Si te gustan los restaurantes familiares, Spuntino es la opción, un restaurante italo-argentino en Polanquito donde se pueden probar deliciosas recetas originales
En la Ciudad de México hay una gran oferta de restaurantes de comida argentina o italiana, pero Spuntino es un lugar para probar una combinación de ambas cocinas en un mismo platillo.
Ubicado en avenida Emilio Castelar 95, en Polanco, justo frente al Parque Lincoln, se trata de un restaurante para ir en familia, en una reunión de negocios o para ir con tus amigos. Su ambiente es tranquilo: cuenta con dos pisos y con mesas sobre la calle al aire libre. El servicio no se queda atrás, pues el equipo de barra y meseros son muy amables.
La historia de Spuntino empieza hace ya varios años. Es casi un descendiente de El Rincón Argentino, el primer restaurante de la familia Malazzo que abrió en los años 80, pero que ya no pertenece a ella. Todo empezó cuando Juan Carlos Malazzo —hijo de Esteban Malazzo—llegó a México. En Argentina era futbolista del River Plate, de hecho, uno de sus primeros partidos fue contra el Real Madrid en el estadio Antonio Vespucio Liberti, también conocido como el Monumental y que da nombre a uno de los platillos estrella del restaurante.
Después de jugar con el River, el Toluca compró a Juan Carlos y luego fue parte del Atlante y de Tampico. Cuando llegó el momento de retirarse, el futbolista no sabía qué haría; después de hablarlo con Martha, su esposa, llegaron al acuerdo de abrir su primer restaurante.
La idea fue traer a la ciudad la comida típica de Argentina, pero sin un chef de por medio, pues las preparaciones siempre fueron idea de Martha, quien hasta la fecha crea todas las recetas. El éxito fue tal, que pronto la familia decidió abrir más restaurantes.
Uno de ellos es Spuntino, que está en Polanquito desde hace 16 años. Su nombre viene del italiano y significa “bocadillo” o “tentempié”. Aunque eso no significa que aquí encuentras solamente entradas. El restaurante es un negocio de familia, uno de sus principales retos, ya que no tiene inversionistas. La idea es funcionar como un restaurante donde no se come con tanto show.
Las recetas, caseras y argentinas, son idea de la abuela, Martha Muti, quien se encarga también de elegir los ingredientes que van a usar, todos de buena calidad. A sus 80 años sigue en la cocina decidiendo todo: prueba los ingredientes y los alimentos, y todo debe cumplir sus expectativas.
De lo demás se encarga su nieto, Juan Carlos Collin, quien está al frente de Spuntino desde hace cuatro años, pero que lo conoce de toda su vida. Para él, tratar con la gente y atenderla es de las cosas más bonitas de trabajar aquí; al contrario de pedir permisos y trámites con la delegación que, dice, es de las cosas más complicadas.
Juan Carlos está aprendiendo todo lo que puede de su abuela Martha. Ella “tiene un gusto adquirido. Te empieza a decir ‘tiene notas a esto, ¿ya sentiste esto?’ y yo como esponja, absorbiendo todo eso”. Hay platillos y vinos para todos los gustos, si no sabes qué pedir, te pueden dar sugerencias, todo el equipo está capacitado para ello.
A pesar de que es un restaurante italo-argentino, no tiene muchos ingredientes del país latinoamericano. La carne argentina, por ejemplo, no se puede traer a México, pero la de Spuntino la traen de Nebraska. Eso sí, no puede faltar la yerba mate o el jugo de carne que produce el restaurante.
¿Qué comer?
Entre lo más pedido en Spuntino están las pizzas, todas hechas en horno de piedra. Hay desde las clásicas, como la Margarita o la de cuatro quesos, pasando por la vegetariana, la de jamón serrano, hasta la milano —salsa de tomate, chorizo colorado y mozzarella— o la Monumental —de salsa de tomate, arrachera, cebolla, pepperoncini, cuaresmeño y provoleta.
No pueden faltar las empanadas, las cuales tienen tres rellenos: la clásica de carne, humita o queso, de espinacas con una mezcla de quesos y crema, y la de jamón con queso bañada en salsa siciliana.
Entre las opciones de entradas hay antipasto —corazones de alcachofa, palmitos, prosciutto, mozzarella, tomate deshidratado y kalamatas—, pimientos morrones asados, zucchini parma —calabacita asada en rebanadas, horneada en salsa siciliana con queso mozzarella y parmesano—, choripán, morcilla y mollejas al verdeo —con cebollitas cambray y chile serrano salteado.
Como representantes de la comida italiana, hay lasaña boloñesa o vegetariana —una de las favoritas del nieto de Martha—, ñoquis de papa, tallarines ravioles o canelones. Hay que decir que las pastas son hechas en casa. Para cerrar, la recomendación es el típico dulce de leche como postre, aunque hay otras opciones como un alfajor de hojaldre o un flan casero.
Una de las intenciones de Spuntino es destacar la cocina argentina, pues siempre se piensa en cortes y empanadas, pero hay más cosas, su gastronomía es muy amplia y para la familia Malazzo es importante darla a conocer a los chilangos.
El cheque promedio por persona es de $550. El horario de Spuntino es de lunes a viernes de 13:00 a 23:30, y sábado y domingo hay desayunos desde las 9:00 y cierra a las 2:00. No es necesario hacer reservación.
Spuntino
Emilio Castelar 95, en Polanco, frente al Parque Lincoln.
Lunes a viernes, de 13:00 a 23:30; sábado y domingo, de 9:00 a 2:00. No es necesario hacer reservación.