En el Día Mundial Sin Tabaco, te damos algunos consejos si quieres dejar de fumar.
Dejar de fumar no es nada fácil, no por nada existen tratamientos farmacológicos, psicológicos, clínicas especializadas y hasta productos milagro que prometen acabar con la ansiedad que orilla al consumo, pero en la CDMX existen alternativas especializadas que te pueden interesar.
De entrada debes saber que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (ENCODAT) 2016-2017, en la Ciudad de México hay 1.9 millones de fumadores, equivalentes al 27.8% de la población. Del total, se estima que 653 son mujeres y 1.2 millones son hombres.
No fumadores siempre expuestos al humo
Los lugares públicos son los principales espacios en donde se consumen cigarros y en los que el resto de los no fumadores están expuestos al humo de segunda mano. Entre esos espacios destacan los bares, las escuelas, los restaurantes y el transporte público; y están seguidos por los lugares de trabajo y el hogar.
Por ello, dice Alejandra Salinas, psicóloga conductual, que hay que tener bien identificados estos espacios y a la gente con la que convivimos en ellos, cuando la meta es dejar de fumar.
“Dejar el cigarro no es una tarea solitaria, en ella están involucrados los amigos, la familia, los compañeros y conocidos, ellos deben saber nuestras intenciones para lograr que nos apoyen. En las primeras semanas de abstinencia es muy útil que el compañero de trabajo no te esté invitando a salir a fumar cada rato o para que en la cena con los amigos no pidan estar en la terraza en la que todos fuman”, dice.
¿Cómo nos afecta fumar?
Al aspirar un cigarro bastan cinco segundos para que la nicotina entre en la sangre y siete para que llegue al cerebro. De inmediato se activan receptores que liberan dopamina y provocan una sensación de placer que puede llevar a la adicción.
De acuerdo con el artículo “Tabaquismo, técnicas de Medicina Preventiva y Social”de la Revista Ciencias de la UNAM, las sustancias más nocivas para la salud del fumador son el alquitrán, el monóxido de carbono y la nicotina. Estos componentes son cancerígenos y se vuelven dañinas al estar en un proceso de combustión.
Desde dientes amarillos hasta disfunción erectil
Entre las consecuencias a la salud en el corto plazo están sentirse fatigado, la cefalea, msareos, irritabilidad, problemas del sueño y alteraciones en la presión arterial por la disminución de oxígeno. Los dientes se ponen amarillos, hay mal aliento y los hombres enfrentan disfunción eréctil.
De continuar, el consumo es precursor de enfermedades como el cáncer broncogénico, enfisema pulmonar, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (epoc) bronquitis crónica, neumonía, trastornos circulatorios, cardiopatías coronarias y arterioesclerosis aórticas.
Si los daños a la salud no te convencen, un incentivo para dejar de fumar debe ser el tema económico pues en promedio los capitalinos adultos gastan entre 400 y 600 pesos al mes en cajetillas de cigarros; mientras los jóvenes recurren a la compra por unidad.
Algunas alternativas
Dejar de fumar es uno de los propósitos más comunes, sin embargo, la CDMX es la entidad con la más alta prevalencia de tabaquismo a nivel nacional entre la población de 12 a 65 años y, al mismo tiempo, es la que registra menos intentos de cesación.
Se estima que el 75.4% de los fumadores de la ciudad está interesado en dejarlo, el 22.7% ha buscado recomendaciones para hacerlo y el 42.6% ha intentado abandonarlo en el último año a través de farmacoterapia y asesoría profesional. Entre 2016 y 2017 solo el 12.3% lo logró.
Existen productos y servicios que se promueven como remedios para dejar de fumar que, sin embargo, están prohibidos por autoridades –como los cigarros electrónicos prohibidos por Cofepris–, otros que no están regulados y los que no cuentan con estudios que avalen su efectividad.
Entre ellos se encuentran las pulseras antitabaco, algunas dan impulsos eléctricos y otras liberan pequeñas cantidades de nicotina para evitar la ansiedad; las pipas de agua dejan en el cuerpo los mismos componentes que el cigarrillo y se relacionan con riesgo de cáncer, bronquitis y problemas cardiovasculares, según datos de la Organización Mundial de la Salud. La terapia láser, los suplementos nutricionales y la terapia conductual Laudin tampoco tienen evidencia científica y pueden resultar costosas.
En contraparte, el tratamiento farmacológico sí cuenta con evidencias de su efectividad. En este tipo están las terapias de remplazo de nicotina a través de chicles, inhaladores bucales, spray y parches; además de medicamentos como el bupropión y vereniclina que deben administrarse por prescripción médica.
Puedes pedir ayuda
Una de las alternativas para iniciar el proceso y dejar de fumar es la Línea Vivir sin Tabaco coordinada entre Locatel y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en donde a través de un test puedes identificar qué tipo de fumador eres y puedes acceder a una línea de orientación psicológica y a un proceso terapéutico con un seguimiento de hasta seis meses a través de sesiones vía remota o al ser canalizado con especialistas de la red de hospitales públicos de la ciudad.
Si tienes seguridad social, hay instituciones que cuentan con clínicas para dejar de fumar. Tan solo en 2017 acudieron 4,025 derechohabientes a una de las 41 clínicas que cuentan con el servicio de atención para Dejar de Fumar; de los cuales, la mitad concluyó con éxito el tratamiento.
Mientras que en el IMSS, la Clínica de Atención al Fumador se ubica en el Hospital de Cardiología del Centro Médico Nacional Siglo XXI, donde se otorga atención durante nueve sesiones, dos veces por semana, a fin de concientizar a los pacientes acerca de los daños a la salud que causa el tabaquismo.
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