Platicamos con la cantante chilena, Mon Laferte, a propósito del lanzamiento de su más reciente material y del comienzo de su tour
Sabemos que alguna vez has coreado alguna de sus canciones a todo pulmón. Ya sea por estar dolido, enamorado o por el simple hecho de apreciar el trabajo y crecimiento musical de la cantautora.
Norma Monserrat Bustamante Laferte, mejor conocida como Mon Laferte, es un personaje que no necesita presentación, pero es importante mencionar que su gusto por la música se manifestó a muy temprana edad y su éxito es el fruto de la constante dedicación por la que ha trabajado durante toda su vida.
Pertenece a la línea de artistas chilenos que están conquistando oídos, como Gepe, Francisca Valenzuela, Javiera Mena, Álex Anwandter, Pedropiedra y más. Se instaló en la caótica Ciudad de México desde hace 12 años (ahora, dice, es más chilanga que chilena), comenzó a tocar en pequeños foros e incluso se aventuró a los vagones del Metro para dar a conocer su proyecto musical.
“Llegué acá a los 24 años. Es una de las etapas donde prácticamente te haces adulto y que tu personalidad termina de definirse completamente, entonces México ha sido muy importante para mí”, platicó en entrevista para Máspormás.
La satisfacción de lograr objetivos
Mon Laferte es el claro ejemplo de dedicación y de la importancia que tiene poner empeño en los sueños y las metas. Pero a pesar de todo el éxito, de los altibajos y enseñanzas, no cambiaría la forma en la que pasó todo, “¿Qué le diría a la Mon de hace siete años? La abrazaría.
A veces uno dice ‘le daría un consejo’, pero está bien, creo que uno tiene que quererse, aceptarse y abrazarse”. Con más de 12 años de carrera, uno de los momentos de mayor satisfacción para la cantante fue cuando encontró su propio color de voz. “Fue muy emocionante cuando empecé a componer cierto tipo de canciones y me di cuenta de que ya había comenzado a tener una voz propia, eso fue muy conmovedor porque siempre canté canciones de otros y no me encontraba, y un día, de repente, me di cuenta de que estaba empezando a encontrar mi luz propia, en un sentido general, en composición, en interpretación y ese momento también fue muy emocionante”, cuenta.
Las presentaciones en vivo
La cantante, compositora y multiinstrumentista ha logrado pisar grandes escenarios y encabezar importantes festivales en todo el mundo. Tal es el caso de su reciente participación en el Coachella 2019, un evento que cada año aumenta su interés en artistas latinoamericanos y de habla hispana, donde compartió cartel con artistas como Weezer, Childish Gambino, Rosalía, e incluso Los Tucanes de Tijuana. “Me encanta que haya más presencia latina y no como antes que los latinos estábamos hasta abajo del cartel o súper temprano en el escenario chiquito y ahora no, hay mucho más protagonismo y me encanta”.
Las presentaciones en vivo forman parte de la motivación y entrega de la camaleónica intérprete, es por eso que uno de los actos que más la han marcado fue su primer Vive Latino: “Fue muy emocionante porque nunca había tocado en uno y me moría de ganas. Sentía que estaba cumpliendo un sueño y había lanzado el Vol. I entonces de pronto me encontré con la carpa llena, todo mundo coreando las canciones y fue muy épico, hermoso”.
Esta semana, a años de distancia de ese Vive Latino, tuvo un par de exitosas presentaciones en el Auditorio Nacional, donde estuvo tocando todo el álbum Norma de inicio a fin, aunque siempre está abierta a propuestas de su público: “Le digo a los fans que si tienen alguna petición la manden por redes y la ensayamos”.
Para este nuevo material, la banda ha crecido y para los actos en vivo cuentan con aproximadamente diez artistas en el escenario. Durante ambas fechas contó con invitados especiales, como Francisca Valenzuela, Enrique Bunbury, Daniela Spalla y Natalia Lafourcade.
El nuevo material
La artista chilena recientemente publicó su sexto álbum de estudio que lleva como título su primer nombre: Norma. “Cuando comencé a planear este proyecto, la idea empezó en que el disco también fuera como una película o documental. Buscaba el nombre de una mujer que fuera el personaje principal de esta historia. Imaginé a una mujer protagonista de esta trama y pensaba en utilizar un nombre ficticio, pero luego decidí que quedaba bien mi primer nombre y que hacía este juego de palabras con esto de la norma, que la mayoría de las veces los humanos reaccionamos de la misma manera y se repite la norma”.
El disco fue producido por uno de los exintegrantes de The Mars Volta, Omar Rodríguez-López y grabado a una sola toma en los legendarios estudios Capitol Records Building en Los Ángeles, California. “Fue difícil y arriesgadísimo. Te quita mucho de las posibilidades que tienes hoy con la tecnología respecto a efectos vocales, sonidos mucho más específicos, pero también ese era el chiste, que sonara la sala, que sonara el estudio”.
Una de las características que distingue a Laferte, es la constante búsqueda y experimentación con sonidos y géneros. Para este larga duración decidió retomar ritmos del Caribe: “La cumbia siempre ha estado presente en mí, desde niña. En Chile, este género es ya casi como baile nacional. Lo que sí es nuevo para mí es el acercamiento a la salsa, mambo, o a la bachata, que no está tan inmerso en la cultura popular de donde crecí. Me faltaba indagar hacía allá”. Sin duda es un material para disfrutar en vivo, tanto por lo musical, como lo visual, y podrás disfrutarlo este fin de semana muy cerca de la Ciudad de México, en el Festival Pulso GNP.
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