16 de julio 2018
Por: Daniela Barranco

The Guadaloops en el Lunario

Sin dejar nada al azar… La banda acaba de lanzar La Viuda, su nuevo disco, hecho de manera totalmente independiente. Platicamos con ellos antes de la presentación del material en el Lunario, el próximo viernes

“Darle ya y no dejar nada al azar”. Además de una rima en “Nunca es tarde”, este podría ser el mantra de The Guadaloops, banda mexicana que no ha parado de trabajar para llegar a donde está. Y es que el camino no ha sido fácil, sobre todo porque es independiente. “Todo lo hemos hecho con nuestro esfuerzo. Eso es un gran reto”, cuenta Fermín Sánchez, vocalista del grupo. Y es que ellos son los encargados de producirse, no tienen apoyo de ninguna disquera.

Todo empezó en 2012, cuando Ferdinand González y Fermín producían cosas juntos; ambos son de Monterrey, donde se conocieron en una escuela de música. Se mudaron a Ciudad de México para empezar a hacer más cosas musicales y fue cuando grabaron su primer EP, Solo música. Así nació The Guadaloops. Un año después, conocieron en una fiesta a Franco Genel —mejor conocido como Tino El Pingüino—, con quien sacaron su primera colaboración llamada “Yo no sé sentir”.

La mezcla de sonidos entre soul, electrónica y rap les gustó tanto, que a partir de ese momento Franco se quedó como parte del grupo. Él es uno de los raperos más reconocidos de la escena independiente mexicana, y estar en The Guadaloops es la oportunidad para hacer cosas distintas. “Desde un principio me di cuenta de que iba a ser un espacio creativo que nunca iba a terminar”, dice.

Más tarde, Sami Mendoza y Berni Pérez se integraron a la banda en la batería y en los sonidos electrónicos, respectivamente. Su segundo disco salió el 2014 y es De Locos y Monstruos; dos años después, sacaron Almanueva, una verdadera joya de sonidos y con juegos de lenguaje. Ahora están de regreso con La Viuda, disco recién salido del horno y que se estrenó este fin de semana.

Mexicanos sin clichés

Sus giras recorren todo el país: de norte a sur y de este a oeste. Y las ganas de llevar su música a otros países ahí está. “Tenemos esa idea romántica de representar a México con una identidad no necesariamente folclórica ni con un referente como Frida Kahlo, como otras bandas que sí se visten con blusas oaxaqueñas. Recurrir a eso es algo que no nos representa; no estamos en contra, pero no nos representa. Queremos mostrar una identidad más moderna”, explica Sami.

Por eso su nombre toma una de las figuras más representativas de la cultura mexicana, la Virgen de Guadalupe, combinada con el término loop, un término musical. Y es que su música es una mezcla de sonidos mexicanos con hip hop, y con lenguaje muy tradicional del país. De ahí que sea difícil clasificar sus canciones en un solo género, aunque ellos han dicho que es fusión.

El nuevo disco

Este nuevo material llega después de dos años en que cada quien siguiera trabajando en sus demás proyectos, y de una canción que sacaron juntos en febrero de este año, llamada “Dos heridas”.

El viernes pasado Ferdi, Fermín, Franco, Sami y Berni lanzaron el primer sencillo de este disco, junto con su video oficial. Se trata de “Cornelia”, y el video fue producido por La Tuna Group. La Viuda lleva este nombre por dos cuestiones. La primera es que grabaron el disco en un lugar llamado La Buda, en Texas. “Se escribe con b, pero se pronuncia ‘viuda’”, dice Ferdinand. Es en ese lugar donde grabaron las seis canciones del disco.

Se trata de un material diferente, que “tiene un concepto de base. El discurso es como el soundtrack de una historia que solo conocemos nosotros, que es la de Cornelia y Narciso: tuvieron un romance cuando eran jóvenes, después él cayó en una espiral hasta que tocó fondo y se reencontró con ella tras varios años”, explica Fermín. Para él, el disco se llama así porque la palabra viuda toma un nuevo significado a lo largo de las canciones.

Este disco es diferente porque lo grabaron a manera de ensamble, es decir, tocaron todos los instrumentos al mismo tiempo. “Eso deja claro que es un experimento distinto a lo que habíamos hechos”, dice Franco.

Para Sami, “fue muy chido grabarlas todas (las canciones) juntas. Hicimos como dos tomas de cada una sin metrónomo, generalmente no grabas un disco así, sin él, y todo en tape, que fue algo muy especial también, porque es un sonido muy orgánico, muy particular”.

Después regresaron a CDMX y decidieron encerrarse en un ranchito en Querétaro para terminar el disco. Ahí añadieron los sintetizadores. Esta es una fórmula que les ha funcionado: apartarse de la ciudad para hacer un disco. Para terminar Almanueva se fueron a Oaxaca. “Yendo a otro lugar fluye todo más rápido”, dice Fermín. “La primera vez que compusimos aquí nos tardamos casi nueve meses arreglando las cosas, y sí le dábamos diario. Suena a cliché de banda setentera, pero sí necesitas concentración”.

The Guadaloops va a presentar su nuevo disco en el Lunario del Auditorio Nacional el próximo viernes 20. Es su primer concierto aquí y la primera vez que tocarán el disco completo ante un público. “Eso es muy especial”, cuenta Franco. Los boletos cuestan $350 (más cargos).

Salir de la versión móvil