Dependiendo del sapo es la pedrada; quien instale algo en la calle debe pagar una renta, pero no todas las calles cuestan lo mismo.
En Insurgentes y La Paz, donde está el Parque de La Bombilla, las banquetas de la esquina son una pista de obstáculos: para caminar hay que esquivar casetas telefónicas, puestos de revistas y parabuses con publicidad — que son los que menos razón tienen de existir, porque desde hace 10 años no paran camiones ni microbuses sobre las banquetas de Insurgentes—.
Quizá no lo sabes, pero muchos de esos obstáculos pagaron una renta o tienen un contrato con el gobierno de la ciudad para instalarse sobre la calle.
De 2007 a la fecha, la Oficialía Mayor ha otorgado 16 Permisos Administrativos Temporales Revocables (PATRs) a nueve empresas para que instalen casetas telefónicas, publicidad, paradas de autobuses, puestos, entre otras cosas, en las banquetas de la ciudad.
Por cada elemento que se coloca, la empresa que obtiene el permiso debe pagar una cantidad mensual fija y no todas las calles valen lo mismo, hay banquetas más caras que otras: Reforma, Insurgentes y Masaryk son las más cotizadas, dice Marlene Valle Cuadra, directora de Patrimonio Inmobiliario de Oficialía Mayor.
“No se le puede cobrar lo mismo a un emplazamiento que se encuentra sobre Reforma que a uno que está sobre San Cosme; la tierra tiene un valor distinto en cada parte”, explica.
De acuerdo con la funcionaria, la renta se cobra a partir del valor del lugar o por las regalías que obtiene la empresa en caso de publicidad. Todo ello se determina a través de un avalúo y cada permiso tiene una duración de entre cinco y 10 años.
Por ejemplo, uno de estos permisos autoriza a una empresa a colocar 42 casetas telefónicas en calles de las delegaciones Miguel Hidalgo y Cuajimalpa por un pago mensual de 49 mil 216 pesos, mientras que por 57, en calles de la delegación Benito Juárez, paga 57 mil 912 pesos.
PUEDEN LLEGAR A ESTORBAR
La instalación de estas estructuras es completamente legal, pero especialistas en movilidad concuerdan en que no siempre se les coloca en el lugar más indicado y que, si se suman otros obstáculos en las banquetas, se estorba el paso de las personas.
El especialista en movilidad, Salvador Medina, explica que estos permisos para colocar mobiliario en las calles se dan sin entender que lo que se ofrece como un servicio —como las casetas de teléfono— puede terminar siendo un obstáculo.
“Estas paradas de autobuses que hay en la ciudad son sólo anuncios comerciales con una banca, porque no tienen ni siquiera un mapa con las rutas del transporte público que pasa por ahí (…). Los beneficios son dudables y no hay un orden”, considera.
La Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda del DF (Seduvi) es la primera dependencia que analiza si se otorga o no el permiso y quien aprueba la ubicación del mobiliario antes de que Oficialía Mayor otorgue el permiso; también es la encargada de verificar que se instale la cantidad de objetos permitida en el lugar que se estableció, explica Marlene Valle.
“No es malo que estos elementos estén en la vía pública, es parte de nuestro entorno, lo que sí es que deben de tener forma”, señala Roberto Remes, consultor en movilidad.
De acuerdo con la Carta de los Derechos del Peatón, quienes caminan sobre las banquetas tienen derecho a que haya mobiliario orientado al disfrute de la calle y a que éste no entorpezca su andar o su disfrute del espacio.
La situación —dice Medina— tiene que cambiar, porque los beneficios del mobiliario actual son dudables y están pensados más en una lógica de recaudación de ingresos que de un servicio público. Tampoco, continúa, tienen una lógica compensatoria: van a caja general y la Secretaría de Finanzas decide cómo gasta esos recursos, cuando deberían reinvertirse en el mismo espacio público que están ocupando.
máspromás solicitó la versión de la Seduvi sobre el tema, pero hasta el cierre de esta edición no se obtuvo respuesta.
¿CÓMO Y EN DÓNDE?
Para decidir cómo se coloca este mobiliario en las banquetas, existe un manual llamado Criterio para el Ordenamiento del Espacio Público.
-El documento establece que todas las banquetas deben de tener, al menos, 90 centímetros de ancho libres de mobiliario para que las personas puedan caminar.
-Señala que si una banqueta tiene un ancho total o menor de 1.2 metros no podrá tener mobiliario.
-El manual explica que una banqueta no puede tener más de dos casetas telefónicas, y que si en esa calle caminan más de mil peatones por hora, puede haber dos casetas dobles con una separación de tres metros entre ellas.
-El documento también indica que todo el mobiliario debe de estar a 10 metros de las esquinas de la calle, a excepción de las paradas de autobuses y buzones, que pueden estar a cinco metros.
MI DERECHO A CAMINAR
La ley de Movilidad del Distrito Federal, que se publicó en julio del año pasado, señala que el peatón es el usuario principal del espacio público y de las calles, y enfatiza la necesidad de protegerlo.
La Carta de los Derechos del Peatón —promovida por organizaciones civiles— recomienda que en las banquetas debe haber espacio suficiente para que dos sillas de ruedas puedan circular lado a lado, descontando el mobiliario urbano y la vegetación.
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