Benito Taibo es un escritor exitoso con más de 200 mil copias vendidas en algunos de sus libros. Foto, Lulú Urdapilleta

Un lector muy exitoso

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A Benito Taibo no le gusta llamarse escritor, pero este capitalino tiene más de 200 mil copias vendidas con apenas un puñado de libros.

FOTO: LULÚ URDAPILLETA

Su historia como lector —porque no le gusta llamarse a sí mismo escritor— comenzó con una hepatitis durante su infancia. En sus tiempos escolares, los niños eran enviados a leer a las bibliotecas como castigo, así que Benito Taibo sólo leía por obligación, pero cuando aquella enfermedad lo mantuvo en cama, los libros le comenzaron a llegar, dice, sin premeditación. Incluso, con alevosía y ventaja.

“Mi papá (Paco Ignacio Taibo I) los ponía de poco en poco junto a la mesita de noche cerca de mi cama. Yo los iba tomando primero con precaución y luego con gozo —recuerda—. Mi papá me “envenenó” con literatura y luego lo hizo mi hermano (Paco Ignacio Taibo II), luego mi tío y los amigos”.

Así, el niño creció y se volvió un adulto que afirma que siempre mantuvo a un joven dentro de sí.

Ese adulto, con un joven dentro, se convirtió en el autor de títulos como Persona Normal, Desde mi muro, Cómplices, y su reciente novela Corazonadas —todos editados por Planeta—, que en conjunto suman más de 200 mil copias venidas sólo en América y Europa.

Y ni con su curriculum, Benito, quien escribe en un estudio de dos por tres metros, se considera exitoso: “Soy un lector valioso y muy exitoso porque leo un montón”.

“Sí, escribo en un dos por tres —dice riendo—, no necesito un gran espacio para escribir ni siquiera silencio; podría hacerlo en medio de un bombardeo, si se presta”.

—¿Has estado en un bombardeo?

—Estuve una vez cerca de uno en Beirut, durante los ochenta. Lo suficiente cerca como para no volver a estarlo nunca más. No es lo mío; lo mío siempre ha sido la cultura.

Escuchar las pasiones juveniles

El estudio donde vive Benito desde hace 20 años, está en una casa rodeada de árboles en La Magdalena Contreras, al sur de la Ciudad de México.

“No hay ruido de coches ni de camiones. Los sábados y los domingos me despierta el piar de los pájaros”, dice Benito, a quien lo descubrieron los jóvenes de este país, quienes le exigieron escribir no sólo cuentos y comentarios cotidianos a través de Facebook, sino más historias.

Se trata de un público que no lo abandonó: en la más reciente edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, el escritor reunió a casi dos mil chavos que no lo dejaban hablar de tanto aplauso. Después, firmó 800 libros y mil admiradores suyos se quedaron con las ganas de verlo de cerca.

“A los jóvenes no hay que educarlos, hay que quererlos— considera—, hay que hablarles mirándolos a los ojos desde el joven que llevamos dentro”.

—¿Queremos lo suficiente a los jóvenes de México?

—Hay quienes quieren educarlos y hacerlos “personas de bien” mostrándoles manuales de conductas y buenos modales. Los quieren ver en esa carrera de ratas que significa el éxito, en lugar de transmitirles una educación sentimental, que los haga personas distintas, preocupadas por su entorno y por los otros. Los jóvenes deben escuchar su corazón, el tambor que va transmitiendo el sonido al resto de la tribu.

Según Benito, el único de los Taibo que no tiene I ni II como sus célebres familiares, la juventud atraviesa un periodo de reconciliación con lo que debería ser una de sus principales guías: el mundo de las letras.

“Los chavos se volvieron a encantar con la literatura. San Harry Potter logró quitar el miedo y los atavismos culturales al libro como objeto cultural, y lo volvió un objeto de uso cotidiano y de acompañamiento”, dice Benito Taibo.

“No soy yo ni son mis libros, sino que esos jóvenes —de entre 14 y 18 años de edad— han sido envenenados por la literatura. No soy rockstar ni profeta, sino un lector que transmite aquellas grandes páginas que lo conmovieron, las que están echas de pasiones humanas”.

Las pasiones a las que se refiere son aquellas que viven aún arraigadas en la Ciudad de México, como en la Plaza de Santo Domingo, donde todavía quedan evangelistas, esos hombres y mujeres que escriben cartas para los que no saben leer y escribir.

Pero a Benito Taibo no le gustaría ser el que escribe la carta ni el que la dicta, preferiría ser la maquina: “Sería un fisgón de las pasiones de los demás. Eso es literatura”.

—¿Y Bob Dylan es literatura?

—Por supuesto que es literatura. Dylan, Nobel de Literatura 2016, demostró que las letras tienen muchas formas de expresarse y la canción popular, que nos marca desde los años sesenta, cuenta historias y universos personales y cotidianos.

Y dentro de su propio universo, a Benito Taibo le tocó ser ahora el director de Radio UNAM. Ante esto queda preguntarle si seguirá escribiendo con la misma crítica mordaz sobre México en Facebook, sobre todo después de que Nicolás Alvarado renunciara a la dirección de TV UNAM después de las críticas que ocasionó un artículo en el que expresaba públicamente su opinión sobre el cantante Juan Gabriel, quien había fallecido días atrás.

“Distingo muy bien entre un trabajo y el otro. No dejaré de escribir y decir lo que digo en mis conferencias”, dice.

En cifras:

  • 11 libros tiene publicados Benito Taibo, el primero de ellos en 1976.
  • 7 de sus libros son novelas, la más reciente publicada en 2016.
  • 200 mil copias vendidas en dos continentes suman sus libros más exitosos.