En 2016, la capital tomará Ciudad de México como su nombre oficial y elegirá la asamblea que redactará su primera Constitución.
El 2016 llega acompañado de cambios para la capital del país. El primero de ellos consiste en que dejará de llamarse oficialmente Distrito Federal para convertirse en Ciudad de México.
Lo anterior ocurrirá cuando entre en vigor la reforma política de la Ciudad de México, que el Congreso de la Unión aprobó en diciembre pasado —luego de que diputados y senadores tardaran más de una década en ponerse de acuerdo sobre este tema— y que actualmente es discutida en los congresos estatales.
Para que esta reforma constitucional esté vigente, se requiere que al menos 16 estados le den su visto bueno. Hasta finales de 2015, según la página del Senado, únicamente lo habían hecho los congresos del Estado de México y Coahuila, aunque los líderes de los partidos esperan que otras entidades se vayan sumando durante los primeros meses de este año.
Una vez que esto suceda, comenzarán otras modificaciones al régimen político y administrativo local.
La capital, si bien se mantendrá como sede de los poderes federales —la residencia presidencial, las cámaras de Diputados y de Senadores y la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN)—, también contará con autonomía y tendrá una nueva organización política.
Al igual que los estados, tendrá su propia Constitución y un Congreso local, mientras que las delegaciones se convertirán en demarcaciones territoriales que dejarán de estar a cargo de una sola persona, el jefe delegacional, sino que serán gobernadas por un alcalde y un concejo compuesto por entre 10 y 15 miembros.
Elección a la vista
Para que este nuevo régimen político sea una realidad, antes debe aprobarse la nueva Constitución de la ciudad. Y para ello, los capitalinos tendrán que votar para elegir a una parte de la Asamblea Constituyente que redactará el documento.
La reforma establece que la elección deberá realizarse el primer domingo de junio de 2016 —es decir, el día 5— y que será organizada por el Instituto Nacional Electoral (INE).
En este proceso se elegirá a 60 de los 100 diputados que integrarán la Asamblea Constituyente. Los habitantes de la ciudad votarán por las listas de candidatos que presenten los partidos o por aquellas conformadas por aspirantes independientes. Entre más votos obtenga una lista, más asambleístas ganará.
Para ser elegible como asambleísta se requerirá ser mexicano por nacimiento, tener 21 años cumplidos al día de la elección, ser originario del DF o tener residencia de cuando menos seis meses, y no tener cargo público o haberse separado de él con al menos seis meses de anticipación.
Los otros 40 asientos disponibles en este organismo se distribuirán de la siguiente forma: 14 corresponderán a personas designadas por el Senado, 14 a personas nombradas por la Cámara de Diputados, seis a representantes del Presidente y seis a representantes del jefe de Gobierno del Distrito Federal.
Las 100 personas que conformen la Asamblea trabajarán de manera honorífica, “por lo que no percibirán remuneración alguna”, señala la reforma.
La nueva Constitución local
Tras la elección, la Asamblea Constituyente deberá instalarse el próximo 15 de septiembre. Tendrá comisiones de trabajo y sesionará en la antigua sede del Senado, la casona de Xicoténcatl ubicada en el Centro Histórico.
Para redactar la Constitución de la ciudad, los asambleístas trabajarán con base en la propuesta que envíe el titular del Gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera, a más tardar el día de la instalación del organismo.
La Asamblea Constituyente estará facultada para modificar este proyecto. Sin embargo, la fecha límite que tendrá para aprobar la primera Carta Magna de la capital —por dos terceras partes de sus miembros— será el 31 de enero de 2017.
Una vez que esta Constitución se apruebe, se promulgue y entre en vigor, sustituirá al actual Estatuto de Gobierno del Distrito Federal y fijará, entre otros puntos, cuáles serán los requisitos para ocupar cargos públicos en la ciudad, cuál será la división de las demarcaciones territoriales, cuáles serán sus facultades y cuál será la forma en la que los nuevos alcaldes y concejales tendrán que coordinarse con las autoridades centrales.
Cuando estén definidos todos estos puntos, los 66 diputados de la Asamblea Legislativa (ALDF) y los 16 jefes delegacionales que fueron electos en junio de 2015 podrán terminar sus respectivos mandatos.
Los integrantes del primer Congreso de la Ciudad de México —que reemplazará a la ALDF—, así como los primeros alcaldes y concejales capitalinos, serán elegidos hasta los comicios de 2018, cuando también se votará por el sucesor de Mancera en el GDF.
La reforma que por fin se concretó
La reforma política de la ciudad había sido propuesta e impulsada por distintos jefes de Gobierno del DF durante más de 10 años. En 2012, fue uno de los puntos que la administración del presidente Enrique Peña Nieto y los principales partidos de oposición se comprometieron a discutir dentro del Pacto por México. Sin embargo, en 2013 y en 2014 desacuerdos entre los legisladores provocaron que el tema quedara atorado. Fue hasta 2015 que las fuerzas políticas llegaron a consensos suficientes para que pudiera aprobarse.
Qué esperar durante 2016
Además de la reforma política, este año habrá otros momentos importantes para los capitalinos:
- Este año, las autoridades de la ciudad deben expedir el reglamento que detallará cómo será el examen necesario para obtener la licencia para conducir.
- El gobierno capitalino también tiene previsto inaugurar dos nuevas líneas del Metrobús: la 6, que va de El Rosario hasta Aragón, y la 7, que recorrerá sobre Reforma de Indios Verdes hasta Periférico Norte.
- En junio, tanto en la capital como en el resto del país, debe estar en completo funcionamiento la reforma de justicia penal, que establece los juicios orales y obliga a que los policías, los agentes del Ministerio Público y los jueces estén capacitados en derechos humanos.