Distintos métodos de extracción, bebidas inspiradas en mixología, panadería horneada al día y un mural de Saner se cuenta entre lo que ofrece la tienda más bonita de Starbucks en la ciudad: el Starbucks Reserve Bar.
Por Diana Féito
¿Qué tienen en común Seattle, Santiago de Chile y la Ciudad de México? Desde luego, son metrópolis del continente americano, pero también son ciudades donde habitan verdaderos amantes del café. Starbucks lo sabe, y por ello inauguró esta semana el primer Starbucks Reserve Bar en la ciudad. Se trata de una barra de café distinta al resto de las sucursales que todos conocemos.
Se encuentra dentro de Artz Pedregal (Boulevard Adolfo Ruiz Cortines 3720, col. Jardínes del Pedregal), y desde que entras, comprendes que no se trata de una tienda más de la sirena. Una larga barra resguarda panes horneados en el lugar todos los días —croissants, chocolatines, vol au vent de guayaba y queso crema, brownies…—. Poco más adelante está el espacio de mixología con café y al final, el área de los métodos.
Este concepto del Starbucks Reserve Bar ofrece la taza de café que más se acerque a la perfección y gusto de cada cliente. Por eso tiene distintos métodos de extracción: Sifón japonés, Clover, Chemex y, el que seguro se convertirá en favorito, Nitro Cold Brew. Este último es la estrella de la casa. El café se extrae en frío durante 20 horas y se sirve con nitrógeno líquido, el cual “aporta cremosidad, dulzura y cuerpo —cuenta Christian Gurría, director general de Starbucks—. Es una revolución de sabor”. Si quieres una bebida aún más cremosa y extrafría, pide el Nitro Cold Brew Float, con una bola de helado de vainilla.
Starbucks Reserve Bar: lo bueno y lo bonito
El café que se sirve es muy especial. Proviene de lotes pequeños donde se producen cantidades limitadas, pero muy cuidadas. Por ahora hay cinco variedades de Brasil, Colombia y México. El más destacado —y el primer grano premium de la marca— es México Oaxaca “La Pluma”, producido por la cooperativa Jacaralito. Es aromático y frutal. Al beberlo percibes naranja, cereza y chocolate amargo.
La barra de bebidas inspiradas en mixología es uno de los grandes protagonistas. Encuentras desde el clásico Affogato —hecho con helado artesanal y espresso— hasta las creaciones propias como el Melrose —Cold Brew con esencia de cereza— y el Shakerato Bianco —espresso agitado con hielo, jarabe y crema de vainilla—.
¿Reconoces el típico aroma a café de las tiendas Starbucks? Pues en este nuevo espacio del Starbucks Reserve Bar se mezcla con el olor del pan recién horneado, dulce y salado. A diferencia de las otras tiendas, aquí la comida es aún más fresca y personalizable. El brownie se acompaña con helado de vainilla, los profiteroles pueden llevar chocolate, caramelo o fresa, y los waffles, con crema batida y personalizados con espiral de mocha, caramelo y fresa.
Te recmendamos: Un café para cada paladar
Maestros en café
Los baristas de Starbucks Reserve Bar son Coffee Masters certificados. Todos, como los entusiastas del café y expertos en los métodos que son, pueden orientarte en tu orden y siempre estarán dispuestos a platicar contigo. Angie Gallegos, la gerente, lleva 10 años trabajando para la marca y es la que más conocimiento tiene en la barra del café. “Podría vivir aquí”, confiesa. Otro máster es Roberto Serratos, quien fue campeón de México en 2016 dentro del certamen que organiza la marca cada año.
Algunos métodos tardan hasta cinco minutos en estar listos. Puedes aprovechar el tiempo para platicar con el barista todo lo que quieras sobre tu taza y de dónde proviene el grano. También puedes leerlo en la tarjeta que está en la charola de madera donde sirven tu café. Disfruta consumirlo ahí: todo es servido en jarritas y tazas de barro negro.
Diseño mexicano
Mientras disfrutas tu café, observa a detalle el lugar. Todo el mobiliario está hecho por artesanos mexicanos. “Combinamos la herencia mexicana de las artesanías con el espíritu de innovación local —expresa Gurría—. Las características únicas de las diferentes regiones de México están representadas en el diseño y decoración de esta nueva tienda”.
Admira la barra esculpida con piedra volcánica (en honor al Pedregal), los azulejos de barro negro hechos a mano, la cortina de chaquiras fabricada por una comunidad otomí de Xochimilco de Pahuatlán, Puebla, y los detalles de cobre mexicano. Siéntate en los sillones tejidos a mano con fibra de tule y, lo mejor: observa cada detalle del fantástico mural pintado por Edgar Saner.
Un homenaje cafetalero
La obra de Saner es el corazón de este espacio. Para el muralista, el café es pasión y su pieza representa las sensaciones generadas al sorberlo. “Al centro destacan dos personajes que simulan ser guardianes del café —comenta Saner—. Estos personajes representan a la Madre Tierra y al abuelo Fuego, que se fusionan con la flora y fauna características de nuestro país”. Por cierto, hay un autorretrato escondido en el mural. Encuéntralo. ¿Pista? Es muy pequeño.
¿Solo en la CDMX?
Con esta tienda, llegan a 35 Starbucks Reserve Bars en todo el mundo —incluidas las ciudades de Seattle y Santiago de Chile—, pero esta es la primera que abre en un país productor de café. Entre los planes a futuro de la marca está inaugurar cuatro sucursales más en diversas zonas del país en los próximos dos años. Mientras tanto, encaminémonos al sur de la Ciudad de México.