11 de septiembre 2016
Por: Iván Ramírez Villatoro

Batalla por Chapultepec

Vecinos y diputados buscan parar la remodelación del paradero, donde el proyecto contempla la construcción de un complejo comercial.

ARTE: ANDREE ÁVALOS

La controversia por la remodelación del Centro de Transferencia Modal (Cetram) de Chapultepec, un punto clave para la movilidad en el centro de la capital del país, se encuentra en un nuevo capítulo, esta vez en tribunales.

Mientras las obras en el lugar están en marcha, se espera que el próximo 25 de octubre el Tribunal de lo Contencioso Administrativo (TCA) resuelva el juicio de nulidad con el que la diputada local Margarita Martínez Fisher, presidenta de la Comisión de Desarrollo e Infraestructura Urbana de la Asamblea Legislativa (ALDF), busca frenar la construcción.

El recurso legal promovido por la legisladora del Partido Acción Nacional (PAN) es la más reciente maniobra de los opositores a la remodelación.

Dentro de este grupo también hay diputados de Morena y vecinos de la zona, quienes acusan irregularidades y argumentan que, bajo el esquema con el que está planteada la obra, se pondrá en manos de particulares un valioso espacio público.

Zona clave pero descuidada

El proyecto en marcha plantea la remodelación total del Cetram —donde convergen numerosas líneas de transporte público concesionado y la estación Chapultepec de la Línea 1 del Metro—, así como la edificación de un complejo comercial con un hotel de siete pisos, una torre de oficinas con 39 niveles y un estacionamiento subterráneo de cinco, de acuerdo con el documento publicado por la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi).

Tales obras, según sus promotores, permitirán reordenar un lugar que desde hace años se había visto afectado por vendedores ambulantes, basura e inseguridad, factores que fomentan el caos vial en la zona.

El proyecto se dio a conocer desde la administración pasada (2006-2012), aunque empezó a ejecutarse en la actual. Para su concreción, las autoridades capitalinas recurrieron a un esquema de colaboración público-privada, en el cual los inversionistas —las empresas Inveravante y Mexico Retail Properties— pondrán los recursos económicos para el desarrollo de la obra.

A cambio, las compañías recibirán una concesión de 44 años para operar el complejo, que se situaría en un predio con una extensión de 30 mil 233 metros cuadrados. Como contraprestación, se contempla que entreguen al gobierno capitalino 7.88% de las ganancias que genere el lugar.

Los motivos del conflicto

Sin embargo, la obra ha enfrentado un constante rechazo por parte de diputados locales y vecinos, quienes argumentan que no fue transparente la forma en la que se decidió cómo se haría la construcción y que algunos puntos del proyecto solamente benefician a particulares.

“El tema es que la torre [de oficinas] es producto de una concesión que surge a partir de diversos actos administrativos que violan las normas”, dice Martínez Fisher, quien asegura que la remodelación del Cetram podía realizarse enteramente con recursos públicos.

“El problema que se tiene que resolver para la ciudad es ordenar un paradero, no construir un hotel. Nosotros no necesitamos un hotel”, coincide el diputado local David Cervantes, de Morena, quien por separado promovió un juicio de amparo contra la obra.

Uno de los principales argumentos de los opositores al proyecto es que dos mil 500 metros del predio formaban parte del Bosque de Chapultepec y, por ende, no se podía construir en ellos.

Según Cervantes, para eliminar esa traba las autoridades ignoraron una declaración de valor ambiental y registraron la obra con el folio de una propiedad colindante de menor tamaño.

“Han utilizado el ‘acta de nacimiento’ de ese predio, que era de 430 metros, para dársela al predio que se inventaron, que era la vía pública y ahora mide 30 mil metros cuadrados”, dice el legislador.

Martínez Fisher agrega que otro problema es la diferencia de valor, pues se estima que los trabajos de remodelación costarán 420 millones de pesos, pero el espacio que será concesionado a un privado vale 390 millones de dólares.

“La afectación fundamental es que estamos generando que un espacio que es público, que hoy en día se tiene como calle y está incluido en el Bosque de Chapultepec, se urbanice con un uso de suelo que no está permitido por la normatividad”, dice.

Y mientras chocan los argumentos a favor y en contra, los trabajos en la zona siguen en marcha.

El proyecto prevé que el proceso de construcción tenga tres etapas. La primera comenzó el pasado 3 de mayo y consistió en el retiro del comercio ambulante. Además, incluyó la edificación de un paradero de autobuses provisional, la cual tendría que concluir este mes.

La segunda etapa es el levantamiento del nuevo Cetram y las zonas comerciales aledañas, lo que se espera tardaría dos años. Por último, la tercera fase abarca los trabajos para construir el hotel y la torre de oficinas, edificios que tardarían 20 meses en ver la luz.

En cifras