El 98.9% de las capitalinas ha sufrido algún tipo de agresión, sobre todo sexual, y sólo 11% lo denuncia ante las autoridades.
ARTE: ANDREE ÁVALOS
En la Ciudad de México y en el resto de las entidades del país no existen cifras exactas para generar un diagnóstico sobre delitos perpetrados en contra de las mujeres.
Por ejemplo, desde 2007, la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia estableció la creación del Banco Nacional de Información sobre Casos de Violencia contra las Mujeres (BANAVIM).
En teoría, el BANAVIM sería una herramienta para conocer el tipo, la frecuencia y la localización geográfica de ataques en contra de las mujeres, con información de la Secretaría de Seguridad Pública.
Con dichos datos se podrían establecer políticas públicas encaminadas a la erradicación de la violencia de género. Sin embargo, diez años después, el sitio web de esta aplicación (www.mujereslibresdeviolencia.gob.mx) se encuentra inhabilitado.
Incluso, en un estudio realizado por José Merino y Alexis Cherem para Data4, el número de averiguaciones previas sobre delitos sexuales que se reporta al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública no permite un análisis completo. Por un lado, porque poca gente denuncia y por el otro, los datos que se tienen no están desagregados por edad, sexo o condiciones del delito. Únicamente se establecen tres categorías: delitos sexuales (violación), estupro y “otros”.
En la Ciudad de México, durante enero pasado se denunciaron 115 delitos sexuales catalogados como de Bajo Impacto Social, de los cuales 94 fueron por abuso sexual, 20 por acoso y 1 por estupro; sin diferenciar el género de las víctimas. Entretanto, la violación, catalogada como delito de alto impacto social, sumó 25 averiguaciones previas; de nuevo, estas cifras no desagregan el género ni edad de los denunciantes.
Sin embargo, existen cifras sobre la violencia contra las mujeres en la ciudad, recabadas por organizaciones no gubernamentales. De acuerdo con un análisis realizado por el Instituto de las Mujeres y el Colegio de México, el 98.9% de las mujeres han padecido alguna forma de violencia sexual en sus trayectos en el transporte público. Las mujeres que enfrentan miradas lascivas constituyen 93%, 69% padece acercamientos indeseados y persecución, 39.7% ha sido fotografiada sin consentimiento, 50% ha recibido tocamientos, 25% recibió insinuaciones de relaciones sexuales y, en los casos más violentos, 10.3% fueron violadas, 3.5% obligadas a mostrar su cuerpo y 17.2% recibieron caricias forzadas.
A nivel nacional, datos del Inegi sobre violencia contra las mujeres establece que 63 de cada 100 mujeres de 15 años o más han experimentado al menos un acto de violencia física, sexual, económica, patrimonial o laboral. En la Ciudad de México, la prevalencia de estas acciones es del 72.
Agresiones sin atención
En México, el porcentaje de acciones para resolver delitos ejercidos en contra de mujeres no es alentador. “Sólo en 11% de los casos de violencia hay una denuncia y únicamente 2.4% concluye con sentencia condenatoria”, dice Ana Pecova, directora de la EQUIS, Justicia para las Mujeres.
De acuerdo con los análisis desprendidos del trabajo de esta organización, los obstáculos que enfrentan las mujeres para acceder a la justicia se vinculan con el género: “Las más afectadas son las que dependen de un defensor público por carecer de recursos para un abogado particular”.
Las sentencias no se salvan de estigmatizaciones sexistas. “Hace poco sacamos una campaña con las citas literales de los jueces al emitir una sentencia. Aún te encuentras argumentos que apelan al cumplimiento del papel de una madre tradicional, o argumentos como que a una mujer la golpearon por parecer un hombre. Los jueces no trabajan con perspectiva de género. Cuesta explicar qué es, porque se confunde como un favorecimiento a la mujer”, explica.
Pecova advierte que el acceso a la justicia no es sólo un problema para las mujeres víctimas de un delito, sino también para aquellas que atraviesan un proceso judicial. En el fuero común, las principales causas por las cuales las mujeres son detenidas es por robo. En el fuero federal, es por robo, homicidio y delitos contra la salud.
“No existe para ellas un debido proceso. Se les señala como criminales que no merecen nada. No se toma en cuenta que muchas cumplen con estereotipos de género: madres que ocultan el crimen de su hijo, cómplices que consideran cumplen un papel de buena pareja, mujeres que buscan dinero para mantener a su familia. Se les juzga igual que a un capo, sin tomar en cuenta el contexto”, dice.
La justicia en temas reproductivos es otro pendiente en la ciudad, de acuerdo con Karen Luna, investigadora del Grupo de Información en Reproducción Elegida. El nivel de quejas en los servicios de salud públicos por mala atención fueron 18 en la Ciudad de México, entre enero de 2014 y julio de 2015, lo que la coloca como el tercer estado con mayores casos de violencia, por debajo de Guerrero y Morelos.
Retraso de la atención urgente, malos tratos por parte de médicos, medicación excesiva y daño deliberado a la salud son los tipos de violencia que se ejerce sobre todo en mujeres jóvenes e indígenas.
En cifras:
- 115 delitos sexuales se cometieron en la Ciudad de México durante el primer mes de 2017.
- 11% de los casos de violencia contra la mujer se denuncian. Sólo 2.4% terminan en una condena.
- 18 quejas por mala atención en servicios de salud en la CDMX se registraron entre 2014 y 2015.