A decir de Miquel Adrià, la ciudad tiene áreas que pueden reciclarse, un rasgo para hacerla más eficiente en términos de movilidad, por ejemplo. Ese y otros temas se abordarán en Mextrópoli
No es necesario estudiar arquitectura para interesarse por el tema y mucho menos por la ciudad. Así lo demuestra Mextrópoli, festival que celebra a la CDMX tomando como pretexto esa disciplina. “Es una oportunidad de ver una ciudad extraordinaria”, dice Miquel Adrià, director de Arquine, la plataforma detrás del evento.
Desde hace más de 10 años, Arquine organizaba congresos de arquitectura. Sin embargo, hace seis decidieron abrirlo al público en general para que la gente fuera partícipe en la transformación de la ciudad, y así fue como nació este evento. El festival tiene una premisa cada año y, en esta ocasión, es sobre los límites de la ciudad.
“Lo que más nos importa en Mextrópoli es que nosotros ponemos la mesa, es decir, damos las condiciones para dialogar las distintas partes que hacemos la ciudad: gobierno, ciudadanía y expertos en la materia”, cuenta Adrià.
El tema de este año es buscar dónde termina la CDMX, pues la zona metropolitana es muy extensa. Incluso, en ocasiones, se borran las fronteras entre la ciudad y el Estado de México, por ejemplo.
Según Adrià, la ciudad tiene muchas áreas que se pueden reciclar, lo cual es fundamental para hacerla más eficiente en términos de movilidad. El tema se abordará en conferencias, talleres, mesas redondas y otras actividades en la sexta edición del festival, que se llevará a cabo del 9 al 12 de marzo.
Ocupar el espacio público
Una de las cosas que hace único a Mextrópoli es la sección de pabellones que instala en espacio público: en total son 18 pabellones con los que la gente puede interactuar en la Alameda Central.
De acuerdo con Adrià, “la arquitectura tiene que regresarnos la capacidad para gozar la ciudad. Y generar esos pabellones es un modo de ver la ciudad que está ahí todo el tiempo, pero de una manera diferente y de compartir con amigos o familia”.
Para elegir los pabellones que forman parte de Mextrópoli se hace una curaduría, y solo uno es ganador de un concurso. Este año recibieron más de 350 propuestas. En esta ocasión hay un ganador chilango; en las últimas ediciones, el premio se lo habían llevado extranjeros. Se trata de uno realizado por Suma Estudio. Los otros pabellones se hacen por invitación: el festival llama a arquitectos de renombre a nivel internacional y, con apoyo de empresas aliadas, logran construirlos. También hay algunos realizados por universidades como La Salle, la UNAM y la Iberoamericana. Los puedes ver a partir del 9 de marzo y, claro, al estar en espacios públicos, no tienen ningún costo.
Cuando el festival termina, se intenta reciclar los pabellones en comunidades. A decir de Adrià, pueden “reaprovechar todas las estructuras”. Un ejemplo es la entrada del Huerto Roma Verde, que ha incorporado uno de los que participaron en ediciones anteriores. Estos pabellones “son para gozar la ciudad y mostrar que mejorarla no es solo tema del gobierno ni de arquitectos, sino que es un proyecto de todos”, cuenta Adrià.
Exposiciones de arquitectura
Otra parte de Mextrópoli es la sección de exposiciones, un momento único del año, pues difícilmente pueden verse tantas muestras sobre arquitectura en una sola ciudad. En esta edición son siete que están en distintas sedes: el Antiguo Colegio de San Ildefonso, en El Rule, en Archivo Diseño y Arquitectura, en el Museo Franz Mayer y en el Museo de la Ciudad de México.
La mayoría de las exposiciones también están disponibles a partir del 9 y 10 de marzo. Algunas son de entrada libre, mientras que para otras sí hay que pagar boleto —el costo varía según la sede—. Entre las muestras figura “SOM: arte + ingeniería + arquitectura”, que se centra en el trabajo de un despacho de Chicago que ha realizado varios rascacielos en distintas ciudades, como el Burj Khalifa en Dubái, el edificio más grande del mundo.
Otra de las exposiciones es “El corazón de París”, centrada en la transformación de la ciudad luz. “Uno pensaría que ya está terminada, pero no. Te das cuenta de que las ciudades son el proyecto más complejo que ha creado la humanidad y que nunca están acabadas; tenemos que repensar la ciudad generación tras generación”, explica el director de Mextrópoli.
¿Qué más habrá en Mextrópoli?
Para que todos nos acerquemos a la arquitectura sin necesidad de ser expertos, también hay otras actividades, como conferencias y talleres, y algunas de ellas pueden ser más específicas para los arquitectos. Son más de 20 conferencias con arquitectos de gran nivel, pero también van a participar políticos e incluso escritores.
Por ejemplo, va a estar presente el exalcalde de Los Ángeles, Antonio Villaraigosa, porque, según Adrià, son ellos quienes saben qué hace falta y qué se podría hacer en una ciudad. Por otro lado, Juan Villoro va a presentar el libro El vértigo horizontal, que es una colección de crónicas de la ciudad.
Además, para conocer los límites de la ciudad hay rutas programadas, algunas en bici, otras caminando y otras más en camión. Hay una hacia Tlatelolco, otra para conocer las construcciones de Teodoro González de León, de Mathias Goeritz y de Manuel Tolsá, para recorrer la Roma-Condesa y Ciudad Universitaria. Para asistir, hay que registrarse antes.
En la programación hay una mesa redonda (el sábado 9 de marzo, a las 17:00, en el Museo de Arte Popular) sobre la movilidad en la ciudad, en la que intervendrá Andrés Lajous, secretario de Movilidad de la CDMX, entre otros expertos. Consulta la programación completa en la página mextropoli.mx/programa.