Según la ONU, cada año salen de las fábricas 62 millones de toneladas de ropa, pero tú puedes ayudar al medio ambiente cambiando tus hábitos de consumo
La crisis ambiental es real, y entre más personas pongan de su parte, se puede generar un cambio importante. ¿Te has preguntado si realmente necesitas esa prenda nueva o qué puedes hacer con la ropa que ya no usas? Hay distintas formas de empatizar ecológicamente, ya sea reduciendo el uso de plásticos, separando la basura, ser conscientes del uso del agua, apagar aparatos electrónicos que no utilizamos, y también está disminuir, dosificar o cambiar nuestros hábitos de adquirir ropa.
¿Sabes qué impacto tiene la fast fashion en la vida cotidiana? Se estima que la industria textil está creando más de 1,200 millones de toneladas de emisiones de gases invernadero al año, lo que es igual a lo que producen todas las aerolíneas y compañías de paquetería juntas. Además, los materiales de plástico que utilizan contienen microfibras que suelen acumularse en los océanos. Cada año, los vertederos de todo el mundo incineran 12 millones de prendas. Mientras a mediados del siglo se tiraban 1,760 toneladas de ropa, para 2015 la cifra aumentó a 16,030 toneladas (incluyendo la ropa que la población ya no quiere).
¿Qué es la moda sustentable?
También conocida como moda sostenible, moda ética o slow fashion, el término hace referencia al sector de la industria enfocado en la creación y fabricación de moda con componentes que son amigables con el medio ambiente, tales como materiales reciclados, textiles orgánicos, fibras recicladas, el uso de tecnologías que permiten ahorrar energía eléctrica o agua, así como la compra de materias primas directamente con los productores locales, ya que, más allá de la creación final, la moda sustentable está involucrada en una cadena de producción que abarca desde la materia prima, manufactura, transporte y almacenaje.
“La moda rápida es un mal que hay que erradicar porque no solo daña la calidad, el diseño y la personalidad, también afecta la economía y las malas condiciones de trabajo, que en muchos casos es esclavitud”, platica Adriana de Lucio, fundadora de 3RsBoutique.
La firma de consultoría Green Strategy ha dividido la moda sustentable en siete sectores: prendas realizadas sobre demanda para evitar desperdicios, ropa hecha con productos y procesos amigables con el medio ambiente, productos duraderos que evitan tener que modernizar el guardarropa con regularidad, marcas justas que se acercan a artesanos locales y además protegen los derechos de los animales, firmas que reciclan, servicios de renta o préstamo de prendas, y, por último, las piezas de segunda mano o vintage.
Empresas responsables con el ambiente
Afortunadamente, ha crecido el interés del público por adquirir prendas sostenibles. En México existen distintas marcas y diseñadores empeñados a colaborar con el bienestar del medio ambiente, cuyo principal objetivo es la integración de artesanos locales y la promoción de la economía en las comunidades indígenas. Tal es el caso de Someone Somewhere, una propuesta que nació en 2012 con el objetico de trabajar con comunidades de diferentes estados de la República Mexicana.
También, al sur de la CDMX, está 3RsBoutique, espacio que fomenta “el rediseño de prendas que tienes en tu closet, con residuos textiles para hacer bolsos, accesorios y ropa sobre medida de acuerdo al tipo de necesidades”, cuenta De Lucio.
Incluso, es tan grande y posicionado el impacto que están creando las asociaciones ecofriendly, que algunas universidades del país especializadas en la moda, como Jannette Klein, han comenzado a impartir cursos relacionados con tema, con la finalidad de sembrar conciencia en las nuevas generaciones.
Lugares de segunda mano e intercambio
Otra de las grandes propuestas que abundan en la CDMX es la de los bazares, eventos de trueque de ropa.
Uno de ellos es Verde Permuta (Londres 37, Col. Juárez), cuya tienda “es un lugar donde la gente puede intercambiar su ropa en excelentes condiciones que ya no usa para así tener cosas ‘nuevas’ sin la necesidad de comprar algo y seguir contribuyendo a la industria. Lo más sustentable es lo que ya tienes en casa”, explica Jenn Emmons, cofundadora del espacio.
Si quieres intentarlo, lleva tu ropa de martes a sábado, de 12:00 a 15:45, y los domingos, de 11:00 a 15:45. Ojo: los fines de semana únicamente aceptan hasta 10 prendas por persona.
Entre los bazares y tiendas vintage más concurridas de la ciudad que promueven la reutilización de prendas también están Adiós Closet, Avenida Vintage, The Vintage Clan, Vintage Hoe, Jardín de Hallazgos y más. Recuerda asistir sin prejuicios, y con todas las ganas de ayudar al medio ambiente con pequeñas causas.
“Una cosa que siempre les pedimos es que no juzguen antes de probar cosas nuevas. Sabemos y entendemos que la ropa de segunda mano no es para todos, pero los invitamos a conocerla y tener una experiencia nueva que puede te guste o no, pero ya harán una crítica constructiva y con fundamentos”, dice Emmons.
Otras opciones
No todo el panorama es negro. También han aumentado considerablemente las estadísticas de reciclaje. Iniciativas como la de la cadena H&M, que invita a sus clientes a intercambiar la ropa que ya no utilizan por descuentos en sus prendas, han tenido un impacto positivo en el cuidado del planeta y hacen pensar que el futuro será más verde.