Mascotas desechables

Más de 90% de las 25 mil mascotas que son eutanasiadas por los servicios de salud en el DF son entregadas voluntariamente por sus dueños

Capitán es un perro famoso. Pasó más de un mes en el Centro de Control Canino de Iztapalapa, sentenciado a muerte por haber mordido a una niña que lo agredió. Pero poco antes de que lo sacrificaran, consiguió un amparo que le salvó la vida y lo catapultó a la fama.
Sus defensores, los abogados de la asociación civil Gente por la Defensa Animal (GEPDA), consideran que su caso fue un modelo de éxito, ya que en 15 días lograron obtener su libertad.
Sin embargo, la mayor parte de los animales de compañía que llegan a los Centros de Atención Canina del Distrito Federal o a las clínicas veterinarias delegacionales no corre con la misma suerte. Cada año, las autoridades de la ciudad sacrifican, en promedio, a 25 mil animales, de los cuales 90% es entregado de manera voluntaria por sus dueños.
El resto forma parte de los 253 mil animales callejeros que estiman los Servicios de Salud Pública del DF hay en la ciudad.
“Cuando un perro es entregado por sus propios dueños, tiene menos posibilidades de salir, porque si la persona va y dice: ‘Ya no quiero a mi mascota’, lo sacrifican y la gente ya no se entera”, explica Ernesto Martínez, responsable de recibir reportes de crueldad en GEPDA.

Fotos: Alfredo Boc
Fotos: Alfredo Boc

De acuerdo con Danilo de los Santos, coordinador de Zoonosis de los Servicios Públicos de Salud del DF —el organismo encargado de la estrategia de control animal en la ciudad—, la gente lleva a sus animales porque no los pueden mantener, son agresivos o algunos están viejos y enfermos. Es gente responsable que no avienta al animal a la vía pública, asume.
Para las agrupaciones de protección animal como GEPDA o la Asociación de Protectoras de Animales en México (APASDEM), que agrupa a 99 albergues en el país, el problema es que actualmente no existe ninguna ley que obligue a los dueños de mascotas a adquirir un compromiso de largo plazo con sus animales de compañía.
“Las personas acostumbran comprar un perro, lo tienen una temporada, después les harta y lo regalan, lo sacan a la calle y se consiguen otro; es una cultura del desecho muy arraigada”, denuncia Mónica Pineda, directora de GEPDA.

Fotos: Alfredo Boc
Fotos: Alfredo Boc

RESPONSABILIDAD DUDOSA
En 2011, una reforma a la Ley de Salud del Distrito Federal obligó a las autoridades a prohibir la captura de animales que deambulan por las calles, a menos que exista una denuncia ciudadana al respecto, —que puede ser anónima—, además de que obligó a transformar los Centros Antirrábicos en clínicas veterinarias.
El cambio trajo consigo la responsabilidad de promover estrategias de tenencia responsable de mascotas, como las jornadas de esterilización gratuitas que, de acuerdo con Danilo de los Santos, han sido exitosas: “Estamos haciendo un promedio de 60 mil cirugías al año… Somos un ejemplo a nivel nacional, ya que contamos con 25 unidades móviles y 50 médicos veterinarios capacitados para realizarlas”.
Aunque existen estos programas, las asociaciones protectoras de mascotas consideran que hay una contradicción en el discurso de las autoridades, pues mientras promueven propuestas que incentivan la tenencia responsable, la Ley de Protección a los Animales del DF avala que cualquier persona pueda llevar a sus mascotas al sacrificio.

Fotos: Cuartoscuro
Fotos: Cuartoscuro

UNA POSIBLE SOLUCIÓN
Hasta hace un mes, las normas oficiales mexicanas contemplaban la electrocución como método alternativo de sacrificio, pero desde el 26 de agosto de 2015, los animales que se enfrentan a la muerte son anestesiados media hora antes de ser sacrificados mediante una mezcla de barbitúricos.
El destino al que se enfrentan cada año miles de animales en la ciudad se podría evitar, de acuerdo con Mónica Pineda, de GEPDA, y Patricia Valadez, de APASDEM, si se vigilara la venta indiscriminada de mascotas.
“Es alarmante la cantidad de animales que sigue en la calle, pero (las asociaciones) ya no podemos recibirlos porque ya no hay recursos y, aunque los tuviéramos, de poco sirven mientras del otro lado la llave siga abierta”. Mientras cada año se reemplacen con la venta de cachorros los 25 mil animales que se sacrifican, no servirán de nada estos esfuerzos.
“Sin pensarlo, se ha vuelto algo muy cómodo para los ciudadanos, porque saben que pueden adquirir un animal, pero que si se hartan, aburren o quieren otro, sólo tienen que llevarlo a un Centro de Control, al sacrificio”, concluye Pineda.

Fotos: Alfredo Boc
Fotos: Alfredo Boc

UNA REFORMA OLVIDADA
El año pasado, la Asamblea Legislativa local aprobó una serie de reformas a la Ley de Protección de Animales del Distrito Federal que, entre otras cosas, obligaba a los dueños de mascotas a incorporar un chip a sus animales para identificarlos y preveía multas de hasta 20 salarios mínimos y 36 horas de arresto por abandono. Las reformas no fueron publicadas por el Gobierno del Distrito Federal por considerarse inviables y se hicieron observaciones que aún no son discutidas en el Pleno.

UN AMIGO, ¿PARA SIEMPRE?

  • Considera que un animal de compañía es un compromiso que durará varios años, incluso más de una década.
    Dependiendo de la talla de un animal es el tiempo de vida que tienen; por ejemplo, los perros pequeños viven varios años más que los perros grandes.
  • Toma en cuenta los gastos, que son principalmente para atención veterinaria, alimento adecuado y entrenamiento para tener una buena convivencia con tu mascota.
  • Considera tener el espacio adecuado para que se desenvuelva. Lo peor que puedes hacer es confinarlo en una azotea, ya que por la falta de convivencia pueden desarrollar malos comportamientos.
  • Define el tiempo que realmente le puedes dedicar, para elegir el animal de compañía que más se adecúe a tu rutina.
    No tomes la decisión de adoptar o comprar de manera impulsiva; si no vives solo, platícalo con tu familia.

CIFRAS:

  • 2 centros de Atención Canina hay en la Ciudad de México.
  • 8 clínicas delegacionales sustituyeron a los Centros Antirrábicos.

PORQUÉ NO SE DEBEN ABANDONAR ANIMALES EN LA VÍA PÚBLICA?