El próximo año, la CDMX sumará 95 mil metros cuadrados de jardines verticales con una técnica que ya es tendencia en la capital.
ARTE: MICHEL LARIS
Es casi como una moda, pero cada vez más muros, columnas y azoteas se están volviendo verdes. Ahora salen brotes de plantas y flores donde antes sólo había concreto gris.
Para algunos, los muros verdes se han convertido en una medida para mejorar la calidad del aire, mientras que para otros sólo tienen un sentido estético.
Datos del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM explican que en la Ciudad de México hay 5.3 metros cuadrados de áreas verdes por persona, mucho menos de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud, que es entre 9 y 16 metros cuadrados.
A eso habría que sumar que, según la Secretaría de Medio Ambiente local, entre 2012 y 2015 se talaron 10 mil 114 árboles, muchos porque estorbaban en la construcción de infraestructura para la ciudad, como calles y corredores de transporte público.
Bajo este panorama, los muros verdes se convirtieron en una opción para reverdecer un poco la ciudad y de paso introducir mitigaciones sustentables a la contaminación.
Expertos como Fernando Ortiz Monasterio, quien lleva años asesorando iniciativas de este tipo, sostienen que los muros verdes traen beneficios como la reducción de las islas de calor y la retención de polvo, además de que filtran sustancias nocivas suspendidas en el aire.
David Salinas, urbanista e investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, explica que los jardines verticales o muros verdes generan también otro tipo de beneficios estéticos, reducción del estrés y sirven como aislantes del ruido.
Un gran muro, pero verde
El próximo año, la Ciudad de México tendrá el jardín vertical más grande del mundo: cubrirá las columnas de los 27 kilómetros del segundo piso del Periférico y tiene como objetivo la reducción de contaminantes, polvo, metales pesados y ruido.
El proyecto, llamado Vía Verde y que se inició hace cuatro meses con una prueba piloto en nueve columnas, prevé tener listas 50 de 1,038 instalaciones a finales de diciembre de este año y en adelante avanzarán a un ritmo de 50 columnas cada mes.
Esta iniciativa costará 360 millones de pesos, que serán aportados por la iniciativa privada, que también se encargará del mantenimiento de este jardín.
A cambio, el patrocinador podrá colocar publicidad en una de cada 10 columnas utilizadas. Se trata de un contrato por 10 años y podría extenderse hasta 30 años.
Fernando Ortiz Monasterio, creador del proyecto en Periférico, explica que un equipo de agrónomos, ingenieros y arquitectos trabaja durante las madrugadas para elegir la paleta vegetal y comenzar a colocarla en las columnas, mientras son supervisados por autoridades de la ciudad.
“El objetivo es ser el proyecto de vegetación urbana más grande del planeta y cambiarle la imagen a una de las avenidas más transitadas del país”, dice.
Las plantas que se colocan en las columnas se cultivan con una técnica hidropónica y se riegan con agua tratada a través de un sistema de captación de agua de lluvia. En el proyecto también participará el Instituto de Ecología de la UNAM, que se encargará de medir cuántos contaminantes se reducen con los jardines verticales y los beneficios que traen.
Además de embellecer
Desde 2007, el gobierno de la ciudad ha impulsado a quienes convierten sus muros y azoteas en paredes vegetales sustentables, pues reciben hasta 10% de descuento en el pago de su impuesto predial.
Incluso, hasta el primer mes de este año, la administración actual había participado en la colocación de 19 mil 152 metros cuadrados de muros verdes, para sumar un total de 35 mil principalmente en hospitales, escuelas, oficinas, edificios públicos y algunas plazas comerciales.
Incluso, los jardines verticales se han convertido en un paisaje regular en la Ciudad de México, por ejemplo, en el cruce de avenida Chapultepec y Sevilla, y en el callejón de Regina, en el Centro Histórico.
El urbanista David Salinas advierte que uno de los riesgos de este tipo de iniciativa es que se malentienda el concepto de sustentabilidad al darse mayor realce al aspecto visual de los proyectos.
“Los contaminantes que se mitigan son muy pocos, es más bien una solución estética para la ciudad. La sostenibilidad está mal entendida porque se cree que ser sustentable implica ponerle plantas a un proyecto y no pensarlo de manera integral”, dice.
De acuerdo con el urbanista, lo importante de este tipo de proyectos, como los jardines verticales en Periférico, es que se establezcan medidas para su mantenimiento a largo plazo, de tal manera que se conviertan en proyectos integrales dentro de la ciudad.
Al respecto, Ortiz Monasterio, director de Verde Vertical, empresa que desarrolla el proyecto, explica que en el caso de Periférico se diseñó un sistema al que se le da mantenimiento de manera bimestral.
Esto permitirá, dice Ortiz Monasterio, que las 15 variedades de plantas que se colocarán en las columnas vivan, al menos, 30 años en ese lugar.
En cifras:
- 1,038 columnas del segundo piso del Periférico se convertirán en jardines verticales.
- 10 años durará esta iniciativa, pero si da buenos resultados, podría extenderse más.
- 2017 es el año en que el jardín vertical más grande del país tendría que estar instalado en Periférico.