San Pascualito Rey regresa con su quinto album de estudio.

Una banda de ritmo pausado

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Tras un silencio discográfico de cinco años, San Pascualito Rey regresa con Todo nos trajo hasta hoy, su quinto album de estudio.

FOTO: CÉSAR ORTIZ

Desde su fundación a inicios de los dosmiles, la banda San Pascualito Rey se toma su tiempo entre un disco y otro. Este año inició con el lanzamiento de Todo nos trajo hasta hoy, su quinto material discográfico, que posee una distancia de cinco años en relación con el disco anterior.

No hay prisa. “No somos una banda que saque discos cada dos años, porque sonarían casi igual”. dice Pascual Reyes, vocalista de la banda, quien considera que justo las pausas prolongadas entre disco y disco contribuyen a que cada uno suene distinto. Para empezar, porque en esos años de silencio mediático ocurre que hay integrantes de la banda que se van y otros llegan con aportes nuevos. Pero sobre todo, la diferencia la marca el hecho de que, después de un lustro, ninguna persona es la misma.

Aun así, hay una cosa que no cambia: San Pascualito mantiene esa mezcla particular entre música folclórica mexicana, rock, trip-hop y lírica oscura, aunque con menor dosis de azote, en comparación con el que manejaba en sus inicios (una tendencia lírica que hasta da título a su primer disco de 2003: Sufro, Sufro, Sufro).

—¿Todavía sufres?

La cara de Pascual Reyes se tuerce en una sonrisa. Es padre de familia, ha incursionado en la musicalización de películas y se asoció a la creación de una empresa dedicada a la realización de música ambiental para centros comerciales.

—Sí sufro, pero no por lo mismo. Tengo responsabilidades con la empresa, el grupo y el cine. Si me lamento, valgo madre.

Pero hablar de San Pascualito no es únicamente desamor, oscuridad y sufrimiento. La banda toma el nombre de san Pascual Bailón, el santo de los enfermos.

Sin embargo, parece que cuando a los enfermos no les queda esperanza, los devotos confían en los favores de san Pascualito Rey —una variación de san Pascual Bailón no reconocida por la iglesia—, el santo de la buena muerte, para que alivie sus dolores.

Da la casualidad que el santo comparte el mismo nombre con el vocalista.

Sufrir por otros motivos es algo que Reyes atribuye a la madurez.

“Antes, por desamor, me tiraba por la ventana. Ahora, tengo familia e hijos. Antes podía pasar 10 horas mascando chicle y tocando la guitarra. Ahora, apenas cuento con unos minutos para componer, pero los aprovecho al máximo. Antes no me asustaba el riesgo de morir, incluso me acercaba tantito a esa posibilidad, porque pensaba que moriría joven. Ahora quiero ver crecer a mis hijos, cabrón, no morir”.

—Morir joven, buscar la muerte, suena como el cumplimiento de un tópico del rock: vive rápido, muere joven.

—Sí, bueno. En mi caso, más bien era el impulso por vivir de tal manera, que cuando llegara la muerte no me arrepintiera de haberme limitado en nada.

El tema que más abordan las canciones de San Pascualito es la muerte. El otro, el desamor.

—Hasta eso ha cambiado en este disco. Llevo siete años de casado. No creo en los matrimonios felices. Creo que el amor es un trabajo de construcción donde hay días que te va bien y otros mal. Ahora uso esos momentos donde te va mal para componer.

—¿La escritura y la felicidad no se llevan?

—Más bien cuando estoy contento prefiero disfrutar ese momento que escribir.

El disco Todo nos trajo hasta hoy lleva en su título la reflexión del camino recorrido en 15 años, desde que se formó la banda. Cuando las tocadas eran en casas de amigos y en bares. Eran los tiempos donde Pascual Reyes cantaba horrible.

“Como no teníamos vocal, yo mismo interpretaba las canciones. La gente decía que las rolas estaban chidas, pero pues que el que cantaba nada más no la armaba. Entonces me puse a la tarea de buscar un vocal que le gustara el mariachi y también Massive Attack, que era a lo que queríamos sonar”, dice el vocalista.

Como no lo encontró, Pascual prefirió tomar clases de canto con Juan Pablo Villa, músico y compositor especialista en la improvisación vocal, la música de cámara y el jazz: ”Si no hubiera sido por él, yo jamás hubiera cantado”.

También era alta la probabilidad de que este nuevo disco no hubiera visto la luz. O eso llegó a pensar Pascual. Todo nos trajo hasta hoy es el resultado de jornadas de discusión entre los integrantes del grupo: Alejandro Otaola (Guitarra), Juan Morales (Bajo) y Luca Ortega (Batería).

“Era muy desgastante, llegué a pensar que no iba a salir. Como todos somos unos clavados, defendíamos nuestro punto de vista sobre cómo debía sonar el disco. Quien ayudó a alivianar las cosas fue nuestro productor, Milo Froideval. Que no se limitó a ocuparse de los arreglos y la grabación, también fue nuestro terapeuta”, explica.

Entre este y el siguiente disco, la banda se dará un respiro. “La composición es algo cíclico. Ahora no quiero componer para San Pascualito. Estuve tan clavado en la grabación del úlimo disco, que estoy saturado”.

Como sea, dice Pascual, siempre llega el momento, donde la urgencia por componer y tocar reaparece: “Es como un vicio. No creo que exista otro oficio como la música para lograr una comunión con los demás”.

Hasta la música ambiental de plazas.

En cifras:

  • 2000 fue el año que se fundó la banda San Pascualito Rey.
  • 3 años después de su formación pudieron lanzar su primer disco.
  • 5 discos de estudio, un disco en vivo y un EP forman  su discografía.