¿Cuántas veces te has desvelado por ver toda una temporada de tu serie favorita? No importa si son ocho capítulos de una hora, tienes que verlos sin importar que al día siguiente debas trabajar. Y eso parece estar bien ante tus amigos y compañeros, pero ojo, ya que puede convertirse en una adicción.
Se trata de la seriefilia, la cual tiene características muy similares a cualquier otra adicción, como a las drogas, a la comida o al juego. Es un tema muy nuevo y que apenas comienza a ser estudiado, por lo que aún no hay tanta información. Incluso, la adicción a las series no está reconocida en los manuales de psiquiatría. Pero eso no significa que no haya que ponerle atención.
En octubre de 2018 se conoció el primer caso de seriefilia. Ocurrió en India, donde el Instituto Nacional de Salud Mental y Neurociencias de Bangalore reportó que un joven de 26 años se volvió en adicto a las series. Todo comenzó cuando perdió su trabajo, por lo que empezó a ver películas y series en streaming durante más de siete horas diarias por seis meses, lo que le provocó fatiga ocular severa, así como alteraciones en su ritmo cardiaco al igual que en su sueño.
¿Qué es la seriefilia y cómo afecta?
Esta adicción es parecida a otras. De acuerdo con Araceli Ángeles, psicóloga especializada en promoción de la salud y prevención del comportamiento adictivo, “la variación corresponde al patrón conductual que se maneja y al tipo de ingesta”, pero como en cualquier adicción, siempre hay una gratificación de por medio.
“Lo curioso, y que llama mucho la atención, es el hecho de que, como son situaciones muy visuales, captan más la atención. Por ejemplo, la literatura no genera esto, porque no es tan visual. En las series está todo mucho más digerido. Las series atrapan, no hay que esperar hasta el día siguiente para ver otro capítulo, hay una gratificación inmediata”, dice la experta.
Cualquier adicción implica una deficiencia en la vida de una persona, la cual pone en riesgo todos los ámbitos que la rodean: lo social, personal, familiar y laboral. Una dependencia de este tipo tiene repercusiones en el cerebro; incluso, con la seriefilia se activan las mismas zonas que con una adicción a las drogas o al juego y, cuando alguien ya es adicto, se vuelve poco tolerante a no obtener una gratificación inmediata.
En el caso de las series, “ya no es por disfrutarlas, sino por evadir todo lo que está alrededor. Muchos adictos no consumen una droga por sentirse bien, sino para evitar sentirse mal. Las series funcionan muy bien para enmascarar otras cosas, es una forma fácil de evadir la realidad”, explica Yectivani Juárez, profesora de asignatura por la Facultad de Psicología de la UNAM.
Al caer en una adicción, el sistema límbico, la zona emocional del cerebro, se transforma. “Son varias estructuras localizadas hacia el fondo del cerebro, en la parte basal. Se trata de un sistema ‘arcaico’ porque existe en todos los animales y que está relacionado con las emociones. También un área llamada tegmental ventral (ATV) que está encargada de la liberación de dopamina. Todo ese circuito, en coordinación con todas las áreas que se activan con recuerdos, se dedican a la producción de dopamina y es como un shot. Esto se activa para las adicciones o cuando tenemos una actividad que resulta gratificante”, explica Yectivani.
Repercusiones físicas
La seriefilia también tiene repercusiones físicas. Al estar viendo series en un sillón o en la cama, las personas se vuelven sedentarias, hecho que puede derivar en sobrepeso debido a que comen cualquier cosa. También puede haber afectaciones en cuanto a los hábitos personales, provocando que alguien no se asee ni cuide su persona. Incluso, hay gente que prefiere aguantarse a ir al baño para no pausar un capítulo.
Psst… estas son las llamadas de atención
Bien dicen que todo en exceso es malo y lo es. No se trata de dejar de ver series, sino de hacerlo con medida y, sobre todo, cuidarse a uno mismo. En tiempos en los que todo es inmediato gracias a internet, lo más aconsejable es aprender a ser pacientes —hecho que además ayudará en cualquier aspecto de tu vida diaria.
De acuerdo con Araceli, todos somos propensos a desarrollar una conducta adictiva y, si alguien contesta que sí a alguno de estos aspectos, debe empezar a tomar conciencia de sus hábitos y cambiarlos. Primero, hay que identificar cuánto tiempo se dedica a ver series. “En teoría son ocho horas para dormir, ocho para trabajar y otras ocho de esparcimiento. Si alguien dedica más de este tiempo, hay un problema. También puede suceder que la gente diga que no lo hace diario, pero los fines de semana se la pasa viendo series y lo prefiere en vez de hacer otras cosas, hay un patrón de que sí puede estar afectando”.
Otro de los aspectos es si ha afectado los hábitos y las relaciones interpersonales de una persona, y poner atención en si siente ansiedad cada vez que no ve una serie o no le da continuidad. Así que, si no has visto ni la primera temporada de Game of Thrones y comienzas a sentir la presión por su final, tómate tu tiempo. Esa y muchas otras series están disponibles ahí, para verlas cualquier día y a cualquier hora.