Prever en vida tu propio funeral y dejar un testamento evitan que los costos de una muerte sean un peso más para los deudos.
ARTE: ALBERTO MONTT
Los costos de morir intestado pueden generar dolores de cabeza para los deudos. Un trámite de sucesión testamentaria tiene un costo de 12 mil pesos, de acuerdo con Marco Antonio Espinoza Rommyngth, secretario del Consejo del Colegio Nacional del Notariado Mexicano. Pero en caso de que el fallecido (nombrado bajo la figura de Autor de la sucesión) no haya realizado testamento, el trámite que se debe realizar es el de la sucesión legítima, en el cual se suple la voluntad del difunto bajo los requerimientos del Código Civil, lo cual puede elevar el costo a 17 mil pesos.
Además, mientras una sucesión testamentaria se resuelve en tres meses, en el caso de una sucesión legítima el trámite puede alargarse por años.
“Se trata de un acto de responsabilidad —dice Espinoza Rommyngt—. Dejar las reglas claras sobre los sucesores, el albacea y la representación de los menores de edad evita que los costos de la tramitación del testamento se incrementen”.
Mientras que los honorarios en sucesiones ante un notario son aproximadamente de 6 mil 200 pesos, el costo se eleva hasta 11 mil 240 si no existe testamento. En caso de que sea un juez quien lleve el proceso, los honorarios ascienden de ocho mil a 12 mil pesos, sin contar los costos adicionales que se derivan de la presentación de inventario, avalúos, proyectos de partición y adjudicación de bienes inmuebles, cuyos costos son variables según los casos.
Esto lo tienen claro los capitalinos. La Ciudad de México, Jalisco y el Estado de México son las entidades federativas donde se otorgan más testamentos. De acuerdo con datos del Registro Nacional de Avisos Testamentarios, en 2015 se otorgaron a nivel nacional más de 291 mil testamentos, 14% de ellos fueron tramitados en la Ciudad de México, lo que la establece como uno de los tres estados con mayor cultura testamentaria, detrás de Jalisco (16%) y sobre el Estado de México (13%).
Bara bara el testamento
Desde hace 15 años en todo el país se implementó la campaña “Septiembre, mes del testamento”, con la que se pretende incentivar esta práctica, reduciendo los costos del trámite en 50% o menos. “En la ciudad, el trámite cuesta aproximadamente 4 mil 250 pesos y llega a reducirse hasta mil 925, lo que representa un 45% menos del costo”, explica Espinoza Rommyngth. Además, la Consejería Jurídica y de Asuntos Legales de la ciudad otorga testamentos con un costo de 400 pesos a adultos mayores.
Sin embargo, aunque la campaña “Septiembre, mes del testamento”, inició en el año 2001, los capitalinos no siempre se sintieron motivados para dejar en orden sus pendientes —entre ellos su última voluntad—, sino hasta seis años después.
De acuerdo con cifras del Registro Nacional de Testamentos, entre 2000 y 2003, no se registró ni un testamento en el (entonces) Distrito Federal. En 2004 apenas se registró uno solo y los dos años siguientes la cifra volvió a bajar a cero.
Pero en 2007 ocurrió lo inesperado: 28 mil 306 personas registraron su testamento. Marco Antonio Espinoza explica que el Colegio Nacional del Notariado Mexicano no posee un análisis sobre las razones por las que el registro de testamentos se eleva o disminuye. Sin embargo, “las cifras duras están ahí” y en nueve años, las personas que registran su testamento en la Ciudad de México oscilan anualmente entre los 14 mil 400 (cifra alcanzada en este año) y un millón 28 mil 619, el récord, alcanzado en 2008.
¿Y la funeraria, apá?
Adquirir anticipadamente un servicio funerario también puede representar un ahorro considerable para las familias, además de ahorrar trámites. Manuel Ramírez, director del Sector Funerario de Funerarias García López, advierte que los servicios funerarios son “algo que todos deberían hacer, pues todos los vamos a requerir”.
Y más vale hacerlo en vida, pues los costos de este sector tienen un incremento del siete por ciento anual, según estima Ramírez. En cambio, al adquirir un plan de previsión el costo se congela y puede utilizarse cuando la familia lo desee, pues es transferible a cualquier miembro. Los costos varían de los 26 mil pesos (a pagar en 36 meses), hasta los 400 mil.
De muerto quiero ser diamante
Ahora que, si el presupuesto lo permite, los capitalinos pueden acceder a servicios adicionales “simbólicos”, como diamantizar sus cenizas o certificar que una estrella lleve su nombre. En el primer caso, el costo va de 180 mil a 200 mil pesos y consiste en enviar a Suiza 600 gramos de las cenizas del fallecido, que en seis meses volverán a México transformadas en una piedra preciosa. En el segundo caso, por dos mil quinientos pesos se entrega un certificado de la World Star Registry con las coordenadas de un cuerpo celeste que ha sido registrado con el nombre del familiar. Y aunque suene excéntrico, existe una demanda de estos servicios: “El año pasado entregamos 14 diamantes —dice Manuel Ramírez—. Y de cada diez familias, dos se interesan en el registro de estrellas”.
En cifras:
- 40 mil testamentos se emitieron en la Ciudad de México durante el año pasado.
- 1 millón 28 mil testamentos se registraron en la ciudad en 2008, el récord más alto.
- 4% de los mexicanos registró un testamento en los últimos 15 años.