Ciberbullying: ¿Cómo frenar el odio en redes sociales?

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¿Qué es el ciberbullying? Esta práctica se ha multiplicado en los últimos años. Internet es un caldo de cultivo donde la discriminación y el discurso nocivo están a la orden del día.

Por Diana Delgado

Hashtags repletos de odio. 140 caracteres convertidos en píldoras violentas. Publicaciones como balas, respaldadas por el anonimato. Así se manifiesta el odio en redes sociales. En tres años, las actitudes discriminatorias han crecido en las distintas plataformas digitales.

No importa el contexto. Si un usuario hace una denuncia pública, llueven amenazas. Una ráfaga de insultos caerá sobre quien revele una preferencia. Tampoco faltan quejas para quien difunde una buena acción. Y ante cualquier tragedia, brotan las burlas.

Para Jaqueline L’Hoist, presidenta del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación (Copred), “no existe un contexto determinado que detone las actitudes violentas en internet. Basta con que alguien ponga un hashtag que invite a crear respuestas que agreden a un grupo en particular. Es difícil saber quién empieza, a quién se le ocurre, pero lo ponen en internet, hay quien lo replica, se vuelve tendencia y, una vez ahí, la difusión es imparable con todo y sus consecuencias”, explica.

Facebook, páginas web, YouTube y Twitter son los principales espacios en los que se presenta la mayor cantidad de comentarios discriminatorios. Misoginia, homofobia, antisemitismo y clasismo son los ejemplos más comunes.

La segunda Encuesta sobre Discriminación de la Ciudad de México (EDIS) revela que, en comparación con cifras de 2013, los chilangos perciben que las agresiones en internet aumentaron este año. Los capitalinos calificaron el nivel de discriminación en la ciudad en un 7.7 de un total de 10.

La educación se colocó como la primera causal de discriminación, seguidas por la preferencia u orientación sexual, el color de piel, la pobreza y tener alguna discapacidad.

En internet, estas actitudes crecen. La falta de seriedad en las publicaciones, la facilidad para ponerse en contacto desde cualquier parte del mundo y la protección de valores fundamentales como la libertad de expresión dificultan crear una estrategia para frenar el odio digital.

Denunciar, el primer paso

Una amenaza en redes sociales puede llevarse al ámbito judicial. Aunque este es uno de los pocos casos donde se pueden emitir sanciones en el ámbito digital en la CDMX, especialistas coinciden en que la falta de denuncias sigue siendo un factor para que los discursos de odio en internet continúen.

Máspormás preguntó a la Procuraduría General de Justicia de la CDMX si contaba con denuncias por hechos de discriminación en redes sociales, en hashtags, videos o publicaciones. No existe ninguna, aseguran. El Copred señala que tampoco hay un registro de este tipo de quejas, pues el anonimato y la sensación de distancia hacen que quien recibe la agresión la minimice.

“De lo que sí tenemos conocimiento es cuando algún personaje identificable lanza comentarios discriminatorios. También cuando el hecho se vuelve de conocimiento público y tenemos acceso al caso. En esas ocasiones lanzamos exhortos, platicamos con los involucrados sobre qué es el ciberbullying y, si es necesario, se les da una capacitación sobre lenguaje incluyente. Eso lo hemos hecho con trabajadores de gobierno, medios de comunicación y sociedad civil”, dice L’Hoist Tapia.

Pero incluso cuando se trate de conductas punibles, dice Enrique Ortega, director de CosmoCiudadano, existen otros problemas que dificultan identificar a quien agrede. Por ejemplo, que el agresor venga desde otro país o que lo haga desde perfiles falsos creados exclusivamente para el ciberbullying.

En busca de la empatía

La libertad de expresión es un derecho fundamental. Lo mismo que el anonimato en redes. Gracias a esto es que muchas personas pueden usar Twitter para hacer denuncias públicas, por ejemplo. Ante ese panorama, la principal medida para revertir el odio en redes, de acuerdo con los especialistas, tiene que ser la autorregulación y la responsabilidad.

Cada tanto, plataformas como Facebook, Twitter y Google crean estrategias para frenar conductas repetitivas de odio, agresiones y difusión de pornografía. Para Enrique Ortega, denunciar las publicaciones agresivas e incluso notificar a las empresas sigue siendo una buena estrategia para identificar los perfiles agresores e incluso cerrarlos.

Paradójicamente, aunque las plataformas pueden predecir los hábitos de compra de los usuarios, no han logrado ayudar a combatir la violencia. Frente a ello, grupos ciudadanos se han organizado para combatir y denunciar el odio. Dominemos las TIC o Chicas Poderosas, por ejemplo, han combatido de manera efectiva la misoginia en redes mostrando a las mujeres no solo cómo denunciar y visibilizar la violencia virtual, sino a usar la tecnología a su favor.

“El esfuerzo sigue siendo insuficiente. Es importante tener conciencia de que las personas deben ser responsables de sus contenidos, deben ser quienes decidan no agredir. En Europa, por ejemplo, se han intentado desarrollar apps que cuando detecten ciertas palabras pregunten si en verdad eso es lo que se quiere decir, pero están en fase de prueba. Aquí lo que importa es la conciencia y la información”, dice Ortega, especialista en seguridad en internet.

El ciberbullying en cifras

  • 5.7 es la calificación que la ciudadanía le da a Facebook como plataforma con mensajes discriminatorios.
  • 1 de cada 100 tuits tiene contenido discriminatorio, según un análisis hecho por el Copred en 2013.
  • 80% de los casos de discriminación no llega a conciliación por falta de denuncia.