A partir de este año, quienes renueven una concesión deberán tener un vehículo ecológico, aunque les cueste más dinero.
ARTE: ALBERTO MONTT
Las autoridades de la ciudad impusieron una meta: que alrededor de 10 mil taxistas sustituyan sus autos tradicionales por uno híbrido o eléctrico. El problema, dicen los dueños de los taxis, es que cada vehículo cuesta más del doble que uno tradicional.
La medida, hasta el momento, sólo aplica para los taxis, pero no para empresas de transporte a través de aplicaciones como Uber y Cabify, quienes aún no tendrán que renovar sus unidades por otras menos contaminantes.
Desde mayo del año pasado, en la ciudad funciona un programa en el que los dueños de los taxis que cumplen 10 años de servicio reciben 45 mil pesos a cambio de su unidad vieja, la cual debe ser destruida.
Sin embargo, miembros del gremio de taxistas sostienen que el apoyo que se les da es insuficiente para ahora tener que comprar autos híbridos o eléctricos, pese a que el cambio supone un aumento de entre 20 y 25% en los ingresos de los taxistas, de acuerdo con estimaciones del secretario de Movilidad, Héctor Serrano.
“Ahorita el carro que más ingresa para ser taxi tiene un costo de 160 mil pesos, pero el híbrido más económico cuesta más de 340 mil pesos. Es como tener que pagar por el equivalente a dos vehículos, pero ganando sólo por la tarifa de uno”, considera Ignacio Rodríguez, vocero de Taxistas Organizados de la Ciudad de México, quienes están contra la medida.
A pesar de que el programa inició desde el año pasado, la cantidad de taxistas que han accedido a él es mínima: “Estimo que han de ser como 200 taxis que han hecho el cambio, los compañeros no están pudiendo pagar”.
No aplica para todos
Mientras que los taxistas cuya concesión venció en 2016, y que no la han renovado, optaron por dejar de circular para evitar la multa y la remisión al corralón que marca el Reglamento de Transporte de la ciudad, los autos de alquiler de Uber y Cabify, similares a los taxis, pueden circular sin restricción ya que no están considerados dentro de la misma medida.
Representantes de ambas empresas de transporte privado de pasajeros reconocieron que la Secretaría de Movilidad (Semovi) no los incluirá en los procesos de modernización de los autos de alquiler, por lo que no tendrán que incluir en su flota algún porcentaje de automóviles menos contaminantes.
Esta excepción no fue bien recibida por el gremio de taxistas, el cual sostiene que se trata de una competencia desleal, ya que ambas empresas representan una gran cantidad de los vehículos que dan servicio.
“Entre los autos de las empresas y los pirata hay, más o menos, 80 mil vehículos haciendo competencia en condiciones desiguales, eso también nos tiene sin capacidad económica de hacer el cambio que el gobierno quiere”, dice Rodríguez.
Razones para no cambiar
Pese a que no es obligatorio para ellos, empresas como Cabify ya cuentan con automóviles híbridos en su plataforma, sin embargo, no consideran que se convierta en un cambio profundo dentro de su flota, principalmente por las dificultades técnicas que implican los autos eléctricos —que se tienen que cargar en zonas determinadas— y lo caro de los vehículos.
“Un vehículo eléctrico cuesta tres veces más que otro que usa combustible y esto implica una barrera para nuestros conductores interesados, como también lo es la falta de infraestructura para cargar baterías en poco tiempo, de lo contrario pasarán más horas parados que trabajando”, explica el gerente general de Cabify Ciudad de México, Alejandro Sisniega.
Por su parte, informó que aún no tienen planes para abrir su flota a autos menos contaminantes.
Último recurso
La medida es el resultado de un compromiso que hizo el jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, durante la cumbre del C40 (Grupo de Liderazgo Climático) en el que se hizo hincapié en renovar el transporte hacia tecnologías más sustentables.
Sin embargo, los taxistas aún buscan un amparo para evitar que el cambio de las unidades sea obligatorio.
Su principal argumento es el alto costo de los vehículos, además de las dificultades técnicas que implica su manutención, desde las refacciones para los autos híbridos, hasta la falta de estaciones de carga —que se encuentran en espacios privados— para los autos eléctricos.
La modernización no sólo implica un cambio en los automóviles, también obliga a los taxistas a realizar una serie de actualizaciones en el servicio que prestan.
Por ejemplo, tendrán que usar un nuevo taxímetro digital que funcionará en una tableta y que incluye localización GPS, por lo que ya no tendrá que calibrarse en establecimientos dedicados a taxímetros.
Además, los conductores podrán hacer uso de una plataforma similar a las de Uber y Cabify en la que, incluso, podrán decidir de antemano qué viajes realizan y cuales no.
Esta actualización también abre la posibilidad de que los taxis puedan realizar el cobro electrónico de sus servicios.
En cifras:
- 10 mil taxis híbridos o eléctricos es la meta a sustituir del gobierno de la Cuidad de México.
- 340 mil pesos cuesta el auto híbrido más económico; los eléctricos cuestan casi el doble.
- 30 estaciones de carga eléctrica hay en la Ciudad de México, la mayoría en zonas privadas.