¿Qué tienen en común Messi, Pelé, Maradona, Cristiano Ronaldo, Jorge Campos, Cuauhtémoc Blanco, Johan Cruyff y varios más? Alberto Lati repasa sus infancias en su nuevo libro
¿Qué es lo que hace a un crack? ¿Cómo llega un pequeño a convertirse en el mejor futbolista del mundo? ¿Es el talento?, ¿el trabajo diario?, ¿la suerte? ¿O es una extraña mezcla de todas las anteriores? Interesado en el origen de los grandes futbolistas, Alberto Lati reúne en 100 genios del balón (Plan B, 2019) —el primer volumen de lo que promete ser toda una serie sobre las grandes hazañas del deporte mundial— las historias de un centenar de deportistas, pero centrándose especialmente en sus inicios. Su origen.
“La primera constante que encontré fue el haber sido desechados en un 95%. Yo diría que la perseverancia es el hilo común. La tenacidad. Por eso en la dedicatoria yo pienso mucho en mis hijos y en el cumplir los sueños y defenderlos. Es gente que luchó por el sueño. La gente piensa que esto es como con Mozart, a quien le salían las partituras sin tache alguno a la primera. Difícilmente un futbolista se hace así. Hay taches a manera de golpes, hay taches a manera de rechazo, hay taches de muchas formas, y el futbolista debe sobreponerse a todo. Y luego, el compromiso. Que muchos no lo tuvieron de manera constante”, explica el periodista mexicano.
En la lista, entre muchos personajes más, hay un pequeño que vende en la calle videos piratas y sábanas sin imaginar que llegará a convertirse en gobernador; también está un niño al que apodan Pelusa, que lo mismo juega a dominar una naranja que una bola hecha de periódico o tela, y se gana unas monedas colocando veneno para cucarachas; otro más, en Rumania, que pasa las tardes jugando con una bola hecha de pelo de caballo; también está un niño problema sueco que, años después, se autoproclamaría “Dios de los goles”, y, claro, un pequeño argentino con problemas de crecimiento que tuvo que abandonar su país para conseguir un tratamiento médico.
“Lo que realmente quería contar es cómo surgieron, cómo empezaron, qué derrotaron, a qué se sobrepusieron, si los separaron, si los discriminaron, si los apoyaron, si hubo alguien que creyera en ellos. Una historia de supervivencia, una historia de perseverancia, una historia de tenacidad”, dice el incansable periodista deportivo.
El proceso para escribir todo el libro tardó tres meses y Lati recurrió a entrevistas con futbolistas o familiares que había realizado tiempo atrás, así como a distintos libros para armar estos perfiles. Apenas volviendo del Mundial de Rusia, comenzó a trabajar. Quizás, una de las partes críticas del proceso fue el armado de la lista de nombres que incluiría en el volumen: “Dejé a muy relevantes fuera y no con poco pesar. Hay una frase muy relevante para mí en la introducción que es: ‘No están todos los genios que han existido, pero sin duda sí son genios todos los que aquí están’. Me hubiera encantado tener a Riquelme, tener a Kaká. Me hubiera encantado incluir a Alessandro Del Piero, me hubiera encantado incluir a muchos futbolistas a los que ya, desafortunadamente, no pude hacerlo. A Beckham. ¿Por qué?, porque el espacio era limitado y había que hacer una selección con base en lo que ganaron, pero también con base en la influencia, el impacto que tuvieron para el juego. Stanley Matthews ganó muy poco, pero fue muy relevante para el futbol británico y mundial con su longevidad. A partir de eso hubo que ir seleccionando y fue muy complicado. Ya hacia el final me di cuenta de que me faltaba, por ejemplo, Gianluigi Buffon, y tenía que estar. Es probablemente el mejor portero de la historia o uno de los mejores. Cuando terminé la lista, que la hice sin viciarme viendo otras listas, cotejé con otros medios y vi que por ahí andamos en un 88% parecido. Hay 12 jugadores que pueden ser muy variables. Por ejemplo, yo no pongo a Kenny Dalglish, que es una leyenda del Liverpool a quien me hubiera encantado incluir. Es complicado siempre”.
Sobre literatura y periodismo deportivo
A finales del año pasado, Lati publicó su primera novela, Aquí, Borya (Grijalbo, 2018), la historia de un escritor que viaja por el mundo en búsqueda de libros no leídos. “Cuando terminé Latitudes —Debolsillo, 2016— mi libro de crónicas, y empezaba a trabajar en el segundo, sentí que me repetía. Aunque cambiara el país que retrataba, aunque cambiara la cobertura, sentía que me repetía. De manera que quise hacer algo completamente diferente. Y así fue como se dio esta novela que me tardé en escribir mucho tiempo, dos años y medio, tres años. La gran diferencia es que en la crónica retratas lo que viste, aquí tienes que generar todo el retrato, tienes que hacer toda una inventiva, y además aposté por un método narrativo muy complicado. Fue una experiencia que disfruté muchísimo”.
Mientras que sobre el estado actual de la prensa deportiva en nuestro país, actividad a la que ha dedicado su vida entera, opina: “A mí me gusta que cada quien tenga su estilo. Algunos más empático, otros más disruptivo. Cada quien tiene derecho a hacer el periodismo como lo sabe hacer y como lo siente, y a mí me parece que mi manera es una y no tengo por qué cambiarla”.
Y, finalmente, sobre la tendencia de algunos a ver el periodismo de deportes como algo menor, Lati piensa: “A mí no me gusta cuando se diferencia tanto entre periodismo deportivo o político o financiero. O se hace periodismo o no se hace. La segunda palabra es innecesaria. Te lo digo yo que mis coberturas, mis reportajes, ya no son de deporte, ya no son de futbol. Me parece que la crónica es crónica, es un relato, es responder preguntas, es permitirle a una persona hacer un viaje por un episodio. Y no tiene por qué variar si es político, si es deportivo, si es de espectáculos, si es de sociales. O hay buen periodismo o no hay buen periodismo”.