfico e incluso inundaciones, se consolida como una de las principales zonas de corporativos de la CDMX.
Alejandro vive en una de las zonas con mayor plusvalía de la Ciudad de México, pero que también es una de las que más problemas tiene: Santa Fe.
Se instaló ahí hace tiempo, después de que tuvo la oportunidad de realizar una operación inmobiliaria y aprovechó para comprar una casa. “De otra manera, no viviría aquí”, comenta el economista de 44 años, quien reconoce que no es sencillo lidiar con el entorno de este rumbo de la delegación Cuajimalpa.
En su opinión, el principal problema de la zona son los obstáculos para la movilidad, que él ejemplifica con el hecho de que no puede llegar a pie al centro de Santa Fe, sino que forzosamente debe utilizar su automóvil o el transporte público.
Junto con estas dificultades para moverse, quienes viven, trabajan, estudian o por alguna otra razón deben acudir a esta parte del poniente capitalino deben encarar otras situaciones negativas, algunas de las cuales ya se vislumbraban desde que se concibió el desarrollo de Santa Fe en las décadas de los 80 y 90, de acuerdo con especialistas en el crecimiento de la ciudad.
“No hubo un estudio prospectivo adecuado sobre la capacidad de carga del terreno, entendido como las infraestructuras básicas necesarias para su correcto funcionamiento. Desde ahí, uno de los principales problemas, evidentemente, es la falta de accesibilidad”, menciona Jorge Montejano, doctor en Urbanismo e investigador del Centro de Investigación en Geografía y Geomática (CentroGeo).
Un estudio del Centro de Transporte Sustentable (CTS Embarq) estima que únicamente en esa zona se realizan alrededor de 850 mil viajes diarios. De ellos, 64% corresponde a traslados relacionados con actividades corporativas.
El problema está en que Santa Fe sólo cuenta con cinco vías de acceso. Las principales son Paseo de la Reforma y avenida Constituyentes, por donde llega la mayoría de las 233 mil personas que se calcula se dirigen a esta parte de la capital cada día.
Pero si una de estas vialidades queda obstruida —debido a accidentes, protestas u otros motivos—, se genera un fuerte tráfico que, incluso, llega a afectar vías cercanas como Periférico y Circuito Interior.
En ese contexto, de las 233 mil personas que a diario se dirigen a este rumbo, solamente 15% vive en la zona, y el resto corresponde a trabajadores fijos y temporales, unos 118 mil, así como a 100 mil visitantes y a los 15 mil estudiantes de universidades del poniente de la ciudad.
“Si analizas los datos de la gente que llega a Santa Fe a trabajar, podrás darte cuenta de que son personas que, por sus sueldos, no pueden pagar una residencia ahí. Si pudieran pagarla y tuvieran una seguridad laboral más o menos estable, te aseguro que vivirían cerca de Santa Fe [para evitar los largos desplazamientos]”, dice Montejano.
Al tráfico suma la lluvia
La cantidad de gente que se traslada a Santa Fe y las escasas vías de acceso derivan en que, por ejemplo, una persona que trabaja en la zona deba invertir un promedio de 26 horas anuales para llegar a su empleo, según el estudio de CTS Embarq.
Pero esto no es todo. La situación empeora por factores adicionales, como las lluvias de la temporada veraniega.
A finales de junio, por ejemplo, una tormenta de 40 minutos dejó congestionamientos viales, casas y estacionamientos de corporativos inundados.
Francisco Belmont, quien trabaja en uno de estos edificios, tuvo que aguardar hasta la medianoche para poder regresar a su casa en Toluca. “Ya no pude pasar, me quedé esperando como tres horas, hasta que me dijeron que abrieron la autopista”, cuenta.
Sin embargo, otras personas sufrieron peores afectaciones, como la pérdida de sus vehículos o de sus pertenencias.
Zona atractiva, pese a todo
A pesar de estos problemas, Santa Fe se consolida como una zona atractiva para inversionistas inmobiliarios, quienes siguen construyendo ahí debido a que le ven potencial de desarrollo comercial.
“Lo que pasa en la Ciudad de México es que hay tal escasez de suelo urbano que con tener terrenos donde no haya nada ahorita, donde no haya edificación previa, que la propiedad sea relativamente clara, con eso tienes mercado y tienes clientes”, explica Eugene Towle, director de la consultora inmobiliaria Softec.
Otro atractivo de la zona, de acuerdo con un reporte de la firma Cushman and Wakefield, es que el precio de renta por metro cuadrado para oficinas es uno de los más baratos de la capital: 22.71 dólares, es decir, menor al de otras zonas comerciales como Polanco, Reforma y Las Lomas.
Sin embargo, Towle reconoce que esas ventajas comerciales pueden quedar en riesgo o incluso desaparecer en cierto tiempo, si los problemas cotidianos del lugar no son atendidos pronto.
“Si no nos preocupamos por reforzar y por facilitar y ayudar a que la actividad económica sea cada vez más funcional y productiva, las empresas van a empezar a migrar a otro lado”, dice.
En cifras
- 25 mil pesos invierte al año una persona que trabaja en Santa Fe y llega ahí en automóvil.
- 13 mil pesos invierte una persona que trabaja ahí y llega en transporte público.
- 5 vías de acceso tiene Santa Fe, donde 87% de los vehículos que circulan es particular.