No todo es bicicletas: según especialistas, jóvenes de la ciudad están usando patines, longboards, patinetas y scooters como medio de transporte y no como simple esparcimiento.
Seis kilómetros separan la casa de Yidam Villareal de su universidad, y desde hace más de un año decidió recorrer ese tramo en patines. Incluso, contra todo pronóstico, dos veces por semana y algunos fines de semana visita a su novia que vive a 16 kilómetros, en Valle Dorado, Tlalnepantla.
Yidam es un caso extremo pero, de acuerdo con especialistas, forma parte de una nueva tendencia juvenil que adoptó otro tipo de movilidad sobre ruedas, pese a vivir en una ciudad en donde la bicicleta es el principal medio de transporte no motorizado, que ha ido ganando espacios propios como más de 100 kilómetros de ciclovías y un programa de préstamo de bicicletas público con cada vez más usuarios. A eso, tendríamos que sumar una Ley de Movilidad del Distrito Federal que da prioridad a los usuarios de bicicleta.
Roberto Remes, experto en movilidad, explica que esta tendencia es popular principalmente como movilidad hiperlocal ya sea con patines, patinetas o longboards con usuarios que buscan recorrer tramos cortos o medianos.
“Es una tendencia que está subiendo, es un sector muy juvenil que está pegando en la población mayormente en sus veinte, no como la bicicleta que está siendo adoptada por capitalinos mayores de 30; es algo más local”, sostiene.
De acuerdo con Roberto Remes, este tipo de movilidad le permite a los usuarios ciertas ventajas como acortar tiempos y ahorrar dinero en otros medios de transporte, aunque la desventaja es que no existe una infraestructura pensada para ellos, por lo que deben circular por las calles junto con autos o en ciclocarriles con bicicletas.
Yidam tiene clara esa problemática y, aunque ahorra más de 400 pesos al mes por deslizarse a la UAM Azcapotzalco en sus patines, debe lidiar con automovilistas frustrados, calles invadidas por autos estacionados y, además de todo, hacerlo en un asfalto en mal estado que le ha dejado raspones, golpes y una que otra mala caída.
“Las autoridades han pensado en la bici, pero la llanta de los patines es más pequeña y cualquier calle ‘mordida’ o con piedritas puede traducirse en un golpe feo. Hay que verle también las ventajas de un recorrido en menos tiempo; además me ahorro la mensualidad del gimnasio”, dice.
UN POQUITO MÁS DE CASO
La directora del Centro de Transporte Sustentable (CTS), Adriana Lobo, advierte que la adopción de estos modos no motorizados debe ser más cuidadosa por las autoridades, para garantizar la seguridad.
“El pavimento no es el ideal, tampoco las banquetas, y en temporadas de lluvias, peor. Dadas las condiciones, si no podemos ir en una silla de ruedas mucho menos en una patineta”, dice.
Eduardo Gómez, estudiante de 19 años de edad, dice que cada cuatro meses invierte 500 pesos en cambiar las llantas de su longboard, ya que el asfalto las ‘devora’ mas rápido que otras superficies.
“La utilizó siempre que puedo: de mi casa, que está en Río Consulado, en Aragón, a la escuela, pero la llevo hasta cuando me mandan por las tortillas. Quizá no ahorre mucho en pasajes, pero voy a gusto y a mi ritmo”, dice entre risas.
Xavier Treviño, director en México del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP, por sus siglas en inglés), explica que los usuarios deben acatar medidas mínimas de seguridad como avanzar en el sentido de la calle, respetar los señalamientos y no ir rebasando carros. Todo esto para aprovechar las ventajas como trazar rutas para acortar tiempos y pagos.
“La tendencia de movilidad hiperlocal va a la alza, sobre todo en el sector juvenil y, aunque la ciudad aún no cuenta con un número estimado de usuarios ni con infraestructura vial que facilite la nueva manera de rodar, vale la pena comenzar a visibilizar estos grupos, para saber de qué tamaño es el asunto y la necesidad”, recomienda.
Atzin Mendoza tiene 17 años y decidió, desde hace tres, olvidarse de pagar pasajes y aguantar empujones en el transporte público. Ahora rueda en su patineta desde su casa en San Miguel Ajusco, en Tlalpan, a la UAM Xochimilco, donde estudia.
Su principal problemática no son los baches ni las coladeras, incluso los automovilistas que no lo respetan y le avientan el coche lo tienen sin cuidado, pero ha tenido un par de encuentros con la policía, quien le complica el camino, dice, bajo cualquier pretexto.
“Seguido los ‘polis’ me detienen para sacarme dinero, aunque traiga casco. Una vez me llevaron a la delegación y querían que me quedara del jueves al domingo detenido o que pagara una multa de mil 200 pesos.
La verdad es que a los que patinamos nos ven como si fuéramos niños de la calle, drogadictos, la sociedad nos tiene estigmatizados”, dice Atzin, quien no desistió de seguir usando su patineta.
¿CON PERMISO DE QUIÉN?
Este tipo de transportes hiperlocales no están considerados como tales en ninguna normativa de la ciudad.
*Para los expertos en movilidad, están catalogados aún como peatones, debido a que sus usuarios no desarrollan o alcanzan grandes velocidades, como sí lo hacen quienes ocupan bicicletas.
*La Carta Mexicana de los Derechos de los Peatones también los ubica como peatones, pues en la definición entran todos aquellos que transiten por las calles, caminando o utilizando vehículos no motorizados.
*El Reglamento de Tránsito Metropolitano vigente, y el nuevo Reglamento de Tránsito que entrará en vigor en diciembre, considera como peatones a personas con patines, patinetas u otros vehículos recreativos no motorizados.
EL ESLABÓN MÁS DÉBIL NO ESTÁ MOTORIZADO
Para el Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes (Cenapra), los ciclistas, junto con los peatones y los motociclistas, son el grupo más vulnerable en la cadena de la movilidad.
El Cenapra calcula que a diario son atropellados más de 20 ciclistas, aunque muchos casos no son reportados o no se cuenta con un registro fidedigno de parte de las autoridades de la capital. Sobre usuarios de patines, patinetas y otros vehículos no motorizados, no hay cifras.
DATOS QUE TE INTERESAN
*400 pesos al mes es el ahorro de algunos que usan los patines para trasladarse diariamente.
*100 mil ciclistas tenía contabilizados la Sedema hasta 2007.
*33.75 kilómetros de ciclovías se ubican en la zona centro del DF.