La secretaría lanzó las cuentas de Vigimovi para recibir quejas sobre el transporte público, pero usuarios dicen que no los atienden.
En noviembre de 2015, sobre los ejes 5 y 6 sur, Sofía detectó a un chofer de microbús que bebía cerveza de una caguama mientras conducía su unidad. Tres meses más tarde, en febrero, Nydia vio que sobre esas mismas vialidades los choferes acostumbran hacer base en distintos puntos, lo que genera más tráfico y retrasa a los usuarios.
A través de Twitter, ambas advirtieron de los hechos a Vigimovi (@vigimoviCDMX), la cuenta que la Secretaría de Movilidad (Semovi) habilitó el año pasado para recibir quejas sobre el transporte público. Sin embargo, ambas consideran que sus reportes sirvieron de poco, porque las irregularidades en la zona persisten, y no son las únicas que opinan de ese modo.
Cada día, decenas de ciudadanos mandan reportes a Vigimovi sobre problemas con microbuses, autobuses, taxis o tráfico en general, pero reprochan que esto no se traduce en atención y acciones concretas por parte de la autoridad.
“Es un buzón de quejas que nadie escucha y menos resuelve. Es una forma de hacernos creer que habrá soluciones, que nunca llegan”, dice Mario Benavides, quien ya ha enviado 40 quejas contra choferes de la Ruta 104, en Venustiano Carranza, a quienes acusa de usar avenida Ferrocarril Industrial como estacionamiento, así como de lavar sus unidades en la vía pública y de consumir bebidas alcohólicas en la calle.
¿Respuestas ágiles?
La Semovi lanzó las cuentas de Twitter y Facebook de Vigimovi en octubre de 2015. El titular de la dependencia, Héctor Serrano, dijo entonces que el propósito de la medida sería transformar el servicio de transporte público, elevar su calidad y agilizar los mecanismos de denuncia ciudadana.
Incluso, aseguró que las quejas serían atendidas en menos de cuatro días, y que las unidades que cometieran irregularidades serían sancionadas con arrastres al corralón y el retiro de su concesión.
A seis meses de este lanzamiento, cada una de estas cuentas tiene casi siete mil seguidores, pero para capitalinos como Luis Pérez, habitante de la delegación Tláhuac, esas cifras hasta ahora no se han traducido en mejoras a este servicio.
En Twitter, Luis suele reportar los taxis pirata que circulan por la colonia Arboledas, al oriente de la ciudad. Se trata de vehículos mal pintados o sin placas o de autos particulares que levantan pasaje.
Tanto él como otros ciudadanos consultados reclaman que, cuando envían una queja, quienes operan las cuentas de Vigimovi sólo responden que ésta será canalizada, pero ni siquiera dan un número de reporte para dar seguimiento al caso.
Miguel Suárez, concesionario de Corredor Periférico, SA (Copesa), la empresa a la que pertenecen los autobuses que van de Toreo a Cuemanco, incluso asegura desconocer que existía Vigimovi. Cuando reciben una queja, agrega, es mediante un oficio, aunque sostiene que esto no es común.
Sobre el tema, Máspormás solicitó entrevista con la Semovi, pero no recibió respuesta antes del cierre de edición.
El buzón que nadie escucha
La Ley de Movilidad indica que la Semovi es la institución responsable de regular los mecanismos para que la ciudadanía emita sus quejas sobre el servicio de transporte público. Sin embargo, algunos expertos en la materia consideran que esas herramientas enfrentan numerosas limitaciones.
Xavier Treviño, consultor de la compañía Punto Céntrico, advierte que esquemas como Vigimovi “nacen muertos” porque el sistema de concesiones actual —vigilado por distintas dependencias— está desordenado e impide a la autoridad atender los reportes ciudadanos.
“Nos estamos engañando a nosotros mismos. [Semovi] dice: ‘Denuncia, ciudadano, pero yo no puedo hacer nada, no tengo recursos ni económicos ni humanos y tampoco todas las atribuciones para sancionar’. Si queremos mayor calidad en el transporte público hay que hacer cambios de fondo”, señala.
En los últimos días, tras el endurecimiento del programa Hoy No Circula para enfrentar la contaminación, las quejas contra el transporte público han crecido a la par de la demanda.
Las historias son similares: micros y taxis pirata, choferes que conducen por arriba del límite de velocidad, unidades que expulsan grandes nubes de humo o se estacionan hasta en triple fila.
En Miramontes y Calzada del Hueso, por ejemplo, Miguel Lizárraga pidió ayuda a Vigimovi para evitar que los micros hagan base y empeoren el tráfico. Desde diciembre ha hecho 10 reportes; sin embargo, la situación persiste.
“Terminas más molesto porque no hay una interacción real, no ves que tomen cartas en el asunto, es un voice mail que nadie escucha. Pierdes el interés porque no ves que tu tiempo sea valorado”, lamenta.
Opciones
Para el experto Xavier Treviño, estos son dos cambios clave para el transporte público:
- Modificar el sistema de entrega de concesiones para prestar este servicio. Según este especialista, el esquema actual, en el que se otorgan a muchos individuos, ha generado desorden.
- Hacer que los choferes tengan un sueldo fijo —como lo tienen los del Metrobús—, de manera que su ingreso no dependa de cuántos pasajeros logren ‘ganarle’ a otros conductores en su ruta.
Servicio con alta demanda
Las autoridades metropolitanas anunciaron este mes cambios al programa Hoy No Circula, que entraron en vigor el 5 de abril. Estos implican que todos los autos particulares dejen de circular un día de lunes a viernes y un sábado al mes, sin importar si tienen calcomanía cero o doble cero. Expertos y ciudadanos han advertido que esto aumentará la demanda de transporte público, a lo que el gobierno de la ciudad respondió que, para atender a esos usuarios extra, tomará medidas como incrementar la afluencia de trenes en el Metro.